La sociedad, el consumidor están cambiando. Cada vez más se reivindica por la salud para el ser humano y el planeta.
En este punto de inflexión, sectores como el de la cosmética están en el punto de mira.
Demasiado plástico que acaba como residuo, contaminando los fondos marinos, productos que contienen toxinas que repercuten en la salud, etc.
Esto ha provocado un cambio de tendencia en el sector, apostando por lo orgánico, lo natural, y por la transparencia en el modo de producción, el origen de los ingredientes y la trazabilidad.
En España, el sector de la cosmética cuenta con un catálogo de productos de unas 250.000 referencias distintas y la inversión de las compañías en I+D+i asciende a 307 millones de euros al año.
Un tercio de los productos lanzados al mercado han sido reformulados y optimizados, y el 58,1% de las empresas han creado alguna línea “eco”, “bio” u “orgánico”.
Muchas de estas empresas trabajan también en el ecodiseño y en la reducción del packaging, así como en una menor presencia de micropartículas de plástico en sus productos.
La innovación e investigación, con enfoque hacia la sostenibilidad, para ofrecer productos más eficaces, seguros y respetuosos con el planeta está cada vez más presente en los grandes centros de cosmética, pero también avanza en el sector de la cosmética natural y en los pequeños laboratorios.
Consumidores conscientes
El consumidor actual está preocupado por la salud, de una forma integral, prestando más atención a su propio bienestar y al del planeta.
Esta preocupación es la que le lleva a demandar una mayor transparencia, sostenibilidad y trazabilidad a las industrias, en su forma de producir y en los productos que ofrecen.
Tras la pandemia, el sector de la cosmética ha sufrido una transformación basada en la digitalización, la sostenibilidad y la innovación que actúan como palancas para su reactivación. Frente a esto, se encuentra un nuevo perfil de consumidor que se le conoce como CSS (consciente, solidario y sostenible), cuyas preferencias de compra se dirigen hacia la responsabilidad y la sostenibilidad.
Podemos hablar de un consumidor ecotecnológico, que valora cada vez más el consumo de productos locales, de proximidad y sostenibles.
Así, la tendencia hacia este compromiso con la sostenibilidad y la proximidad se eleva a día de hoy en un 46% de los consumidores y más de la mitad (56%) opta por productos made in Spain.
Cosméticos a partir de aguas residuales y basura orgánica
Un ejemplo de las investigaciones e innovaciones que se están desarrollando, bajo el contexto de la sostenibilidad, es el proyecto Deep Purple.
Un proyecto cofinanciado por el Programa Horizonte 2020 y el BIC (Bio-based Industries Consortium), cuyo objetivo es la transformación de las aguas residuales urbanas y la fracción orgánica de las basuras en cosméticos y otros productos.
Esta iniciativa, liderada por la empresa española FCC Aqualia, propone la valorización de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), los fangos de estación depuradora de aguas residuales (EDAR) y las aguas residuales urbanas, mediante un tratamiento sinérgico e integrado.
Este tratamiento se lleva a cabo mediante una multiplataforma de emplazamiento único, a través de biomasa, celulosa y biogás. En ella se combinan tecnologías de recuperación (pre y post-tratamiento de biorresiduos) y soluciones novedosas basadas en bacterias púrpuras fotosintéticas (PPB), en lo que es la primera Fotobiorrefinería.
Con este tratamiento, se podrán obtener cinco nuevos bioproductos con aplicación comercial en el sector de la cosmética, plásticos, construcción y fertilizantes.
Así, se podrá recuperar nanofibras de celulosa, para su aplicación en recubrimientos para fertilizantes y en aditivos de construcción, y ectoína, a partir de la valorización del biogás, para su aplicación en el sector de la cosmética.
También se obtendrán biopolímeros que pueden sustituir a los plásticos derivados del petróleo y son biodegradables, y biofertilizantes gracias al tratamiento con las bacterias púrpuras.
Estas bacterias púrpuras son unos microorganismos con un metabolismo versátil, lo que garantiza la adaptación a los flujos de residuos fluctuantes y diluidos. Algo que permite mantener una cadena de producción estable y rentable.
Transformando el biogás en ectoína para la industria cosmética
El proyecto CHEERS presenta una innovadora propuesta para la obtención de ectoína, un ingrediente de alto valor en la industria cosmética, a partir del biogás mediante procesos microbianos.
¿Cómo funciona? El biogás, generado por la descomposición de materia orgánica, se utiliza como fuente de carbono para alimentar a las bacterias.
Las bacterias, cuidadosamente seleccionadas por Cheers convierten el biogás en ectoína a través de un proceso natural y sostenible.
La ectoína se extrae y purifica para obtener un producto de alta calidad listo para ser utilizado en la industria cosmética.
El proyecto Cheers es un ejemplo de cómo la innovación y la colaboración pueden contribuir a la creación de una economía más sostenible y circular.
Beneficios del proyecto Cheers:
- Sostenibilidad: Reduce la huella de carbono en la producción de ectoína al utilizar biogás como materia prima.
- Eficiencia: Los bioprocesos de Cheers son más eficientes que los métodos tradicionales de producción de ectoína.
- Circularidad: Contribuye a un enfoque de biorrefinería de «residuo cero» al convertir un residuo (biogás) en un producto de alto valor (ectoína).
- Innovación: Impulsa la innovación en la industria cosmética con una alternativa sostenible y eficiente para la producción de ectoína.
- Alineación con las estrategias de la UE:
El proyecto Cheers está totalmente alineado con las siguientes estrategias de la UE:
- Pacto Verde Europeo: Promueve la producción sostenible y la reducción de emisiones de carbono.
- Plan de Acción de Economía Circular: Fomenta el uso eficiente de los recursos y la valorización de residuos.
- Estrategia de Bioeconomía: Apoya el desarrollo de nuevas tecnologías y productos basados en la biotecnología.
Impacto del proyecto Cheers:
- Reducción de la huella de carbono: Se espera una reducción mínima del 45% de la huella de carbono en la producción de ectoína
- Crecimiento de la bioeconomía: Fomenta el desarrollo de la biotecnología y la creación de empleos en este sector.
- Mayor conocimiento: Difunde información sobre las cadenas de valor basadas en la biotecnología entre los diferentes actores del sector.
Otros proyectos basados en la Ectoína a partir del biogás
La multiplataforma desarrollada en el proyecto Deep Purple incluye una plataforma de biogás para el tratamiento de la fracción orgánica de los residuos urbanos.
Estos se transforman mediante digestión anaerobia en biogás, que puede convertirse en productos de alto valor añadido mediante la acción de microorganismos metanotrofos.
Estos productos de valor pueden ser precursores de la industria química o productos de química fina como la ectoína.
Esta última es un aminoácido que acumulan determinadas bacterias en su interior para evitar la ruptura celular por ósmosis bajo estrés salino, y tiene la capacidad de proteger al ADN de la radiación ultravioleta, por lo que resulta un compuesto activo muy apreciado en la industria cosmética.
Un ejemplo de innovación, bajo la idea del desarrollo sostenible y la economía circular en la gestión de residuos orgánicos, del que participa y se beneficia el sector de la cosmética.