CHEERS Project EU explicado para niños (10-12 años)

CHEERS Project EU explicado para niños (10-12 años)

¿Sabías que de algo que normalmente tiramos a la basura se pueden hacer cosas nuevas? Esto es lo que está pasando en un proyecto llamado CHEERS.

Te vamos a contar su historia de una forma sencilla, como si fuera un cuento científico:

Había una vez una fábrica de cerveza. En esa fábrica se usaban cereales (como la cebada) para hacer una bebida que solo toman los adultos: la cerveza. Cada vez que se hacía cerveza, quedaban montones de restos: granos usados, agua sucia y gases de la fermentación. Todos esos restos parecían basura inútil. Imagina esos granos tristes diciendo: «Oh, ya nadie nos quiere, terminaremos en el basurero…».

Pero un día, unos científicos de varios países de Europa tuvieron una gran idea. ¿Y si en lugar de tirar esos restos, los usamos para crear cosas útiles? Como si fuera magia, querían convertir la basura en tesoros. A este proyecto lo llamaron CHEERS (que en inglés significa «¡Salud!», lo que dicen los adultos al chocar sus vasos).

 

Los científicos descubrieron que podían ayudar de la mano de la naturaleza. ¿Cómo lo hicieron?

Por un lado, trajeron unos insectos muy especiales a la fábrica. Estos insectos son larvas (parecidas a gusanitos) que comen los granos sobrantes con mucho apetito. ¡Ñam! Para ellos, ese bagazo (así se llama el resto de cereal) es un manjar. Después de un tiempo, esos insectos crecen gorditos y llenos de proteínas. Los científicos pueden usar esos insectos como ingrediente para hacer comida para animales o incluso para hacer harina rica en proteínas. Es decir, los granos que antes se tiraban ahora se convierten en alimento gracias a estos pequeños amigos comilones.

Por otro lado, en la fábrica también pusieron a trabajar a unos seres diminutos llamados microbios (que son tan pequeños que no se ven a simple vista). Los microbios se metieron en unos tanques especiales junto con el gas que salía de fermentar la cerveza (un gas llamado dióxido de carbono, o CO2). ¿Y sabes qué? A los microbios les encanta el CO2, casi como a ti puede gustarte una limonada fresca. Glup, se lo «beben» y, al crecer, esos microbios empiezan a fabricar nuevas sustancias útiles. Por ejemplo, producen un ácido especial que sirve para hacer un desinfectante (como los que se usan para limpiar). También pueden crear una sustancia llamada ectoína que se usa luego en cremas para la piel (¡increíble, de la cerveza a la crema!). Y no solo eso: con otros microbios se consigue hacer una proteína que podrá servir de comida para mascotas, como los perros y gatos.

 

Gracias al proyecto CHEERS, casi nada se desperdicia.

Aquello que era un problema (los residuos de la cerveza) se ha transformado en varias soluciones: comida para animales, ingredientes para cosméticos y productos de limpieza. Así se reduce la basura y se evita contaminar tanto el planeta. Es un poco como en casa cuando reciclas o reúsas algo: por ejemplo, usar una botella vacía como florero en lugar de tirarla. CHEERS hace lo mismo pero a lo grande, en una fábrica.

Al final, todos están contentos: la fábrica de cerveza no tiene que tirar tantos residuos, los insectos y microbios tienen su festín, y nosotros conseguimos productos útiles cuidando la naturaleza. Colorín, colorado, ¡este cuento de ciencia y ecología se ha acabado! Y recuerda: las mejores ideas para cuidar del planeta son las que convierten los desperdicios en cosas valiosas, igual que hace el proyecto CHEERS.

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