Gas renovable, aliado de la economía circular

El gas natural es la energía convencional de suministro continuo de la disponemos actualmente, pero su sustitución paulatina por gas renovable es un acontecimiento que ya está sucediendo.

El gas renovable (biogás, biometano e hidrógeno verde) va en camino de convertirse en la energía renovable de uso convencional con emisiones cero. 

El hecho de que se pueda generar a partir de residuos orgánicos lo sitúa dentro del modelo de economía circular.

Algo a lo que también suma su balance neutro e incluso negativo de emisiones netas de CO2, siendo un elemento clave para la descarbonización de la economía (Pacto Verde Europeo) y la lucha contra el cambio climático. 

 

¿Por qué debemos generar este cambio energético?

Si nos ponemos a enumerar las razones por las que debe potenciarse la sustitución del gas natural por gas renovable nos encontramos que:

  1. El gas renovable reduce la dependencia energética exterior y contribuye al desarrollo rural y a la creación de empleo.

Se trata de una energía renovable que se genera localmente, en muchos casos en zonas rurales, y con capacidad de almacenamiento.

  1. Su producción y uso es clave para cumplir con los objetivos climáticos europeos: alcanzar un 40% de energía renovable y reducir hasta un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero.
  2. La capacidad de almacenaje del gas renovable y que se puedan usar las infraestructuras disponibles (red de distribución de gas natural) resuelve el problema de no-simultaneidad de la producción y demanda del resto de renovables y evita la realización de nuevas inversiones en infraestructuras.

Al revisar la tendencia a nivel europeo de la producción de biometano nos encontramos que, de las 483 plantas que existía en 2018, se ha pasado a unas 729 plantas de biometano en 2020, lo que supone un considerable incremento. 

Además, los estudios de potencial energético del biogás en Europa indican una capacidad de generar 780 TWh/año de energía, cifra que podría duplicarse con la incorporación de la gasificación de biomasa forestal y agrícola.

Las metas a alcanzar propuestas por la Asociación Europea del Biogás son las de poder suministrar 1170 TWh/año de biometano o syngas a la red de gas natural europea.

Una senda que España debe seguir para ser partícipe de la transición energética y el camino hacia la descarbonización de la economía.

 

Un vector energético emergente

Dentro del término gas renovable nos encontramos con tres tipos de gases:

  • El biogás: se obtiene mediante un proceso de digestión anaerobia de los residuos orgánicos procedentes de la industria (ganadera, agrícola y alimentaria), áreas urbanas o lodos de depuradora.
  • Gas de síntesis o syngas: se obtiene mediante gasificación térmica de residuos forestales o agrícolas (lignocelulósicos).
  • Hidrógeno verde: se genera mediante electrólisis del agua, con el uso de excedentes de energía eléctrica de origen solar o eólico (power-to-gas).

Los dos primeros tipos de gases renovables pueden transformarse en un gas de características similares al gas natural, lo que les permite sustituirlo en sus aplicaciones y poder usar el sistema de gasista para su transporte, distribución y almacenaje.

En el caso del biogás, esta transformación consiste en su depuración y enriquecimiento (upgrading) para la obtención de biometano. El gas pasaría a tener una concentración media de metano del 94% y se habría eliminado el CO2 y otras impurezas.

El syngas puede ser transformado en metano sintético mediante un proceso termo-catalítico o por procesos biológicos (digestión anaerobia).

Y el hidrógeno verde sometido a metanación (reacción con CO2 de la que se obtiene metano y agua) se convertiría en gas natural renovable.

Igualmente, el hidrógeno verde sin tratar puede ser inyectado en el sistema gasista a unos porcentajes del 5-10% según los países, por lo que se aprovecha su elevada capacidad de almacenamiento para cubrir las necesidades de carácter estacional. Esto ha propiciado que su uso esté más avanzado en Europa.

 

Planes de financiación desde Europa

Desde Europa, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), se están financiando Ayudas a la Inversión de Renovables. Térmicas y eléctricas.

Dentro de la tipología de proyectos a financiar se encuentran los de generación de energía eléctrica a partir de gases renovables, destacando la innovación y el desarrollo de potencia renovable vinculada al almacenamiento o la producción de hidrógeno y las aplicaciones en autoconsumo.

Para esta línea de ayudas el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ha destinado 316 millones de euros y su ejecución es a través de convocatorias realizadas por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) en cada comunidad autónoma, con especificidad insular y reparto de recursos y condiciones consensuados con los distintos territorios, de acuerdo a criterios y tipologías incluidas en las bases reguladoras.

Se trata de ayudas a fondo perdido que se rigen por el principio de concurrencia competitiva a fin de optimizar al máximo la aplicación de las mismas.

Los beneficiarios de estas ayudas pueden ser personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, o también comunidades de bienes, comunidades de propietarios, agrupaciones de comunidades de propietarios y otras agrupaciones que puedan llevar a cabo la actuación de la ayuda.

Los tipos de actuaciones que se incluyen en estas convocatorias están dentro del marco de actuación que está llevando a cabo el MITECO, dentro de la Hoja de ruta del H2 renovable, las Estrategias de almacenamiento de biogás, así como la futura Estrategia nacional de autoconsumo. 

 

La situación de los gases renovables en España

Actualmente España cuenta con unas 204 unidades de producción de energía eléctrica a partir de biogás. Esto hace una producción total estimada de 3,1 TWh de energía primaria (dato de 2018).

Las instalaciones de biometano que se inyectan a la red de gas natural se reducen a tres: una ubicada en Valdemingómez (Madrid), otra en Bens (A Coruña) y una tercera en Balaguer (Lleida).

Pero el potencial energético disponible en España en lo que a gases renovables se refiere se sitúa entre 61 y 95 TWh/año, pudiendo llegar a un máximo de 201-228 TWh/año. Lo que se traduce en un 25-65% de la demanda actual de gas natural.

La procedencia de este potencial quedaría repartida de la siguiente forma:

  • 35% procedente de biogás.
  • 42% de gas de síntesis de biomasa forestal y agrícola.
  • 23% de hidrógeno verde.

Si se aprovechan estos potenciales, España podría alcanzar un ahorro en emisiones de gases de efecto invernadero de entre 12,3-17,5 Mt CO2eq/año para el potencial disponible y 35,9-39,1 Mt CO2eq/año para el potencial máximo.

Estos valores de producción de gases renovables comparados a los potenciales muestran el retraso que lleva España respecto al resto de países de Europa.

Un retraso probablemente debido a la falta de políticas claras y coordinadas que ha habido hasta este momento.

Los primeros pasos para resolver esto se están dando. Por un lado, ya aparece en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) una medida en exclusiva que incentiva la promoción de los gases renovables, y en las diferentes medidas legislativas con respecto a los residuos.

Por otro lado, también se han preparado las hojas de ruta del hidrógeno y del biogás, por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, que creará el marco regulativo adecuado para permitir desarrollar estas bioenergías, tal y como han hecho otros países europeos.

En Genia Bienergy apostamos por el desarrollo de estas energías renovables. Por ello, ofrecemos un servicio integral para la generación de gas renovable que permite el desarrollo de economía circular y la descarbonización de la economía.

 

 

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