Transformando el alperujo en biocombustible

Transformando el alperujo en biocombustible

El alperujo es el subproducto resultante del proceso de extracción de aceite de oliva mediante métodos mecánicos. Está compuesto por la mezcla de orujo (restos de piel, pulpa y huesos de aceituna) y alpechín (aguas de vegetación), y entre sus propiedades destaca un alto contenido en agua (56%), materia orgánica (91%) y un pH ácido.

Tradicionalmente, el alperujo se ha utilizado como fertilizante o en la alimentación animal, tras procesos de secado y deshidratación. Sin embargo, estos métodos no siempre son sostenibles ni económicamente viables.

La acumulación de alperujo puede causar problemas medioambientales, como la contaminación de suelos y aguas superficiales, debido a su elevada carga orgánica y la presencia de compuestos fenólicos que inhiben la degradación natural.

Una solución innovadora y sostenible para la gestión y aprovechamiento de este subproducto es su valorización energética para la producción de biogás, aportando una serie de ventajas, tanto económicas como medioambientales.

Desde el punto de vista económico, la producción de biogás a partir del alperujo supone transformar un residuo en un recurso valioso, generando ingresos adicionales para las almazaras y contribuyendo al desarrollo de nuevas oportunidades de negocio en el sector energético.

Desde una perspectiva medioambiental, la valorización del alperujo mediante su transformación en biogás reduce significativamente el impacto ambiental asociado a su disposición y promueve el desarrollo de la economía circular en el sector.

Con este enfoque, regiones como Andalucía, con una alta producción de aceite de oliva, tienen el potencial de aprovechar al máximo este recurso y contribuir a un futuro energético más limpio y sostenible.

 

Biogás a partir del alperujo

La obtención del biogás a partir del alperujo requiere de la digestión anaerobia (en ausencia de oxígeno) de este subproducto en un digestor.

Un proceso cuyo rendimiento es más lento, en comparación con otros residuos orgánicos, debido a la naturaleza lignocelulósica del alperujo y la presencia de sustancias inhibidoras, como los fenoles, que lo dificultan.

Para solventar este inconveniente, se pueden realizar pretratamientos físicos, químicos o una combinación de ambos para reducir el tamaño de partícula y mejorar la solubilidad y degradación de la lignina y la hemicelulosa. Sin embargo, estos tratamientos suponen una inversión energética que no compensa la producción de energía.

La alternativa más rentable es la co-digestión anaerobia de dos o más sustratos. 

Este proceso permite balancear la relación carbono/nitrógeno (C/N), diluye la concentración de sustancias inhibidoras y mejora la actividad hidrolítica de los microorganismos.

Los beneficios de realizar la co-digestión del alperujo junto a otros sustratos son:

  • Incremento del rendimiento en la producción de metano.
  • Aumento de la velocidad de producción.
  • Mejora en el tratamiento de este subproducto, reduciendo su impacto ambiental y logístico.
  • Eliminación de la necesidad de pretratamientos costosos.

 

La innovación como herramienta para desarrollar el potencial del alperujo

El proyecto SAPAL, un CDTI colaborativo entre Oleostepa, Genia Bioenergy y otros socios, está centrado en la investigación y desarrollo de soluciones innovadoras para la bioremediación de los subproductos generados durante la producción de aceite de oliva.

A través de procesos de digestión anaerobia y fermentación en estado sólido, estamos transformando el alperujo en recursos valiosos como el biogás y compost, contribuyendo a la sostenibilidad y descarbonización de la industria.

Entre los distintos avances logrados, hemos identificando cepas bacterianas específicas que mejoran la biorremediación del alperujo. Estas cepas no solo ayudan a reducir el impacto ambiental de los residuos, sino que también potencian la producción de biogás.

Puedes conocer más acerca de este proyecto de I+D en la página web de Genia Global Energy: Proyecto SAPAL

 

El potencial de Andalucía para la valorización del alperujo

Andalucía es una de las principales regiones productoras de aceite de oliva en el mundo. Un sector que representa casi el 24% del valor de la producción agraria y el 28% de las exportaciones agroalimentarias de la región.

Las ventas internacionales del aceite de oliva producido generan 1.200 millones de euros (21%) y las exportaciones de aceituna de mesa, 420 millones de euros (7%).

El tejido industrial relacionado con el aprovechamiento de los olivos de Andalucía está formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas (pymes) con menos de 250 trabajadores, ubicadas en zonas rurales. Por lo que estas empresas juegan un papel crucial en la fijación de la población a estas áreas, promoviendo el desarrollo económico local y la sostenibilidad social.

La región cuenta con más de 800 almazaras, por lo que la cantidad de alperujo que se genera y que puede ser aprovechado es significativa.

Es por esto que, el Consejo de Gobierno de Andalucía ha tomado conocimiento de la convocatoria de ayudas de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural para 2024, destinada a respaldar inversiones en infraestructuras bioindustriales sostenibles para la transformación del alperujo en biogás o biometano.

Estas subvenciones, enmarcadas en la Inversión Territorial Integrada (ITI) de Jaén y el Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Andalucía 2014-2022, cuentan con una dotación de más de 13,1 millones de euros.

Las ayudas están dirigidas a empresas o sociedades cuyo capital social provenga, en al menos un 30%, de entidades productoras de alperujo.

El objetivo de estas ayudas es reducir la distancia entre el lugar de obtención del alperujo y la industria transformadora, fomentando la economía local y la generación de empleo en zonas rurales, mientras se reduce el impacto ambiental de la actividad. 

Algunas almazaras en Andalucía ya están implementando sistemas de digestión anaerobia para convertir el alperujo en biogás. Estos proyectos han demostrado ser exitosos, tanto en términos de reducción de residuos como en la generación de energía renovable, sirviendo como modelo para otras regiones productoras de aceite de oliva.

 

La adopción de tecnologías de digestión anaerobia y el apoyo gubernamental son fundamentales para maximizar la transformación del alperujo en biocombustibles.

A medida que más regiones y empresas productoras de aceite de oliva adopten estas prácticas, el impacto positivo en el medio ambiente y la economía local será cada vez más evidente, consolidando el papel del biogás como una fuente de energía renovable clave en la transición hacia una economía circular.

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