La bioenergía representa una oportunidad sin precedentes para transformar la forma en que gestionamos nuestros recursos y enfrentamos los retos energéticos del futuro.
Su capacidad para integrarse eficientemente en el mix energético, aprovechando la biomasa para producir energía renovable, destaca su papel fundamental en la descarbonización de la economía y la sostenibilidad ambiental.
Además, su impacto va más allá de la producción energética, impulsando el desarrollo rural, la creación de empleo y fomentando la circularidad en la gestión de los residuos.
La bioenergía como parte del mix energético
La electrificación no ha sido posible aún en todos los sectores y esto ha situado a la bioenergía como parte de la solución dentro del mix energético renovable, contribuyendo a la descarbonización de la economía.
Además, la bioenergía es una fuente de energía renovable versátil, que promueve la circularidad y presenta un carácter social y de proximidad relevante.
Algunos de los beneficios que aporta la bioenergía dentro del mix energético son:
- Un balance neutro en carbono reconocido por las normas sobre contabilización de emisiones que establece la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), el Reglamento sobre el mecanismo de seguimiento de la UE, el Reglamento relativo a la gobernanza de la Unión de la Energía y por la Directiva de Energías Renovables (REDII).
- Disponibilidad, a un precio asequible, y seguridad energética.
- Favorece la creación de puestos de trabajo, en especial en las zonas rurales, contribuyendo a su desarrollo.
- Puede integrarse en la gestión forestal y las cadenas de valor de los residuos agrícolas, así como en otras prácticas innovadoras, como el “carbon farming” (captura de CO2 en el suelo mediante plantaciones) o la agricultura sostenible.
- Promueve la circularidad y la gestión sostenible de los residuos orgánicos mediante su valorización energética.
En Europa, el uso de la bioenergía representa el 11% del mix energético y el 57% del total de energías renovables, generando un impacto económico de 34.116 millones de euros y ahorrando 290 millones de toneladas de CO2 anualmente.
A nivel nacional, la contribución de la bioenergía al mix energético aumentó en un 1% y, en estos momentos, aporta el 9% de la energía que se consume en España.
Actualmente, el país está aprovechando 4,3 millones de toneladas de biomasa, pero dispone de millones de toneladas más, tanto forestales como agrícolas, susceptibles de valorizarse.
Por lo tanto, hay todo un potencial por aprovechar para la producción de bioenergía de forma eficiente y sostenible. Esto permitirá situarla en el lugar que le corresponde dentro del mix energético y hacer posible la descarbonización de la economía.
Gestión de residuos y desarrollo rural a través de la bioenergía
La bioenergía juega un papel crucial en la gestión sostenible de residuos, convirtiendo lo que antes se consideraba un desecho en un valioso recurso.
La transformación de residuos en bioenergía permite valorizar materiales que de otro modo terminarían en vertederos o serían incinerados, generando problemas de contaminación y emisiones de gases de efecto invernadero. Así, los residuos pasan a convertirse en recursos útiles, cerrando el ciclo de materiales y promoviendo la economía circular.
Esto, en un contexto rural, implica el aprovechamiento de los residuos locales y subproductos agroindustriales para la producción de energía renovable que puede aprovecharse de forma local, reduciendo la dependencia energética y fomentando ciclos de producción sostenibles.
Un proyecto de bioenergía puede ser el catalizador para el desarrollo de infraestructuras en un área rural, mejorando el acceso a energía renovable y servicios básicos. De esta forma, estaría contribuyendo a mejorar la calidad de vida en las comunidades rurales y a reducir la brecha de desarrollo entre zonas urbanas y rurales.
Además, la implementación de este tipo de proyectos conlleva la creación de empleos directos e indirectos, asociados a la construcción, operativa y mantenimiento de la planta de bioenergía, así como a las actividades de gestión. Estas nuevas oportunidades laborales contribuyen a dinamizar la economía rural y hacer frente al reto demográfico.
La planta de biogás en Seleus como ejemplo
Un ejemplo de cómo la bioenergía favorece la gestión sostenible de los residuos orgánicos y el desarrollo rural lo tenemos en la planta de biogás que se va a construir en Seleus, Rumania.
Esta instalación, que construirá Genia Bioenergy, transformará 60.000 toneladas anuales de residuos ganaderos y agrícolas en biogás, que luego se utilizará para abastecer de electricidad y calefacción al municipio.
También se aprovecharán los digestatos generados, aplicándolos de forma local como enmiendas orgánicas en los cultivos agrícolas del municipio.
Con este proyecto, el municipio rural de Seleus da una solución sostenible a los problemas locales de gestión de residuos agrícolas y ganaderos, se beneficia de la energía generada y suma la creación de 6 empleos directos y hasta 20 indirectos en una población de apenas 3.000 habitantes.
A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, es crucial reconocer y aprovechar el potencial de la bioenergía dentro del mix energético, apoyando un desarrollo equilibrado y sostenible a largo plazo.
Desde Genia Bioenergy ponemos a disposición todo nuestro conocimiento y experiencia en la valorización energética de los residuos orgánicos para contribuir al despliegue de la bioenergía en el mix energético de nuestro país.