Sistemas de riego más sostenibles para el suelo

La agricultura consume el 70% del agua dulce que se extrae. Con el acelerado crecimiento demográfico, la demanda de alimentos y de agua también aumenta.

A esto se le suma la actual situación de cambio climático, con una mayor incidencia de sequías y aumento de las temperaturas, lo que supone una mayor presión sobre este recurso natural, dificultando su disponibilidad.

De hecho, casi una cuarta parte de la población mundial vive en zonas de estrés hídrico extremo, estando España dentro de la categoría de estrés hídrico alto.

Ante este panorama, es necesario llevar a cabo una correcta gestión del agua de riego, con sistemas eficientes y sostenibles, que busquen maximizar cada gota de agua.

En estos momentos, ya existen herramientas eficaces que permiten determinar las necesidades hídricas de los cultivos y adoptar un riego de precisión (aportar la cantidad de agua adecuada, en el momento y lugar adecuado).

Con un riego de precisión y un suelo saludable, no solo se consigue una mejor gestión de este recurso natural, sino también un mejor rendimiento del cultivo, con una producción más eficiente (producir más con la menor cantidad de agua posible).

 

Sostenibilidad ambiental en los sistemas de riego

El sistema de riego por goteo o de precisión es, en estos momentos, el más sostenible y que presenta una mayor tendencia de futuro. 

Este sistema de riego de precisión suministra agua, en dosis medidas, directamente a las raíces de cada planta, y es una tecnología alentada tanto por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Agenda 2030 como por la FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

Al sistema de riego de precisión también se le suman las nuevas tecnologías de digitalización para mejorar la sostenibilidad ambiental de los regadíos.

Por un lado, está la aplicación del 4G a la automatización del riego, que permiten programar los riegos en función de las necesidades hídricas de cada sector de la parcela, mejorando así la eficiencia en el uso del agua de riego, y minimizando las pérdidas por infiltración.

Y, por otro lado, tenemos tecnologías que facilitan la toma de decisiones como son los sensores de suelo y planta, teledetección, estaciones meteorológicas, etc. La integración de todas estas tecnologías mediante su conectividad a internet las hace potencialmente interesantes.

Aquí es donde entra el internet de las cosas (IoT), que hace que los dispositivos incluidos en sistemas de monitoreo de suelos y cultivos puedan interactuar entre sí y con otros dispositivos externos, como son los programas de riego. Todo de forma automatizada.

La asimilación de todos los datos recopilados permite crear modelos de balance hídrico que no solo permiten determinar la cantidad de agua adecuada para cada cultivo en cada momento sino también posibilitan una fertilización inteligente.

Se trata, por tanto, de una tecnología que implica la modernización de las comunidades regantes para lograr una mayor eficiencia en el uso del agua agrícola.

 

Agua sostenible para el riego del campo

Las necesidades de agua para agricultura aumentarán a nivel global un 25% para 2080, aún siendo eficientes los sistemas de riego.

Esto implica que, además de la eficiencia en los sistemas de regadío, hay que disponer de fuentes alternativas de agua que resulten sostenibles.

Lo ideal sería hacer una mezcla con todas las opciones posibles, especialmente en zonas donde las fuentes de agua tradicionales, como los acuíferos o las aguas superficiales, son muy escasas.

Una de las opciones es la desalación, una tecnología en la que se viene investigando, probando y aplicando desde hace 30 años, tratando de mejorar su eficiencia y aplicabilidad a diferentes cultivos. A medida que se mejora la calidad del agua desalada, la flexibilidad para alcanzar diversas calidades aumenta.

Otra opción es la reutilización de aguas depuradas.

Esta tecnología permite obtener efluentes de agua regenerada de diversas calidades. El objetivo del proceso es conseguir un producto que sea adecuado para ser empleado en diferentes usos (agrícola, industrial, recreativo, municipal, etc.). Para poder aplicar la reutilización para cualquier uso agrícola, se requiere de tratamientos terciarios avanzados.

La calidad del agua depurada, desde el punto de vista sanitario y medioambiental, se garantiza llevando a cabo un programa de control analítico o autocontrol. 

Este consiste en la realización de una serie de mediciones de distintos parámetros (nematodos intestinales, Escherichia coli, Legionella spp, sólidos en suspensión y turbidez), con las frecuencias establecidas para cada uno de ellos y en cada uno de los puntos de control.

Respecto a la idoneidad agronómica de este tipo de aguas, se hace un seguimiento de su calidad, mediante el control de los siguientes parámetros: pH, sólidos en suspensión, salinidad, toxicidad por iones, nutrientes (nitrógeno, fósforo o potasio).

En el caso de los nutrientes, su presencia en las aguas depuradas se puede aprovechar como valor fertilizante, disminuyendo la utilización de productos agroquímicos. Pero una carga excesiva de estos nutrientes puede provocar efectos nocivos para el suelo, las aguas subterráneas y las superficiales (riesgo de eutrofización).

España es el primer país europeo en capacidad de reutilización del agua y uno de los pocos que tiene una legislación propia para regular esta actividad.

Resulta importante incidir en la importancia y responsabilidad de la Administración, los gestores de las Estaciones Depuradoras, y de los usuarios de la reutilización a la hora de llevar a cabo los controles adecuados para asegurar la calidad del agua depurada y evitar que afecte negativamente al sector agrícola.

 

Lodos residuales como fertilizantes

De la depuración de aguas residuales se obtiene también otro recurso que tiene su aplicabilidad en la mejora de la productividad agrícola.

Se trata de los lodos de depuradora.

Estos lodos de depuradora contienen un alto contenido de materia orgánica, un recurso útil para la agricultura como abono para los cultivos.

El tratamiento de estos lodos mediante el compostaje o la digestión anaerobia permite la obtención de compost o digestatos, con una composición en nutrientes y elementos que aportan beneficios al suelo y al desarrollo de las plantas.

En estos momentos, la alternativa más sostenible para el tratamiento de estos lodos de depuradora es la digestión anaerobia, que además de obtener digestatos transformables en biofertilizantes de calidad, también se obtiene energía en forma de biogás.

La tecnología para el tratamiento de los lodos de depuradora se está innovando, a fin de aprovechar todo el potencial de nutrientes presentes en los lodos, junto a la obtención de energía.

La combinación de procesos como la digestión anaerobia con tecnologías de membrana, como la ultrafiltración, los contadores de membrana y reactores de fermentación en estado sólido tienen el objetivo de la obtención de productos de elevado valor para la agricultura: biofertilizantes líquidos y bioestimulantes sólidos para el crecimiento de los cultivos.

Incorporar todas estas tecnologías de depuración de agua, recuperación de nutrientes, desalación y sistemas de riego eficientes y sostenibles son la clave para poder hacer frente a la crisis hídrica a la que nos enfrentamos.

La sostenibilidad en el uso de los recursos y en los procesos, junto a la economía circular deben ir de la mano para lograrlo.

 

El digestato

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