La taxonomía de la Unión Europea (UE) surge de la necesidad de establecer un lenguaje común y una definición clara sobre qué actividades son sostenibles y cuáles no.
De esta forma, se crea un sistema común de clasificación de las actividades económicas sostenibles a las que dirigir las inversiones necesarias para poder alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo.
En esta taxonomía de la UE, se establece un listado de actividades económicas sostenibles que proporciona seguridad a los inversores, ayuda a las empresas a ser más respetuosas con el clima, mitiga la fragmentación del mercado y ayuda a dirigir las inversiones hacia donde más se necesitan.
El Reglamento sobre taxonomía, que entró en vigor el 12 de julio de 2020, señala en sus bases cuatro condiciones generales que debe cumplir una actividad económica para ser calificada como sostenible desde el punto de vista medioambiental:
- Que haga una contribución sustancial a, al menos, un objetivo medioambiental.
- Que no cause daño significativo a ningún objetivo ambiental.
- Que cumpla con las salvaguardias sociales mínimas (art.18 del Reglamento).
- Que cumpla con los criterios técnicos de selección.
Los objetivos medioambientales que marca el reglamento son seis:
- Mitigación del cambio climático
- Adaptación al cambio climático
- El uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos
- La transición a una economía circular
- Prevención y control de la contaminación
- Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas
Y los criterios técnicos de selección se desarrollan en los Actos Delegados, que son disposiciones que la Comisión adopta en virtud de una delegación otorgada a través de un acto legislativo de la UE.
Así, para cada actividad económica, los criterios técnicos de selección especifican requisitos de desempeño ambiental que garantizan que la actividad haga una contribución sustancial a un objetivo ambiental y no cause un daño significativo al resto de objetivos ambientales.
Con esto, se busca garantizar la coherencia entre los objetivos de la taxonomía de la UE y que el progreso hacia un objetivo no se realice a expensas de otro.
El 9 de diciembre de 2021 se publicó en el Diario Oficial un primer acto delegado sobre actividades sostenibles para los objetivos de adaptación y mitigación del cambio climático, que es aplicable desde enero de 2022.
El Acto Delegado sobre taxonomía climática y el biogás
La adopción del primer acto delegado sobre taxonomía climática proporciona los criterios técnicos de selección de la taxonomía de la UE para definir las actividades que contribuyen de forma sustancial a la mitigación del cambio climático y a la adaptación al mismo. Estos serían los dos primeros objetivos medioambientales de los seis previstos en el Reglamento de taxonomía de la UE.
Así, en este Acto Delegado se incluyen las actividades más relevantes para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y para la mejora de la resiliencia climática.
Dentro de las actividades incluidas figura la producción de biogás a partir de la digestión anaerobia (DA) como una actividad baja en carbono, reconociendo su valiosa contribución a la neutralidad climática.
También se respalda el papel del biogás y el biometano en el suministro de energía y calor renovables, y reconoce la necesidad de integrar los gases con bajo contenido de carbono en las redes de gas natural existentes. Algo que da seguridad a los inversores y operadores en toda la cadena de valor de la energía para favorecer el despliegue del biogás y el biometano en los próximos años.
No obstante, los criterios adoptados en el Acto Delegado sobre la taxonomía climática no están completamente alineados con la Directiva de Energías Renovables y surgen algunas dificultades a la hora de aplicarlos en actividades relacionadas con el biogás y el biometano.
Dificultades en la aplicación de criterios para el biogás y el biometano dentro del Acto Delegado sobre el Clima
El Acto Delegado sobre taxonomía climática incluye intrincados criterios de selección para el biogás y el biometano. Aunque se definen varias actividades subvencionables relacionadas con el biogás y el biometano, algunos usos finales, que también cuentan con el apoyo de las políticas europeas, no encajan en ninguna de las categorías.
Esto genera confusión en cómo aplicar los requisitos en la cadena de valor y dificulta el avance en las inversiones.
Hay que tener en cuenta que, según una encuesta realizada a miembros de la Asociación Europea del Biogás (EBA), las empresas que invierten en biogás y biometano consideran que el cumplimiento de la Taxonomía de la UE es clave para impulsar las inversiones ecológicas y, por este motivo, se esfuerzan por cumplir los criterios.
Un ejemplo de estas dificultades a la hora de encajar determinadas actividades relacionadas con el biogás y el biometano con los criterios de la taxonomía lo tenemos en el uso del biometano obtenido a partir de materias primas sostenibles procedentes de la agricultura (incluidos los residuos agrícolas y el estiércol, por ejemplo). Esta actividad no se ajustaría a la definición/criterios de la digestión anaerobia de biorresiduos (5.7 Anexo I), ni a la producción de biogás y biocombustibles para el transporte (4.13 Anexo I).
Ante esta situación, la EBA considera que la actualización el Acto Delegado sobre el Clima y los nuevos criterios medioambientales son una oportunidad para impulsar la inversión en el sector del biogás y el biometano y apoyar su crecimiento.
Recomendaciones de la Asociación Europea del Biogás
La EBA recomienda incluir en la revisión de la taxonomía climática la evaluación de una actividad económica para la producción de biogás y biometano a partir de toda materia sostenible e independiente de su uso final, garantizando la coherencia en requisitos tales como:
- Monitoreo de fugas de metano (por el momento, mencionado en 5.7 pero no en 4.13).
- El desarrollo de una estrategia de mitigación adecuada para limitar las emisiones de CH4 y NH3.
Además, teniendo en cuenta que el nuevo Acto Delegado de la Taxonomía de la EU se centrará en los otros cuatro objetivos medioambientales, incluida la transición hacia la economía circular, la EBA apoya la inclusión de nuevas actividades económicas que contribuyan a esta economía más circular. Estas actividades serían:
- La recuperación de fósforo de las aguas residuales.
- El tratamiento de las aguas residuales urbanas.
- La valorización de biorresiduos mediante digestión anaerobia o compostaje.
El nuevo Acto Delegado será fundamental para el sector del biogás y el biometano al incluir los objetivos medioambientales, y deberá garantizarse que los criterios técnicos establecidos se ajusten a criterios científicos contrastados. De esta forma, la taxonomía de la UE podrá convertirse en un instrumento de gran utilidad y fiabilidad para canalizar las inversiones hacia actividades sostenibles e incrementar la transparencia en el ámbito financiero.