Formas efectivas de gestionar volumen de purines en tus explotaciones

El impacto ambiental que las actividades realizadas por los seres humanos  (industriales, agrícolas, ganadera, transportes, ocio…) provocan en la naturaleza es un grave problema del que, afortunadamente, cada vez están tomando mayor conciencia tanto la sociedad como los gobiernos y administraciones.

Centrándonos en la actividad ganadera, uno de los elementos que mayor huella ecológica originan son los purines de los cerdos, una mezcla de orina y otros desechos que se canalizan desde los cebaderos de las granjas. Como consecuencia de ello, las granjas de porcino se han visto, en los últimos años, sujetas a una estricta normativa que responsabiliza a sus titulares o propietarios de implantar un correcto tratamiento de los residuos generados

Los purines pueden reciclarse y convertirse en fertilizantes e, incluso, en una potente fuente de energía denominada biomasa. Pero para ello es necesario seguir los procesos adecuados y contar con las infraestructuras necesarias.

 

 La nueva normativa sobre purines 

Sin posibilidad de prorrogar los plazos, desde el 1 de enero del presente año 2020 está totalmente prohibido el esparcimiento de purines ganaderos en toda España con los sistemas de plato o abanico. Por otro lado,  es obligatorio enterrar los estiércoles sólidos mediante técnicas de inyección o bangas en un plazo máximo de cinco días.

Con esta normativa, lo que se pretende es dar una respuesta adecuada a las exigencias de la Unión Europea con relación a la necesidad de reducir el nivel de emisiones de amoníaco y, dentro de un concepto más general, ayudar a aumentar el contenido de materia orgánica del suelo para luchar contra la emergencia medioambiental provocada por el calentamiento global del planeta.

La normativa por la que se rige la organización, ordenación, gestión de residuos y otros deberes medioambientales de las granjas porcinas intensivas está recogida en el Real Decreto 306/2020, de 11 de febrero. 

En dicho marco normativo se reconoce el significativo impacto medioambiental de la producción ganadera en España por varias razones: el principal motivo es la producción de nitratos y las emisiones de amoniaco a la atmósfera y, en menor medida, la emisión de gases de efecto invernadero. Por todo ello, se considera totalmente necesario que el sector de la producción porcina se modernice y actúe de forma coordinada en la toma de medidas que reduzcan los negativos efectos en el medio ambiente generados por dicha actividad.

La normativa considera al titular de una explotación ganadera el responsable de que se realice un tratamiento de los residuos acorde a la legislación vigente, así como las medidas favorables al medioambiente que sean necesarias.  

Se considera también esencial garantizar la formación adecuada de los empleados que trabajen en las granjas, cumplir la normativa vigente en cuanto a bienestar animal y establecer las condiciones necesarias relativas a bioseguridad.

 

¿Qué hacer ahora con los purines y residuos de una explotación? 

La nueva normativa ha generado una importante inquietud y preocupación entre los titulares y responsables de las granjas porcinas, puesto que se encuentran ante el difícil reto de cómo gestionar los purines y otros residuos sólidos y líquidos procedentes de sus animales.

 

El uso como abono ya no es una solución completa

Hasta ahora, el uso de los purines como abono agrícola se estaban usando como la solución principal del problema. Pero la nueva normativa que restringe la cantidad de excrementos que se pueden verter al campo y la forma de hacerlo ha complicado  la gestión de residuos. 

Una posible solución al problema podría ser el transporte de los purines hacia zonas autorizadas para ser depositados como fertilizantes. Pero el traslado resulta caro y la balsas de almacenamiento solo permiten aliviar la situación durante cuatro meses, que es el tiempo máximo permitido para su acumulación.

 

 

 

Las plantas de biogás centralizadas: un alternativa muy interesante para la gestión de purines

Una planta de biogás, en la que los purines son transformados en energía eléctrica y térmica es una nueva vía para solucionar el problema del sector ganadero de gestionar residuos procedentes de sus animales que, con la normativa actual, no pueden ser aplicados directamente al campo. La centralización de una planta que dé cobertura a varias explotaciones se perfila como una de las soluciones más viables y rentables.

 

Cómo sacar el máximo rendimiento a los residuos de una explotación ganadera 

En la actualidad, si se ponen en marcha las técnicas y la infraestructuras adecuadas es posible convertir el problema de la gestión de residuos porcinos en una buena oportunidad de negocio. Existe dos grandes formas de sacar rendimiento económico a los residuos:

  • Usarlos como fertilizantes. Esta opción, como hemos comentado, está limitada con la normativa actual, pero puede usarse parcialmente, respetando la normativa legal y usando métodos compatibles con la preservación de la flora y fauna de la zona, minimizando el impacto medioambiental. Algunos estudios cifran en unos 60.000 euros anuales el valor de los fertilizantes del purín de muchas granjas de porcino, pudiendo algunas de ellas llegar a generar mucho más beneficio.
  • Generar energía eléctrica y energía térmica. Se necesita la instalación de una planta de biogás que permita gestionar de forma integrada los purines y otros residuos orgánicos. De esta forma, además de tratar y gestionar los residuos de acuerdo con la normativa vigente, podemos generar suministro eléctrico y térmico en varios formatos (vapor, calefacción, agua caliente, etc.) Los beneficios de una planta de biogás dependen de su tamaño y cantidad de residuos gestionados, pudiendo ir desde el autoconsumo a la venta de energía a una escala superior.

 

Gestores de residuos y compostadores: las nuevas figuras en la gestión de purines

A medida que la legislación sobre residuos se ha ido haciendo más compleja y estricta y los requisitos de protección de medio ambiente más numerosos y complicados, han ido tomando fuerza dos figuras relacionadas con esta cuestión: el  gestor de residuos y el compostador.

El  gestor de residuos es un concepto general que engloba profesionales o entidades que llevan a cabo operaciones que componen la gestión de los residuos (tanto de valorización como de eliminación), tanto si son generados por ellos mismos o por terceros. 

Por su parte los compostadores se dedican a la transformación de la materia orgánica es un compost o abono natural. Se trata de un proceso biológico y natural que aporta calidad y salud al terreno, haciéndolo más duradero, fértil y libre de patógenos.

 

En Genia Global te ayudamos a cumplir con la normativa vigente en la gestión de purines con un sistema que, además, puede resultar muy rentable gracias a la generación de energía eléctrica o térmica: una planta de biogás. Para que una planta de biogás sea rentable es necesario disponer de un número mínimo de cabezas de ganado: unas 2.500 cabezas de porcino madre y más de 300 vacas de ordeño.

Para granja con un número menos de animales lo  más recomendable es instalar una planta de biogás centralizada de la que puedan beneficiarse varias explotaciones de tamaño reducido. También es importante que la instalación pueda trabajar tanto con purines junto con otro tipo de residuos. 

 

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