El cambio climático es uno de los mayores desafíos del siglo XXI, y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero se ha convertido en una prioridad global.
A raíz de este desafío, surge el concepto de “Net Zero”, que hace referencia al equilibrio entre la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos y los eliminados de la atmósfera.
El Net Zero es el objetivo acordado internacionalmente para mitigar los efectos del calentamiento global a corto plazo, a través del Acuerdo de París de 2015.
La importancia de alcanzar el Net Zero radica en la necesidad de limitar el calentamiento global a niveles sostenibles, con el objetivo de evitar consecuencias catastróficas para el medio ambiente y la humanidad.
Este compromiso implica una transformación profunda en la manera en que producimos y consumimos energía. Esto no sólo abarca la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO₂), sino también de otros gases de efecto invernadero como el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), que tienen un impacto significativo en el cambio climático. Para lograrlo, es necesario adoptar tecnologías de energías renovables y sostenibles que permitan una transición hacia un futuro bajo en carbono.
Las tecnologías Net Zero incluyen una amplia gama de soluciones innovadoras que buscan minimizar las emisiones en diversos sectores económicos. Entre estas tecnologías, el biogás y el biometano juegan un papel crucial. Estas fuentes de energía renovable se producen a partir de residuos orgánicos, lo que no solo ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también proporciona una solución sostenible para la gestión de residuos.
Tecnologías Net Zero y sostenibilidad
Las tecnologías Net Zero son aquellas que están diseñadas para reducir las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero en todos los sectores económicos, promoviendo una economía más sostenible y resiliente.
Estas tecnologías abarcan una amplia gama de soluciones, desde energías renovables, hasta sistemas avanzados de almacenamiento de energía, mejoras en la eficiencia energética y procesos industriales descarbonizados.
La adopción de tecnologías Net Zero implica la implementación de innovaciones tecnológicas que no sólo buscan reducir las emisiones de carbono, sino también fomentar la eficiencia en el uso de recursos y la generación de energía renovable. Su integración en los procesos industriales y la generación de energía ayuda a minimizar la huella de carbono, promoviendo prácticas más sostenibles y responsables.
Junto a las estrategias de electrificación, eficiencia energética o captura y almacenamiento de carbono para alcanzar el objetivo Net Zero, la economía circular también juega un papel fundamental en las tecnologías Net Zero. Este enfoque busca minimizar el uso de recursos naturales y la generación de residuos, promoviendo la reutilización, el reciclaje y la recuperación de materiales.
La Ley de industria Net Zero
La Ley de Industria Net-Zero de la Unión Europea, aprobada en abril de 2024, tiene como objetivo fomentar la producción interna de tecnologías limpias necesarias para alcanzar los objetivos climáticos del continente.
Esta legislación busca que Europa produzca el 40% de sus necesidades anuales en tecnologías Net Zero para 2030 y capture el 15% del valor del mercado global para estas tecnologías.
Uno de los componentes clave de esta legislación es la simplificación de los procedimientos para la obtención de permisos, lo que facilita y acelera la implementación de proyectos tecnológicos relacionados con las energías renovables y la sostenibilidad.
Con esto, se pretende eliminar las barreras burocráticas que a menudo retrasan el desarrollo y despliegue de nuevas tecnologías. Al agilizar estos procesos, la UE espera fomentar una rápida adopción de tecnologías Net Zero y aumentar su competitividad en el mercado global.
La Ley de Industria Net-Zero también promueve la creación de “Valles de Aceleración Neta Cero”. Esto hace referencia a regiones específicas donde se concentrarán los esfuerzos para el desarrollo y la implementación de tecnologías limpias.
Estos valles funcionarán como centros de innovación y colaboración, reuniendo a empresas, investigadores y gobiernos locales para trabajar juntos en proyectos que impulsen la transición energética.
Al centralizar recursos y conocimientos, estos valles pueden acelerar el desarrollo tecnológico y facilitar la comercialización de nuevas soluciones energéticas.
Además, la ley incluye incentivos financieros y fiscales para empresas que inviertan en tecnologías Net Zero. Estos incentivos están diseñados para reducir el riesgo financiero asociado con la inversión en nuevas tecnologías y estimular el sector privado a participar activamente en la transición energética.
La financiación y el apoyo del gobierno también juegan un papel crucial en la creación de un entorno favorable para la innovación y el crecimiento de las tecnologías limpias.
La implementación de esta ley es una respuesta estratégica para reducir la dependencia de Europa de las importaciones de tecnologías limpias y fortalecer su autonomía energética.
Al promover la fabricación local de las tecnologías Net Zero, se espera poder avanzar hacia los objetivos climáticos e impulsar la economía y la creación de empleos verdes en la región.
Este enfoque integral tiene el potencial de transformar el panorama energético de Europa, posicionándola como líder global en la producción y exportación de tecnologías Net Zero.
Cómo el biogás y el biometano contribuyen al objetivo Net Zero
El biogás y el biometano se consideran tecnologías Net Zero al tratarse de fuentes de energía renovable que se obtienen a partir del tratamiento de residuos orgánicos.
Con la producción de biogás y biometano se evitan las emisiones no controladas de gases de efecto invernadero (GEI) emitidas a partir de los propios residuos orgánicos, al tiempo que se evitan las emisiones procedentes de combustibles fósiles, al tener la capacidad de reemplazarlos. Esto crea un balance neutro de emisiones acorde con el objetivo Net Zero, basado en el ciclo de carbono y la economía circular, y proporciona una solución sostenible para la gestión de residuos orgánicos.
En España, la producción de biometano está en crecimiento, con proyectos innovadores que demuestran su potencial. Con la aprobación reciente de la Ley de industrias Net Zero, el impulso podrá ser mayor al regular aspectos que son clave para el desarrollo de esta tecnología Net Zero: la simplificación de procedimientos administrativos y la aplicación de incentivos financieros y fiscales para que las empresas inviertan en estas tecnologías. Un apoyo esencial para el desarrollo del biogás y el biometano, facilitando la inversión y la creación de infraestructuras necesarias para su producción y distribución.
El éxito de las tecnologías Net Zero, como el biogás y el biometano, va a depender del apoyo continuo de políticas públicas favorables, la inversión en infraestructura y la colaboración entre el sector público y privado.
Con un compromiso firme, el biogás y el biometano pueden desempeñar un papel fundamental en la construcción de un futuro Net Zero, donde la energía limpia y sostenible esté al alcance de todos.