Biodigestores como opción ecológica para el reciclaje de desechos orgánicos

La realidad del panorama mundial muestra una incipiente escasez de recursos, tales como el gas o el agua potable. El desmesurado crecimiento y desarrollo de la sociedad, la industrialización y la sobreexplotación del medio natural han derivado en esta escasez, junto al daño ambiental provocado (contaminación de aire, agua y mares).

Esta situación nos lleva a la necesidad de buscar alternativas sostenibles que permitan la obtención de energía renovable, sin perjudicar al medioambiente.

Una de estas alternativas sostenibles consiste en el reciclaje de los desechos orgánicos para la obtención de gas, evitando que se pierdan, se les dé un mal uso o acaben contaminando el medio y provocando daños para la salud.

Este reciclaje de residuos orgánicos es el que se lleva a cabo en los biodigestores, donde se aprovechan fenómenos bacterianos naturales. Veamos en qué consiste esta interesante alternativa para la gestión de residuos orgánicos.

 

¿Qué es un biodigestor?

Un biodigestor viene a ser un procesador natural de los desechos orgánicos de animales, plantas y personas, que aprovecha la digestión anaeróbica (ausencia de oxígeno) de las bacterias para producir gas. Se llama biodigestor porque lo que hacen esas bacterias es, literalmente, digerir esos desechos orgánicos.

Se trata, por tanto, de una herramienta ecológica de producción de energía renovable (biogás) mediante procesos químicos naturales que no contaminan el medioambiente, ni dañan la salud.

Un biodigestor, en su forma más simple, consiste en un contenedor hermético (reactor), con capacidad para separar partes líquidas de otras sólidas. Dentro de él, se depositan los desechos orgánicos a fermentar, en determinada dilución de agua y de forma anaeróbica, para que se produzca biogás y fertilizantes orgánicos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio. Además, reduce el potencial contaminante de dichos desechos orgánicos.

 

Uso de los biodigestores

Existen diferentes tipos de biodigestores que varían su funcionamiento, dependiendo del objetivo principal, pero el mecanismo básico es el mismo en todos ellos.

En el diseño de un biodigestor hay que tener en cuenta la finalidad a la que está destinado, el origen de los desechos orgánicos, y a la temperatura a la que se va a trabajar.

Entre los usos que se le pueden dar a los biodigestores están:

Y con ello, obtener energía renovable en forma de biogás que puede emplearse en el ámbito doméstico e industrial para:

  • La generación de calor para el funcionamiento de calderas.
  • El uso como combustible en vehículos de transporte.
  • La creación de electricidad en el funcionamiento de motores o turbinas.

Si el biogás generado se purifica mediante procesos de upgrading, se obtiene el biometano, que puede ser inyectado en las redes de gas natural, consiguiendo mayor rentabilidad en su generación.

Los fertilizantes o digestatos producidos como subproductos de los procesos anaerobios, tienen también alto valor para su uso en agricultura.

 

 

 

Principales ventajas de los biodigestores

El uso de biodigestores para el tratamiento de los residuos orgánicos y la generación de energía renovable, conlleva una serie de ventajas:

1. Reciclaje de materia orgánica y obtención de energía renovable

El uso de los biodigestores permite el aprovechamiento de los desechos orgánicos de diferentes orígenes para la generación de biogás y fertilizantes de gran valor nutricional. Resulta una forma óptima de incorporar la gestión de estos residuos dentro de los procesos de economía circular.

2. Reducción de las emisiones de CO2

Los desechos orgánicos sin tratar liberan gas metano, uno de los gases de efecto invernadero más importante, directamente a la atmósfera. Con el tratamiento de estos desechos en los biodigestores, se obtiene el biogás, al que se le puede dar uso como combustible, para generar energía térmica y eléctrica, y cuyas emisiones son menores que otros combustibles fósiles.

Además, también se aprovecha la parte sólida del proceso de digestión, como fertilizantes, no siendo necesaria la fabricación de nuevos abonos y, por tanto, reduciendo las emisiones de CO2 que tendrían lugar en esos procesos.

3. Reducción de la contaminación en general

Los residuos orgánicos sin tratar son un peligro ambiental y para la salud, que puede derivar en la contaminación del suelo, mar, ríos y acuíferos y, además, provocar enfermedades por la presencia de microorganismos de forma incontrolada. Tratarlos en biodigestores evita todos estos problemas.

Además, los residuos que no son tratados, acaban convirtiéndose en basura acumulada que puede incendiarse y generar problemas de insectos y malos olores.

 

¿Quieres saber más sobre los daños ambientales derivados de una mala gestión de los residuos orgánicos?

 

4. Contribuye a reducir la deforestación 

El biogás obtenido está disponible al instante como combustible, lo que reduce el consumo de leña para tal fin y, por tanto, la consecuente tala de árboles para abastecer de este recurso.

5. Mejora la estructura de los suelos

El uso de los digestatos producidos por el biodigestor (biofertilizante), aumenta la fertilidad y calidad del suelo permitiendo así el aumento de la producción de las plantas cultivadas, incluyendo las forrajeras.

6. Son aptos para zonas rurales, en desarrollo y con menos recursos

Un biodigestor no requiere de una inversión demasiado cara, ni requiere de una gran tecnología o un mantenimiento constante. De aquí que, su instalación en las comunidades, organizaciones y áreas rurales traerá grandes beneficios económicos: producir biogás para autoconsumo (calefacción y electricidad) de forma sostenible, reduciendo el uso de energía convencional.

A su vez, los fertilizantes orgánicos de alta calidad obtenidos, pueden emplearse en los cultivos favoreciendo la producción, al tiempo que constituye una medida ecológica sostenible.

Todo esto hace que el uso de biodigestores sea ideal para ayudar a zonas en desarrollo o más pobres, donde se puede fomentar la autosostenibilidad.

 

Sumadas a todas estas ventajas, hay que añadir que el tratamiento de los desechos orgánicos mediante el uso de biodigestores permite el cumplir con la normativa nacional e internacional en materia de gestión de residuos.

Así, podemos decir que los biodigestores constituyen una alternativa innovadora y ecológica para el aprovechamiento y correcta gestión de los residuos orgánicos, obteniéndose el beneficio de generar energía renovable y subproductos derivados para el propio autoconsumo o comercialización, al tiempo que se reduce la contaminación ambiental.

 

 

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