El futuro mix energético estará dominado por las energías renovables, donde los gases renovables (biometano e hidrógeno verde) desempeñarán un papel fundamental en la consecución de los objetivos europeos de seguridad energética y mitigación del cambio climático a largo plazo, junto a la eólica o la solar.
De estos gases renovables, la producción de biometano es la que resulta más barata y escalable en la actualidad. Este gas renovable puede sustituir directamente al gas natural y su almacenaje y distribución por el sistema energético resulta más fácil.
Además, el biometano es un vector energético que puede servir para equilibrar la generación intermitente de otras energías renovables.
Todo esto lo sitúa en una posición ventajosa como alternativa energética con un rendimiento significativo, aportando beneficios a largo plazo, que van más allá del suministro de energía renovable, y apoyando el Pacto Verde Europeo y la transición ecológica.
Estos beneficios o externalidades derivados de la producción del biometano abarcan los ámbitos:
- Medioambiental: reflejan el papel que el biometano puede desempeñar en la obtención de beneficios para el medio ambiente y el clima. Por ejemplo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Económico: son aquellos aspectos que apoyan, añaden valor o reducen costes a la economía europea en general. Por ejemplo, el biometano puede contribuir a la independencia energética de Europa.
- Social: incluye aspectos que afectan a los medios de vida y el bienestar de las personas en Europa. En este sentido, una futura industria de biometano a gran escala tiene el potencial de apoyar la creación de puestos de trabajo estables en toda la cadena de valor y, en particular, en la economía rural.
El estudio “Beyond energy- monetising biomethane’s whole-system benefits” (European Biogas Association (EBA) & Guidehouse Netherlands B.V. 2023) analiza todas estas externalidades o beneficios asociadas a la producción de biometano. Algunas de sus conclusiones las describimos a continuación.
Beneficios medioambientales, económicos y sociales de la producción de biometano
El estudio pone de manifiesto que la producción de biometano aporta múltiples beneficios. Unos beneficios que pueden resultar únicos en comparación con otras fuentes de energía renovable.
La salud del suelo
Los digestatos derivados de la producción de biogás son ricos en nutrientes y se ha demostrado que su aplicación sobre suelos agrícolas mejora una serie de indicadores de la salud del suelo.
Su composición rica en materia orgánica puede contribuir a la recuperación de suelos degradados, algo necesario para la mejora de la productividad de los suelos agrícolas y la producción de alimentos a largo plazo, en el contexto de una agricultura sostenible.
Además, el aprovechamiento de los digestatos permite el reciclaje de una gran parte de nutrientes presentes en los residuos orgánicos de origen y reduce el uso de fertilizantes sintéticos, algo que contribuye a la economía circular.
El uso de los digestatos en combinación con la aplicación de cultivos secuenciales también puede reducir la erosión del suelo, al estar la tierra cubierta todo el año.
El impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero
El biometano puede utilizarse en muchos sectores, tales como el transporte (carretera y marítimo), la calefacción (industria y de edificios) y la producción de electricidad, de forma directa, reemplazando el uso de los combustibles fósiles. Esto implica que este gas renovable posee un gran potencial para la reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Además, la posibilidad de aprovechar las deyecciones ganaderas (estiércol y purines) como materia prima para la producción de biometano permite evitar las emisiones fugitivas del sector agropecuario. Lo que supone una solución valiosa a este problema, como parte de los esfuerzos por reducir las emisiones globales de metano en al menos un 30% en 2030, respecto a los niveles de 2020.
El tratamiento de residuos orgánicos de otros sectores, tales como los residuos sólidos urbanos, mediante digestión anaerobia para la producción de biometano, aportará también beneficios similares respecto a la reducción de emisiones.
Además, la sustitución del uso de fertilizantes sintéticos por los digestatos también tendría este efecto sobre las emisiones GEI, ya que la producción de fertilizantes sintéticos es muy intensiva en energía (en particular, los fertilizantes a base de nitrógeno, donde el gas natural se utiliza como materia prima y combustible de proceso).
La seguridad energética
La producción de biometano puede reducir la necesidad de importar gas desde terceros países, con lo que se mejoraría directamente la independencia y seguridad energética de Europa.
Esto ayudaría a amortiguar la exposición a la volatilidad de los precios del gas natural, protegiendo la competitividad de las industrias europeas y reduciendo el riesgo de pobreza energética de los hogares.
Este papel del biometano sobre la independencia y seguridad energética de Europa está reconocido por la Comisión Europea en su plan REPowerEU, el cual fija un objetivo de producción de este gas renovable equivalente a 35.000 millones de metros cúbicos (bcm) al año, de aquí a 2030.
El suministro de dióxido de carbono biogénico
La producción de biometano puede producir una corriente de CO2 biogénico puro.
Este CO2 biogénico puede utilizarse como materia prima en múltiples aplicaciones industriales, sustituyendo a las fuentes fósiles de CO2, o en aplicaciones emergentes como los combustibles renovables, los productos químicos y la producción de algas.
De forma alternativa, el CO2 biogénico también puede almacenarse de forma permanente en elementos geológicos (por ejemplo, acuíferos salinos cerrados por debajo del nivel del mar) para conseguir la eliminación de GEI.
Estas alternativas de eliminación de CO2 biogénico son esenciales para alcanzar los objetivos Zero Neto, ya que compensan las emisiones inevitables de otros sectores.
El procesamiento de residuos orgánicos
El aprovechamiento de los residuos orgánicos para la producción de biometano permite la valorización energética de estos residuos, mejorando los procesos para su gestión sostenible y el coste que esta conlleva.
Un proceso que permite la obtención de energía renovable y subproductos útiles (digestatos), contribuyendo así al modelo de economía circular.
La creación de empleo
La producción de biometano implica un nuevo modelo de producción más descentralizado, basado en la gestión de los residuos orgánicos procedentes del sector agroindustrial y cultivos sostenibles, y se espera que su despliegue aporte nuevos beneficios en materia de empleo, especialmente en las áreas rurales de toda Europa.
Estos empleos incluyen tanto los directos como los indirectos.
Los empleos directos vienen a ser los que se crean en la planificación y construcción de las plantas, así como en su funcionamiento y mantenimiento.
Los empleos indirectos incluyen los creados a lo largo de la cadena de valor, como son las operaciones logísticas (recogida, almacenamiento, pretratamiento y transporte de residuos orgánicos y digestato) y las actividades agrícolas (cultivo de materias primas y esparcimiento de digestato).
Muchos de estos empleos son permanentes y se mantienen durante toda la vida útil de la planta de biometano, aunque algunos son temporales y limitados sólo a la fase de construcción.
En total, se estima que la industria europea para la producción de biometano podría contribuir a la creación de 280.000-490.000 empleos en 2030 y entre 1.130.000 y 1.810.000 empleos en 2050.
Ahora bien, para poder aprovechar todos estos beneficios asociados a la producción de biometano, es necesario un esfuerzo coordinado por parte del sector del biometano, de los responsables políticos y resto de los agentes implicados.
Desde Genia Bioenergy queremos contribuir a desarrollar este potencial del biometano, aportando toda nuestra experiencia y conocimientos sobre la tecnología para su producción, asesorando y diseñando la tipología de plantas más adecuada a cada proyecto.