La digestión anaerobia de los residuos orgánicos permite la obtención de biogás como principal producto del tratamiento, pero también se obtiene otro subproducto de gran valor añadido: los digestatos.
Estos digestatos suponen una materia prima rica en microorganismos, carbono, micronutrientes y otros nutrientes como nitrógeno, fosfato, potasio, calcio, magnesio y azufre, y su producción equivale a unos 900Kg (peso seco) por cada tonelada de residuo orgánico tratado en la planta de biogás.
Sus posibles aplicaciones van desde enmiendas para el suelo de terrenos agrícolas o jardinería, fertilizantes orgánicos o recuperación de determinados nutrientes, dependiendo de la calidad y de los requisitos legales que deban cumplir.
Unas aplicaciones para las que puede ser necesario un tratamiento, separando, previamente, las fracciones líquidas y sólidas del digestato.
Así, por ejemplo, para su aplicación como enmienda, en gran parte de la UE, la fracción sólida del digestato deberá transformarse en compost, siguiendo las normas y consideraciones de calidad del compost.
Requisitos a tener en cuenta para el compost a partir de digestatos
Uno de los elementos críticos que tener en cuenta a la hora de compostar los digestatos es la contaminación.
La presencia de contaminantes en el compost hace que su comercialización esté prohibida en aquellos países donde existen normativas al respecto.
En el caso de España, su uso como enmienda queda regulado por el Real Decreto 999/2017, de 24 de noviembre, por el que se modifica el Real Decreto 506/2013, de 28 de junio, sobre productos fertilizantes, que tiene por objetivo fijar las reglas básicas en materia de productos fertilizantes y procesos necesarios de coordinación con las comunidades autónomas.
Además, también debe respetar las medidas sanitarias establecidas en los Reglamentos UE nº 1774/2002 y 208/2006, donde se fijan las normas que deben aplicarse para evitar la propagación de patógenos durante el proceso de compostaje.
Entre los contaminantes ocultos que pueden encontrarse en el compost están los metales pesados, presentes ya en los residuos orgánicos iniciales.
Los lodos de depuradora suelen contener metales pesados (por ejemplo, plomo, cadmio, níquel, cromo, cobre y zinc) debido a la contaminación durante los procesos industriales de origen.
Otros contaminantes ocultos que pueden estar presentes son los contaminantes orgánicos persistentes (COP), tales como dioxinas y bifenilos policlorados (PCB), que también proceden en gran medida de procesos industriales. Estos COP son bioacumuladores y su presencia en el compost hace que se propaguen al suelo agrícola, siendo un peligro potencial para la salud humana y animal.
Entre los contaminantes visibles se incluyen los que no son compostables y permanecen al final del proceso al no haberse biodegradado.
Estos pueden ser fracciones compostables potenciales, como trozos de madera de gran tamaño, que aún no se han descompuesto y que pueden reciclarse, una y otra vez, en el proceso de compostaje o triturarse en trozos más pequeños para aumentar la velocidad de biodegradación.
Otros contaminantes visibles no compostables pueden ser plásticos de diversos tipos que contaminan los flujos de residuos alimentarios y de jardinería.
Así, el compost obtenido tras el tratamiento del digestato deberá estar libre de al menos el 99,5% de todos los contaminantes visibles (según normas de países como Reino Unido e Italia) y de niveles potencialmente nocivos de contaminantes ocultos, como metales pesados y COP.
De acuerdo con European Compost Network (ECN), la calidad del compost y del digestato no puede lograrse sin reconocer:
- La importancia de la pureza de la materia prima (en términos de contaminación) que se entrega en las instalaciones de compostaje; los biorresiduos, la mayor fracción de residuos orgánicos reciclados en la UE, necesitan estar lo más limpios posible de plásticos convencionales como bolsas de plástico, envases de alimentos y otros, para poder ser tratados eficazmente.
- La mejor calidad de biorresiduos (en términos de contaminantes visibles) se obtiene mediante la recogida con sistemas puerta a puerta. Está demostrado que estos sistemas de recogida sensibilizan a los hogares y a otros productores de residuos, lo que conduce a una mayor y mejor clasificación de los biorresiduos.
- Los límites técnicos de las actuales maquinarias y tecnologías aplicadas al pretratamiento de los residuos orgánicos para reducir los contaminantes visibles.
Según la ECN, siguiendo los principios de la economía circular, la calidad del digestato y del compost puede mejorarse mediante un compromiso claro por parte de los productores de residuos, los gestores de residuos, las empresas de recogida y transporte de residuos y las plantas de tratamiento para evitar recoger impurezas (como plásticos y otros materiales) junto a los biorresiduos, que acaben contaminando el producto final, el compost.
Aplicaciones del compost de digestato
Una vez certificado que el compost de digestato cumple con los requisitos normativos, sus aplicaciones pueden ser:
- A granel por los agricultores: la venta de grandes volúmenes de compost es el mercado principal y tradicional de las plantas de compostaje. Se requiere de un análisis agronómico de los suelos para determinar la cantidad de compost necesaria que añadir, teniendo en cuenta las necesidades de N,P,K y materia orgánica para la fertilidad del suelo.
- Floricultura: los usuarios finales necesitan cantidades más pequeñas de compost (por ejemplo, bolsas de 20 litros). En este caso, el compost suele necesitar aditivos para aportar valor nutritivo suficiente a las plantas ornamentales, por lo que debe ser tratado por un productor de sustratos de jardinería.
- Mercados agrícolas especializados: la falta de materia orgánica en muchas regiones del mundo, especialmente en las zonas áridas, crea enormes oportunidades de mercado para la materia orgánica como la que proporciona el compost.
También existen otros mercados para el compost en áreas específicas, como la recuperación de suelos, para zonas verdes (parques y jardines públicos), campos de golf o de deporte.
La transformación del digestato en productos de mayor valor, como el compost, hace que se incremente su valor potencial.
Además, las tecnologías del compostaje son maduras, convirtiendo este procedimiento en una primera respuesta rápida para completar la valorización, por ejemplo, de la fracción orgánica de los residuos urbanos, según el modelo de economía circular.
Desde Genia Bioenergy podemos ayudarte a implementar los procesos de valorización de los residuos orgánicos, cumpliendo con la normativa vigente y aportándote rentabilidad, gracias a la generación de energía y productos de valor añadido, como el compost a partir de los digestatos.