La actual crisis climática y los ambiciosos objetivos de cero emisiones en 2050, a conseguir mediante la transición energética y la descarbonización de la economía, han situado a los gases renovables en el punto de mira, como elementos clave para lograrlo.
El hidrógeno renovable y el biometano constituyen una opción sostenible, viable y limpia, que permite reducir las emisiones de los procesos industriales, proporcionar combustible para un transporte sostenible y energía para los sectores residencial y comercial.
Además, el desarrollo e implementación de la tecnología necesaria para su producción contribuye a la generación de empleo a medio y largo plazo, así como a dinamizar áreas rurales y despobladas, favoreciendo la transición justa y el reto demográfico.
De estos gases renovables, el biometano obtenido a partir de la purificación del biogás (upgrading) puede desplazar gradualmente al gas natural de origen fósil en sus usos habituales.
Al presentar características similares, puede ser inyectado directamente en la red gasista, pudiendo aprovechar la infraestructura existente y ahorrar costes, y abastecer de energía a los usuarios.
A su vez, gracias a su potencial energético, su uso es de interés en aquellas aplicaciones intensivas en energía o difícilmente electrificables, como el transporte pesado o la industria intensiva en uso de energía térmica.
Este uso potencial del biometano, en combinación con otros gases renovables (hidrógeno verde) permitirá reducir la dependencia energética de España respecto terceros países, al mejorar la seguridad del suministro.
Ahora bien, España y Francia son dos países con capacidad de producción similar de biometano. Sin embargo, en España solo existen cinco plantas productoras que inyecten este gas renovable a la red gasista, mientras que en Francia disponen de más de 300 plantas de este tipo (un millar en el conjunto de Europa).
Esta diferencia entre España y Francia, aún disponiendo de un potencial similar para la producción de biometano, se debe a lo difícil que resulta la puesta en marcha de una planta de biometano, por lo lento y costoso de los trámites administrativos, y la falta de un marco regulatorio que establezca un control y garantice el origen renovable del biometano producido. Así mismo, también son necesarios incentivos económicos que impulsen su desarrollo.
Esta situación en España puede cambiar en los próximos años, entre otras cosas, gracias a la futura Hoja de Ruta del biogás, aún pendiente de aprobación.
Hoja de ruta para el biometano
La Hoja de Ruta del Biogás, expuesta a información pública por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) y pendiente de aprobación, plantea el camino a seguir para potenciar el desarrollo del biometano en España.
Esta Hoja de Ruta describe 5 ejes de actuación y 43 medidas concretas, con el objetivo de llegar a multiplicar la producción de biogás en 3,8, de cara al 2030.
En esta misma Hoja de Ruta, el Gobierno plantea la regulación de las garantías de origen (según lo previsto en la directiva de renovables que entró en vigor el 1 de julio de 2021) como medida para identificar el origen del gas renovable y permitir a los comercializadores y consumidores diferenciarlo del gas de origen fósil.
La regulación de las garantías de origen queda recogida dentro del Eje 1 (Instrumentos regulatorios) de esta Hoja de Ruta, donde también se incide en la agilización y homogeneización de los procedimientos administrativos en todo el territorio nacional, y en la mejora de la normativa sobre residuos, para facilitar la obtención del gas renovable.
España es el segundo país de Europa con más potencial para esta tecnología
El número de plantas de biometano ha crecido en Europa un 17% durante el último año. Casi un millar de plantas.
De este total de plantas existentes en Europa, tan sólo, cinco corresponden a España, aún estando entre los países con mayor potencial de producción (después de Francia y por delante de Italia y Alemania), teniendo en cuenta la disponibilidad de las materias primas y su rendimiento en conversión a gas renovable.
Ante la inminente aprobación de la Hoja de Ruta del Biogás y del sistema de garantías de origen de los gases renovables, se espera que esta situación cambie y se impulse el desarrollo del biometano en España.
A través de la innovadora aplicación informativa de Gasnam, se puede consultar la ubicación de estas cinco plantas de biometano operativas, así como los proyectos previstos de puesta en marcha en los próximos 3 años.
De esta forma, se puede comprobar que la previsión, antes de que finalice el 2022, es que el número de plantas de biometano en explotación pase a ser 12 y otras 30 estarán en proyecto.
Siguiendo con las previsiones, de cara al 2024, el número de plantas de biometano en España llegaría a 64, generando una potencia total de 2.077 Gwh/año.
Un crecimiento positivo, pero que aún solo representaría la mitad de la producción actual de Francia (4.000 Gwh/año).
No obstante, vamos por el buen camino, siempre que se pongan en marcha las medidas necesarias para seguir avanzando y cumplir con las estimaciones hechas por Gas for Climate.
Según estas estimaciones, España tendría un potencial de producción de biometano de casi 150TWh al año en 2050, manteniéndonos en segunda posición, después de Francia.
Valorización de los residuos para la producción de Biometano
De estas casi 150TWh de biometano, unas 125TWh corresponden a biometano obtenido a partir de la digestión anaerobia de materia orgánica.
El origen principal de esta materia orgánica viene a ser los propios residuos orgánicos generados en los diferentes sectores (agroindustrial, agroalimentario, residuos urbanos, lodos de depuradora) y que, sometidos a este tratamiento de valorización energética durante su gestión, pasarían a convertirse en un recurso.
Esta valorización energética de los residuos orgánicos implica un paso previo de obtención del biogás en digestores anaerobios, para luego proceder con su purificación mediante la tecnología de upgrading.
Este paso implica la eliminación del CO2, ácido sulfhídrico y otras impurezas presentes en el biogás, y un aumento en la concentración del metano presente en el gas (96%). Es decir, una mejora de la calidad y eficiencia del gas renovable obtenido a partir de los residuos orgánicos.
En Genia Bioenergy desarrollamos proyectos de valorización energética de residuos orgánicos para la obtención de biometano, contribuyendo con ello al desarrollo de esta tecnología verde y el avance de la transición energética.