Durante este 2023, ha entrado en vigor la nueva Ley de Movilidad Sostenible. Una herramienta fundamental para modernizar la movilidad y adaptarla para hacer frente a la actual crisis climática.
Esta nueva norma promueve un sistema de transportes más sostenibles y eficientes, que permita proteger el medio ambiente y la calidad del aire. No hay que olvidar que, actualmente, el transporte es responsable del 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en nuestro país.
La situación actual del cambio climático exige una adaptación del sistema de transporte, más limpio y sostenible, siendo esta una de las principales razones que hacen necesaria esta nueva ley.
La Ley se estructura en cuatro grandes pilares: la movilidad como derecho, una movilidad limpia y saludable, un sistema de transporte digital e innovador e invertir mejor al servicio de los ciudadanos.
De estos cuatro pilares, la movilidad limpia y saludable atiende, directamente, al reto de hacer frente a la crisis climática.
¿Qué se entiende por movilidad limpia y saludable?
La movilidad limpia y saludable hace referencia al uso de medios de transporte que emiten menos contaminación y generan un menor impacto sobre el medio ambiente.
El objetivo de esta movilidad limpia y saludable es reducir las emisiones de GEI y mejorar la calidad del aire, lo que repercute en una mejora de la salud pública y ambiental.
En el ámbito urbano, para lograr este objetivo, las medidas van dirigidas a incentivar y promover los medios y modos de movilidad más sostenibles. Entre las alternativas disponibles, en este sentido, estarían el uso de bicicletas y patinetes, vehículos eléctricos y autobuses eléctricos.
De cara al transporte de mercancías y la logística, la Ley reconoce estos como un servicio indispensable para la sociedad, tal y como se puso de manifiesto durante la crisis del COVID, debido a su relevancia en el sostenimiento de la actividad económica.
Las medidas que se establecen para impulsar este sector van dirigidas a aumentar su eficacia y competitividad, y a reducir el desequilibrio en las relaciones comerciales entre los diferentes operadores de la cadena de valor.
Se apoya la actuación de otras administraciones mediante la publicación de directrices, guías y documentos de buenas prácticas. Y también, se apuesta por la gestión eficiente en las terminales de transporte, la implementación de carriles reservados a transporte colectivo o vehículos de alta ocupación y el establecimiento de puntos de energías limpias en puertos y aeropuertos.
Los gases renovables, una solución para la movilidad limpia del transporte pesado
Aunque en la Ley de Movilidad no se realiza una mención explícita a los gases renovables (biogás, biometano e hidrógeno), estos son vectores energéticos imprescindibles para alcanzar los objetivos de movilidad sostenible.
De hecho, en sus respectivas Hojas de Ruta se establecieron una serie de medidas específicas para dar impulso a su uso en el sector del transporte.
Estas medidas se enmarcan dentro de la línea de acción relativa a instrumentos sectoriales, siendo para el biometano las siguientes:
- Priorizar el uso del biometano en el transporte: se fomentará su uso en las flotas de servicios municipales y en los medios empleados para la producción y transporte del biogás, como los autobuses o los camiones de recogida de basura.
- Se facilitará la instalación de puntos de repostaje en las plantas de producción de las instalaciones de tratamiento de residuos y las EDAR, que incluyan aprovechamientos de biogás.
Para el hidrógeno renovable, las medidas señaladas en su Hoja de Ruta abarcan cada uno de los sectores del transporte:
- Fomentar el consumo de hidrógeno renovable en el sector del transporte a través de la transposición de la DER II.
- Desarrollar planes que establezcan incentivos a la compra de vehículos e implementación de infraestructura.
- Apoyar a la industria española del automóvil para favorecer la producción de vehículos eléctricos de pila de combustible alimentados con hidrógeno.
- Promover los estudios y ensayos de viabilidad de la sustitución de los trenes diésel por trenes de pila de combustible de hidrógeno.
- Determinar medidas para el desarrollo de una infraestructura nacional ferroviaria de repostaje de hidrógeno.
- Desarrollar una legislación específica para las hidrogeneras.
- Incluir la implantación de hidrogeneras dentro de las actuaciones subvencionables en los futuros Planes MOVES o similares.
- Crear reglas que clarifiquen y simplifiquen el proceso de homologación y/o certificación de buques con pilas de combustible y cámaras de combustión de hidrógeno para uso marítimo, y unificar las mismas con las normativas europeas en la materia.
- Determinar medidas para el desarrollo de una infraestructura nacional portuaria de repostaje de hidrógeno.
- Destinar ayudas de la SGIPYME al sector naval para el impulso de la utilización de la tecnología del hidrógeno en la construcción de buques en nuestro país.
- Fomentar el desarrollo de plantas de producción de queroseno sintético producido a partir de hidrógeno renovable o biocombustibles de nueva generación para descarbonizar el transporte aéreo.
- Analizar las condiciones necesarias para el rediseño y modificaciones pertinentes que permitan la utilización de aeronaves que empleen combustibles sintéticos a partir de hidrógeno renovable o biocombustibles de nueva generación.
El biometano, la opción más inmediata
Aunque el número de medidas contempladas para el hidrógeno renovable en su Hoja de Ruta es mayor, lo cierto es que el biometano se presenta como una alternativa sostenible, fácilmente disponible, para el transporte pesado a corto plazo.
Este biocombustible (bio-GNL) puede llegar a reducir las emisiones de GEI por encima del 95% y supone una opción rápida para la descarbonización del sector del transporte, al estar disponible para su uso a escala y con la infraestructura ya instalada.
Según el artículo «Movilidad sostenible en Europa: Cuota de mercado potencial para el bio-GNL en los sectores de transporte pesado y marítimo en 2050», para 2050, la producción de bio-GNL podría ascender a 46–405 TWh. Esto representa entre el 1,7 % y el 18,7 % del consumo de energía del transporte europeo. La cuota de mercado del bio-GNL podría ser de al menos el 57% en el sector de vehículos pesados o el 17% en el sector marítimo.
La movilidad sostenible requiere, por tanto, de los gases renovables, donde el biometano (bio-GNL) es la opción más inmediata para lograr la descarbonización del transporte en Europa, en especial en los sectores del transporte pesado y marítimo.
Desde Genia Bioenergy queremos contribuir a la descarbonización del transporte y, para ello, ofrecemos un servicio integral para la generación de biometano a partir de residuos orgánicos.