En sectores como el agroalimentario se produce una cantidad de residuos orgánicos con gran potencial para ser aprovechados en la generación de energía renovable.
Energía en forma de biogás que puede ser utilizada para el propio autoconsumo, generando un ahorro energético para la propia granja o industria agroalimentaria, además de la reducción de emisiones.
La obtención de este biogás a partir de los residuos orgánicos generados por la propia empresa se produce por el tratamiento de estos en digestores, donde tiene lugar la digestión anaerobia.
Una tecnología madura, ampliamente utilizada para el tratamiento de aguas residuales y residuos municipales, capaz de adaptarse a las necesidades y condiciones de proyectos a pequeña escala.
El tipo de planta de biogás adecuado para estos casos son las de autoconsumo o “smallbiogas”, personalizadas, a escala y modulares.
Estas plantas de biogás presentan ciertas particularidades y tres enfoques diferentes de presentación:
- Auto-construcción: se trata de plantas de biogás de baja tecnología que se utilizan fundamentalmente en el sector agrícola. Los costes de inversión, operación y gestión necesarios para este tipo de plantas son mínimos, pero también resultan menos eficientes.
- Plantas de biogás estándar a pequeña escala: se trata de soluciones comerciales consistentes en plantas contenerizadas, transportadas e instaladas in situ de forma rápida, o en pequeñas plantas entregadas y listas para ser usadas. En estos casos, los costes de inversión son de tipo medio al tratarse de soluciones estandarizadas.
- Plantas de biogás a escala reducida: estas son soluciones a pequeña escala, donde se puede optimizar la instalación contenerizando parte de la misma y disminuyendo el tiempo de trabajo para su construcción y puesta en marcha. La opción tecnológica será la adecuada a cada caso teniendo en cuenta las condiciones particulares donde se instale (tipo de residuo, destino final de la energía producida, etc.). Los periodos de amortización de este tipo de plantas de biogás son similares a los de las plantas de mayor escala (5-8 años).
Las plantas de biogás de pequeña escala o autoconsumo permiten la obtención de energía a partir de los residuos orgánicos, lo que resulta rentable para la industria agroalimentaria al obtener un valor económico de los residuos y una solución a la gestión de los mismos, acorde con la normativa vigente.
Además, el biogás no es el único producto que se obtiene de esta valorización de los residuos orgánicos. El digestato resultante también del proceso de digestión anaerobia es un producto de valor añadido que puede ser destinado a su uso o comercialización como compost o fertilizante orgánico.
Qué soluciones ofrece una planta de biogás a pequeña escala
Las plantas de biogás a pequeña escala aportan valor a los residuos orgánicos generados de forma que la cadena de producción resulta más eficiente.
Por un lado, el biogás que se obtiene puede ser aprovechado por la propia instalación para la producción de electricidad o calor, o purificarse para ser utilizado como combustible (gas vehicular) para los propios vehículos.
Si se produce un excedente en la producción de este biogás, puede ser almacenado o bien comercializado, generando un ingreso extra a los propietarios de la instalación. El biogás purificado (biometano) puede ser inyectado en la red gasista para su distribución.
Con esto, además se resuelve de forma satisfactoria el problema de la gestión de estos residuos y con ello, los costes que suponen su tratamiento y la problemática ambiental que generan (emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación de suelos, agua, etc.).
Por otro lado, se aprovechan los digestatos resultantes como un subproducto de valor añadido del que se pueden obtener fertilizantes orgánicos y compost de calidad para el uso en los propios cultivos o comercializarse con ese fin.
Qué tipo de residuos pueden utilizarse en una planta de pequeña escala
Los tipos de residuo orgánico que pueden ser procesados en las plantas de biogás de pequeña escala son:
- Residuos procedentes de la industria ganadera: purines y estiércol que se producen en gran cantidad en las explotaciones ganaderas. Estos residuos son una fuente importante de biomasa para las plantas de biogás y uno de los sustratos más utilizados. Las plantas de tratamiento de aguas residuales de las explotaciones ganaderas también aportan un lodo con gran potencial como sustrato de fermentación para la producción de biogás.
- Residuos procedentes de la industria alimentaria y de las verduras: en este grupo se incluyen los productos perecederos y de rechazo que acaban convirtiéndose en desechos, o los que se generan tras los procesos de envasado o transformación. También entran en este grupo las hojas, tallos y material leñoso de los cultivos. La producción de estos residuos suele ser estacional, lo que podría dificultar el aporte continuo de sustrato a la planta. Esto puede quedar resuelto gracias a procesos adicionales como el secado o ensilado.
- Residuos procedentes de la producción de alcohol: provienen de la industria de la cerveza, de la sidra, pieles del lúpulo y de la uva y de otros desechos de destilería, del hollejo y de la poda de las vides de la industria vinícola.
- Residuos procedentes de la industria aceitera: los residuos más comunes generados en este caso derivan de la producción de aceite de ricino, cacahuete, colza, lino, coco, cáñamo, palma, soja girasol y aceituna (alperujo). Este tipo de residuos dependen de la producción de aceites que se dé en cada lugar.
- Residuos procedentes de la industria del cereal: en este caso, se utilizan como sustrato los desechos de las cosechas de cultivo, la paja y otros productos residuales de los procesos industriales. Algunos de estos sustratos pueden requerir tratamiento previo, y junto con el estiércol, son los más utilizados para alimentar el digestor.
Economía Circular en el sector agroalimentario
Una planta de biogás para autoconsumo puede lograr el objetivo de vertido cero de desperdicios al proporcionar valor a los mismos, en forma de energía o abonos, y conseguir cerrar el ciclo del carbono.
Gracias a un tratamiento orgánico natural se establece un modelo de economía circular dentro del sector agroalimentario.
Un ejemplo de este modelo es una planta de biogás instalada en una empresa de gestión de residuos, que es capaz de producir, a partir de residuos generados en la industria alimentaria, energía para esta misma industria y fertilizantes de alta calidad para los cultivos que proporcionan la materia prima a la industria.
Este ejemplo de planta de biogás de pequeña escala se sitúa como instalación que realiza actividades esenciales, según lo regulado por el RD 10/2020, gracias a la triple función que realiza: generación de energía para la industria alimentaria, gestión de residuos orgánicos y generación de abonos para la agricultura.
La instalación y el funcionamiento de este tipo de planta de biogás para autoconsumo puede contar con el apoyo operativo de Genia Bioenergy, que es capaz de conseguir una producción de biogás estable y de máximo rendimiento.