Beneficios de un correcto manejo de residuos en tu empresa

Apostar por el adecuado manejo de los residuos generados por la actividad empresarial permite ahorrar costes y obtener beneficios gracias a la valorización y el reciclaje.

De esto ha dejado constancia el estudio realizado por la consultora Expense Reduction Analysts (ERA), basado en el análisis de 50 compañías de España, Alemania, Bélgica, Dinamarca y Francia. Según dicho estudio, el 94% de las empresas que realizan una buena gestión en el tratamiento de los residuos y apuestan por la sostenibilidad medioambiental, consiguen ahorros en costes y reducen gastos de gestión.  Además, un 6% de ellas logra transformar el coste en un ingreso a través de la valorización.

Pero, ¿en qué han basado la gestión de los residuos estas empresas para lograr esos resultados?

El punto principal sobre el que actúa su gestión no es otro que la minimización en origen, es decir, reducir la cantidad de los residuos generados durante la actividad empresarial, aprovechando la materia prima de forma eficiente.

A partir de ahí, la propia normativa actual obliga a las empresas a llevar a cabo buenas prácticas, dando prioridad a aquellos métodos que causen un impacto menor en el medioambiente y se penaliza la eliminación de residuos. Así que, los siguientes pasos, una vez generado el residuo, son la reutilización como proceso más sostenible, el reciclaje y la valorización.

Ahora bien, para alcanzar estos ahorros y beneficios en la gestión de los residuos, hay que conocer bien el tipo de residuo generado y realizar una segregación eficiente de los mismos, para así, aplicarles los tratamientos adecuados.

 

Qué tipos de residuos existen

En toda actividad empresarial se genera algún tipo de residuo, en mayor o menor medida y de una u otra característica. Saber distinguirlos es lo que permitirá planificar un manejo correcto de los mismos.

El primer paso en el plan de gestión de residuos de una empresa es la identificación, cuantificación y clasificación de los mismos. El responsable de esta tarea debe ser capaz de distinguir entre residuos peligrosos y no peligrosos para poder tomar las medidas específicas para cada caso.

En el caso de residuos peligrosos, su clasificación conlleva una serie de obligaciones legales en cuanto a su etiquetado, envasado, mezcla, almacenamiento y transporte.

La clasificación como residuo peligroso o no peligroso viene especificada, a nivel de la UE, en la Lista Europea de residuos (Lista de códigos LER). También, a través de la Guía técnica para la clasificación de los residuos, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), se proporcionan unas directrices básicas para poder clasificarlos.

A su vez, se debe identificar el origen de los residuos y los efectos sobre la salud y el medioambiente para poder tipificar si se trata, por ejemplo, de residuos sólidos urbanos (RSU), residuos industriales (RI) o residuos especiales (RE), y poder eliminarlos de forma segura en cada caso, siguiendo la normativa vigente.

 

 

Las 3R en la empresa

A la hora de establecer el plan de gestión de residuos de una empresa, este puede variar atendiendo al tipo de actividad y a la normativa autonómica correspondiente. No obstante, los principios generales para todos parten del concepto de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar.

Reducir es el primer paso indiscutible, por lo que las empresas deben estar concienciadas sobre esto y formadas para tratar de reducir la cantidad de residuos en la medida de lo posible.

Cuando es inevitable generar un residuo, el siguiente paso es tratar de que resulte fácilmente reciclable y lo menos peligroso posible. Para ello es necesario analizar los materiales que se usan en los procesos de producción y encontrar alternativas que resulten más sostenibles.

Además, también se deben contemplar acciones que permitan recuperar las materias primas y materiales considerados residuos, para que sean reutilizados o reintroducidos en el proceso productivo o en otros procesos de otras industrias.

Los residuos que no pueden ser reutilizados deberán ser reciclados de forma adecuada o proceder a su valorización material o energética, con lo que se consigue dar un valor económico a los mismo y reducir el volumen de los que acaban en vertederos.

 

Economía circular en la gestión de los residuos

En relación a la gestión de residuos, muchas empresas han mejorado sus políticas de RSC e implantado la política de residuo cero, pero no dejan de encontrarse con obstáculos para llevarlas a cabo. La poca disponibilidad de plantas de reciclaje y el alto coste de ciertos procesos de transformación de residuos hacen que, en muchas ocasiones, lo más fácil sea enviarlos a vertederos.

En este sentido, por un lado, se debería contar con el papel de la Administración para incentivar la creación de plantas de reciclaje, la instalación de equipos para la reutilización y valorización de los residuos dentro de las empresas y conceder ayudas a los gestores de residuos para que ofrezcan tratamientos a precios más económicos.

Y, por otro lado, se puede contar con agentes externos que, tras estudiar la gestión interna y externa de los residuos en las empresas, puedan diseñar un proyecto de mejora.

Muchos residuos pueden servir como materia prima para diversas industrias (simbiosis industrial), pueden utilizarse como combustible o, en el caso de los desechos orgánicos, pueden utilizarse para obtener energía en forma de biogás y otros subproductos como los fertilizantes orgánicos.

Así, estos agentes externos contribuirán a la economía circular, siendo capaces de encontrar fuentes de ahorro ocultas en la propia actividad de la compañía con las que conseguir más recursos financieros para desarrollar proyectos de expansión.

De este modo, como estrategias de economía circular tendríamos dos opciones. Una de ellas basada en la autogestión de los residuos.  Es decir, desde la propia entidad se apuesta por instalar equipos que permiten el tratamiento de los desechos dentro de la propia empresa, para reconvertirlos en materia prima, generar energía o reutilizarlos en los procesos.

Y la otra opción sería la creación de una red de reciclaje y reutilización, en la que los gestores de residuos actúen como los principales agentes para reintegrar los productos en los procesos productivos de las empresas o venderlos a otras. Esta es la que resulta menos costosa para las pequeñas empresas, ya que les evita el gasto en instalación de equipos.

Desde Genia Bioenergy podemos ayudarte con la solución más efectiva y rentable para la gestión de tus residuos, cumpliendo con la normativa vigente. Puedes contar con nuestra experiencia, conocimientos y medios para poner en marcha proyectos de valorización de residuos orgánicos viables y eficientes.

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