Qué es la bioeconomía circular

¿Qué es la Bioeconomía Circular?

Si unimos la mejora del uso de los recursos, la ecoeficiencia, la reducción de la huella de carbono, la reducción de la demanda de carbono fósil y la valorización de residuos en un solo concepto, tenemos a la bioeconomía circular.

La bioeconomía circular es, por tanto, un nuevo paradigma económico, enfocado en la sostenibilidad, que intenta sincronizar a la economía con el medioambiente y los objetivos sociales. Con esto, se generarían nuevas oportunidades comerciales, una mejor competitividad, puestos de trabajo, ahorro en costes y mayores beneficios económicos.

Este nuevo concepto ha adquirido relevancia mundial en estos últimos años, haciendo que diferentes países hayan desarrollado estrategias en torno a él. De hecho, en 2018, la misma Comisión Europea presentó un plan de acción para desarrollar una bioeconomía sostenible y circular, dando importancia al enfoque hacia una bioeconomía circular como la mejor manera de reducir el impacto sobre el medioambiente.

La bioeconomía circular viene a implicar a múltiples sectores económicos, como son la agricultura, ganadería, pesca, industria agroalimentaria, textil, química, biotecnológica, energética, etc. Es decir, cuando hablamos de sectores en bioeconomía circular, nos estamos refiriendo a todas aquellas actividades económicas con base biológica que a su vez aplican los principios de circularidad en sus procesos productivos, de forma consecuente.

La bioeconomía circular surge de integrar los conceptos de bioeconomía y economía circular con la intención de representar un nuevo modelo económico sostenible en lo económico, social y ambiental.

 

Diferencias entre economía circular y bioeconomía

La primera vez que se utilizó el término de bioeconomía fue en el libro “La Ley de la entropía y el proceso económico”, de Nicholas Georgescu (1996). El autor insertó el desarrollo económico en el flujo energético de la biosfera, como si se tratara de una extensión de la evolución biológica.

Más tarde, Mansour Mohammadian y René Passet, definieron a la bioeconomía como la síntesis de la biología con la economía.

En cuanto al concepto de economía circular, fue hacia los años 80 cuando se comenzó a utilizar para describir un sistema cerrado de las interacciones entre economía y medioambiente.

Este concepto se incluye en el marco del desarrollo sostenible, con el objetivo de una producción de bienes y servicios con un reducido consumo de los mismos, de los recursos naturales y una menor generación de residuos. Se basa en el principio de “cerrar el ciclo de vida” de cualquier producto.

Estos conceptos de bioeconomía y economía circular han contribuido notablemente, estos últimos años, como modelo necesario para hacer frente a los retos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos, bajo el enfoque de un desarrollo mundial sostenible.

La economía circular propone un modelo que tiene como objetivo una producción más eficiente, en cuanto al consumo de recursos, para reducir al mínimo los desechos generados. La opción de tirar se sustituye por la de reutilizar, así como reparar o reciclar los productos y sus materiales.

Con este modelo, el valor de los productos, materiales y demás recursos permanece el mayor tiempo posible, potenciando su uso sostenible y eficiente y reduciendo al mínimo la generación de residuos.

Por su parte, el modelo de bioeconomía se basa en la producción y la utilización de los recursos biológicos renovables y su conversión en alimentos, piensos, productos biológicos y bioenergía, generando nuevos modos de suministrar alimentos, productos y energía sin agotar los recursos de nuestro planeta.

Es decir, la bioeconomía engloba al conjunto de actividades económicas relacionadas con la producción, transformación y utilización de recursos de origen biológico.

El modelo planteado por la bioeconomía requiere de factores claves la innovación, la ciencia y la investigación, necesarios para establecer un uso más eficiente de los recursos. También es necesario el fomento de alianzas y sinergias en el ámbito empresarial y una adecuada transferencia y comunicación de las ventajas que supone la bioeconomía para las personas consumidoras.

En cualquier caso, la bioeconomía y la economía circular tienen un objetivo común: lograr un mundo más sostenible, eficiente en el uso de los recursos y con una menor huella de carbono.

La unión de ambos modelos nos hace enfocarnos en la utilización de materiales para la producción que sean amigables con la naturaleza, renovables y sostenibles, generando el mínimo de desechos biológicos reciclables, que vuelvan a convertirse en materia prima. De esta forma se mejora la eficiencia de los recursos y se reducen las emisiones de carbono.

Al integrar, por tanto, bioeconomía y economía circular surge la bioeconomía circular, donde la sostenibilidad en el uso de los recursos es la clave.

 

Ejemplos de interés sobre BioEconomía 

En los últimos años, el concepto de bioeconomía circular aparece cada vez más en la agenda política, tanto a nivel internacional (OECD, 2018) y comunitario (EC, 2018), como a nivel nacional (MITECO, 2020) y autonómico (CAPDR, 2018).

Las recientes iniciativas, como el Pacto Verde Europeo, confirman el papel que se espera de la bioeconomía circular en el futuro de la Unión Europea, así como en cada una de sus regiones.

En vista de esto, la industria se está implicando cada vez más en iniciativas relacionadas con la bioeconomía circular; y centros tecnológicos, como AINIA, están trabajando por la introducción y aplicación de estrategias de bioeconomía circular en la cadena de valor. 

AINIA está implementando modelos de biorrefinería y la innovación en sistemas de tratamiento que proporcionen los principios activos necesarios para el desarrollo de nuevos productos o ingredientes que puedan introducirse en el mercado.

En este sentido, trabajan en tres proyectos de valorización de subproductos y residuos de la industria para convertirlos en bioproductos:

 

De residuos sólidos urbanos a bioproductos a través del modelo de biorrefinería

En este ejemplo tenemos el proyecto URBIOFIN, un proyecto de demostración e innovación europeo, en el que se trata de demostrar la viabilidad tecno-económica y medioambiental para convertir los residuos urbano orgánicos en bioproductos, como “Building blocks “ (bioetanol, ácidos grasos volátiles cortos o medios, biogás); Biopolímeros (polihidroxialcanoatos de baja y media cadena, composites que combinan diferentes PHA y, aditivos (bioetileno, productos bioquímicos derivados de microalgas).

De esta forma, se estaría dando valor a estos residuos, convirtiendo la problemática de la gestión de residuos sólidos urbanos en un nuevo modelo de gestión y valorización.

Este proyecto está financiado por los fondos del plan H2020-EU Bio-based Industries Joint Technology Initiative (BBI-JTI).

 

Del residuo de matadero y lodos de depuración a combustible para vehículos

Este ejemplo parte del reto de la gestión de los residuos de la industria cárnica, que conlleva un alto coste en determinadas zonas.

Para minimizar dicho coste, se están desarrollando soluciones medioambientales y económicamente sostenibles con la valorización de residuos. 

En el proyecto AD-Visor se está desarrollando un sistema de valorización integral para residuos de matadero (subproductos animales no destinados al consumo humano, SANDACH) y lodos de depuración para la producción de mcl PHA y biometano como combustible para vehículos.

Un proyecto subvencionado por el CDTI a través del programa FEDER Innterconecta, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y de la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)

 

Del alperujo a nuevos materiales, fertilizantes y compuestos bioactivos para cosméticos

Este tercer proyecto es el ALPEOCEL, que trata la gestión del alperujo (subproducto del aceite oliva) para su aprovechamiento en la obtención de nuevos productos, generando valor a medio y largo plazo.

En este proyecto se están desarrollando nuevos procesos industriales para la obtención y purificación de productos de mayor valor añadido, de manera sostenible, a partir de subproductos procedentes de almazaras y orujeras. El objetivo es trabajar en un sistema de economía circular, con el que se obtenga la máxima rentabilidad en toda la cadena de valor del aceite de oliva.

Este proyecto está subvencionado por el CDTI dentro del Programa FEDER INNTERCONECTA, en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020, y cuenta con el apoyo de la Unión Europea mediante la dotación de fondos FEDER.

 

A estos ejemplos podemos sumarle nuestro proyecto de planta de biogás para autoconsumo, basado en la gestión de residuos orgánicos de la industria alimentaria y la agricultura.

Un proyecto con el que se consigue la gestión eficiente y sostenible de estos residuos, permitiendo el autoabastecimiento energético con el biogás generado. Un proceso que aporta valor a estos residuos e introduce la economía circular en la industria alimentaria.

Todos estos ejemplos de proyecto están en línea con los propósitos de bioeconomía circular de la Unión Europea para abandonar el modelo de economía actual, basado en el consumo de materiales fósiles para obtener bioproductos valiosos de consumo.

 

subvenciones y ayudas para la gestión de residuos

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