La bioenergía representa una oportunidad significativa para fomentar el desarrollo económico y social en comunidades rurales.
A través del aprovechamiento de recursos biológicos como, por ejemplo, los residuos orgánicos procedentes del sector agrario para la producción de energía, estas comunidades pueden obtener múltiples beneficios. Entre estos la creación de empleo, la mejora de la sostenibilidad ambiental y el fortalecimiento del bienestar social.
Beneficios económicos de la bioenergía en entornos rurales
La bioenergía, obtenida a partir de la conversión de residuos orgánicos agrícolas y forestales, ofrece una serie de ventajas económicas a las comunidades rurales.
El uso de la bioenergía, como el biogás o el biometano, permite reducir la dependencia energética respecto a los combustibles fósiles, al tiempo que promueve la creación de empleo y el desarrollo económico local.
De hecho, según un informe de Bioenergy Europe, en 2018, la bioenergía empleó a 708.600 personas y generó una facturación de 57.600 millones de euros en la Unión Europea y el Reino Unido.
Por lo tanto, podemos decir que:
- La bioenergía puede proporcionar un suministro energético estable y accesible para comunidades rurales, muchas de las cuales pueden estar desconectadas de la red eléctrica nacional. Esto puede implicar la instalación de biodigestores para generar biogás o plantas de biomasa para producir electricidad y calor.
- El uso de bioenergía puede reducir la dependencia de combustibles fósiles costosos y sujetos a fluctuaciones de precios internacionales. Esto es especialmente importante para las comunidades rurales que pueden gastar una parte significativa de sus ingresos en energía.
- El desarrollo de proyectos de bioenergía puede generar empleo en diversas etapas, desde la recolección y transporte de residuos, su procesamiento, hasta en las fases de construcción, operativa y mantenimiento de las plantas de energía. Estos empleos no solo proporcionan ingresos a las familias rurales, sino que también permiten hacer frente al reto demográfico.
- La venta de residuos orgánicos como materia prima para la bioenergía ofrece una fuente adicional de ingresos a los agricultores y ganaderos, aumentando la estabilidad financiera de las explotaciones agrarias. Este modelo económico circular fomenta la resiliencia y sostenibilidad de las comunidades rurales, permitiendo una mejor gestión de los recursos naturales y una menor vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado agrícola.
Impulso social de la bioenergía en el desarrollo social
Al generar empleo local y proporcionar un suministro energético estable, la bioenergía fortalece la cohesión social y empodera a la comunidad.
La implementación de proyectos de bioenergía puede fomentar la participación comunitaria y la colaboración entre agricultores, empresarios y autoridades locales.
De hecho, el éxito de estos proyectos depende de la participación activa de la comunidad. El involucrar a los habitantes en la planificación y gestión de estos proyectos puede fomentar un sentido de pertenencia y responsabilidad, garantizando la sostenibilidad a largo plazo.
Además, también es importante proporcionar capacitación técnica y educación a los miembros de la comunidad para que puedan gestionar y mantener los sistemas de bioenergía. Esto incluye desde formación en técnicas agrícolas sostenibles hasta habilidades técnicas para operar y mantener las plantas de bioenergía.
La bioenergía también puede mejorar la calidad de vida en las zonas rurales al proporcionar una fuente de energía limpia, confiable y accesible para iluminación, cocción y calefacción. Algo que tiene implicaciones directas en la salud al reducir la exposición al humo de combustibles tradicionales.
Bioenergía sostenible
La sostenibilidad de la bioenergía se basa en el uso de recursos renovables y en la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero.
La bioenergía permite el aprovechamiento de residuos agrícolas, forestales y ganaderos que, de otro modo, podrían representar un problema ambiental. La conversión de estos residuos en energía limpia contribuye a una gestión más eficiente y sostenible de los recursos naturales.
El uso de la bioenergía generada permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con los combustibles fósiles. Además, la implementación de prácticas sostenibles en la producción de biomasa puede contribuir a la captura de carbono y a la mejora de la calidad del suelo.
La planta de Campredò como ejemplo en las comarcas del Baix Ebre
Un ejemplo significativo del impacto positivo de la bioenergía en las comunidades rurales es el proyecto de planta de biometano en Campredò, en las comarcas del Baix Ebre.
Genia Bioenergy ha iniciado los trámites administrativos para esta instalación, que transformará residuos orgánicos provenientes de la ganadería, agricultura e industria alimentaria de la zona en biometano, biofertilizantes y enmiendas agrícolas.
Este proyecto supone una inversión directa de 15 millones de euros y ha sido presentado con la participación de los alcaldes de Tortosa y Campredò, junto con ganaderos locales que se beneficiarán de la planta. Se espera que gestione hasta 127,000 toneladas anuales de residuos, incluyendo deyecciones animales, restos agrícolas y desechos orgánicos de la agroindustria.
El desarrollo de este proyecto permitirá dinamizar la economía local y ofrecerá una alternativa sostenible para la gestión de residuos. La planta generará aproximadamente 40 empleos durante su construcción y alrededor de 30 empleos de larga duración una vez operativa, contribuyendo a fijar población en la región.
Además, con esta planta de biometano se mejorará la gestión de deyecciones ganaderas y reducirá molestias como moscas y olores. Además, evitará la emisión de más de 20,000 toneladas de CO2 equivalente al año, promoviendo así la sostenibilidad ambiental.
La participación de los ganaderos locales es fundamental, ya que podrán reducir costos y simplificar la logística de gestión de residuos. La planta producirá hasta 93 GWh/año de biometano, que se inyectarán en la red de gas existente, abasteciendo a industrias, hogares, negocios y vehículos con un combustible renovable y de alta calidad.
Este proyecto busca integrarse en la comarca promoviendo la economía circular y la actividad local, demostrando, así, cómo la bioenergía puede ser una herramienta poderosa para el desarrollo económico y social sostenible de las comunidades rurales.
El futuro de la bioenergía en España
El futuro de la bioenergía en España es prometedor, con un creciente interés en la implementación de proyectos en todo el país.
La Estrategia Nacional de Bioeconomía y los Fondos Europeos de recuperación están destinados a apoyar el desarrollo de nuevas plantas de bioenergía y mejorar la infraestructura existente.
El objetivo es aumentar la capacidad de producción de bioenergía y asegurar que esta fuente de energía juegue un papel crucial en la transición energética de España.
La colaboración entre el sector público y privado será esencial para fomentar la innovación y la adopción de tecnologías avanzadas. Además, el apoyo a la investigación y desarrollo será fundamental para optimizar los procesos de producción y maximizar la eficiencia energética.
Los beneficios económicos y sociales de la bioenergía la convierten en una opción viable y sostenible para enfrentar los desafíos energéticos del futuro. Al aprovechar los recursos locales y fomentar la sostenibilidad, la bioenergía puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo sostenible de las comunidades rurales.
La planta de Campredò y otros proyectos similares demuestran el potencial de la bioenergía para transformar los residuos orgánicos en valiosos recursos, creando empleos y mejorando la calidad de vida en las zonas rurales.
Con el apoyo adecuado y un enfoque en la sostenibilidad, la bioenergía puede contribuir significativamente al desarrollo económico y social de las comunidades rurales en España y más allá.