La importancia de la gestión de olores y emisiones en las plantas de biogás

La importancia de la gestión de olores y emisiones en las plantas de biogás

Las plantas de biogás permiten la conversión de los residuos orgánicos en energía renovable, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y contribuyendo a una gestión más sostenible de los desechos.

Sin embargo, estas instalaciones se enfrentan al inconveniente de gestionar la emisión de olores y otros contaminantes que, de otra forma, generarían un impacto negativo en las comunidades cercanas y el medio ambiente.

Además de los olores derivados del proceso de digestión anaeróbica, las emisiones de compuestos orgánicos volátiles y otros gases pueden tener efectos adversos en la calidad del aire. Por ello, la gestión de olores y emisiones en las plantas de biogás es fundamental para garantizar su sostenibilidad y aceptación social.

El control eficaz de estos problemas no sólo mejora la relación con las comunidades vecinas, sino que también contribuye a la eficiencia operativa y a la mitigación del impacto ambiental. Por ello, la implementación de soluciones tecnológicas adecuadas y el cumplimiento de la normativa vigente son clave para asegurar que las plantas de biogás operen de manera responsable y sostenible.

 

Normativas aplicables a la emisión de olores y métodos de análisis

Actualmente, la norma europea que permite la medida objetiva de la concentración y la velocidad de flujo de olor emitido desde fuentes puntuales y superficiales es la EN 13725 sobre Calidad del aire. Esta norma ha permitido consolidar los métodos de cuantificación de emisiones odoríferas desde el punto de vista técnico.

A nivel estatal, la legislación relacionada con la calidad del aire y la protección de la atmósfera (Ley 34/2007) permite que se soliciten estudios específicos sobre la emisión y dispersión de olores cuando se identifiquen molestias graves.

Además, el Real Decreto 815/2013 y el Real Decreto Legislativo 1/2016 proporcionan un marco normativo que legisla las autorizaciones ambientales integradas de actividades industriales, donde se incluye la posibilidad de regular y controlar las actividades que puedan generar impacto por la emisión de olores. De hecho, comienza a ser habitual encontrar límites de emisión odorífera en algunas autorizaciones ambientales y se han publicado algunas Mejores Técnicas Disponibles (MTD) que incluyen un plan de gestión de olores como parte del sistema de gestión ambiental de la instalación.

En cuanto a los métodos de análisis, la técnica reconocida a escala internacional para la medición de olores es la olfatometría dinámica.

Esta técnica se basa en la evaluación de la concentración de olores por parte de un panel de personas entrenadas. Este procedimiento estandarizado permite cuantificar la intensidad de los olores en unidades de olor europeo (ouE/m³), y es fundamental para establecer si las emisiones están dentro de los límites permitidos por las normativas, como la norma EN 13725.

Además de la medición directa, se emplean modelos matemáticos que simulan cómo los olores se dispersan en el entorno en función de factores como la velocidad y dirección del viento, la topografía y las condiciones meteorológicas.

Estos modelos predictivos de dispersión de olores son esenciales para planificar las medidas de control y prever el impacto en comunidades cercanas antes de la construcción de las plantas de biogás.

Además, está la caracterización química de las emisiones odoríferas, que permite identificar y cuantificar los compuestos volátiles específicos responsables del mal olor, como el sulfuro de hidrógeno o los compuestos orgánicos volátiles (COV).

Esta técnica es complementaria a la olfatometría, ya que ofrece un análisis más detallado de los componentes individuales que contribuyen al mal olor.

Finalmente, las narices electrónicas han ganado popularidad como herramienta tecnológica avanzada. Estos dispositivos, que imitan el sistema olfativo humano, pueden detectar cambios en la calidad del aire en tiempo real, proporcionando un monitoreo continuo y preciso de las emisiones de olores. Estas herramientas son particularmente útiles para identificar picos de olor y tomar medidas correctivas rápidamente.

 

La gestión de emisiones y olores en las plantas de biogás

La gestión de olores y emisiones en las plantas de biogás es esencial para reducir su impacto ambiental y mejorar su aceptación social. Entre los puntos clave que hay que tener en cuenta están:

  • La optimización del diseño de las instalaciones para reducir la emisión de gases mediante la implementación de sistemas de ventilación específicos sobre los puntos focalizados de emisión, así como prestar especial atención en las emisiones de gases en la línea de producción de biogás, implementando tecnologías de pretratamiento y enriquecimiento del mismo.
  • Instalación de cubiertas en los tanques y sistemas de contención de los digestatos para reducir el impacto que se genera en las inmediaciones de la planta de biogás. El factor de emisión de las balsas de digestatos no es muy alto, pero si afecta a las zonas más próximas por su gran superficie y disposición a ras del suelo.
  • Instalación de biofiltros avanzado. Esta es la tecnología de desodorización de referencia para la eliminación de olores en las plantas de biogás procedentes de la descomposición de la materia orgánica.
  • Realización de estudios predictivos de dispersión de olores que anticipan el comportamiento de los gases en el entorno, ayudando a mitigar su impacto en las comunidades cercanas.

La atención a estos puntos clave de la gestión de olores y emisiones permite no sólo mejorar la calidad del aire, sino también mantener la sostenibilidad operativa y la aceptación social de las plantas de biogás.

 

Los estudios predictivos de dispersión de olores para minimizar el impacto ambiental

La realización de estudios predictivos de dispersión de olores es uno de los aspectos más importantes en la gestión de olores en las plantas de biogás.

Estos estudios permiten evaluar el comportamiento de los olores en el aire y su impacto en las áreas circundantes, teniendo en cuenta factores meteorológicos como la dirección y velocidad del viento.

La modelización de dispersión de olores permite visualizar cómo se distribuirán los olores a lo largo del tiempo y espacio, lo que facilita la planificación de medidas de control efectivas.

Estos estudios son particularmente útiles durante las fases de diseño de nuevas instalaciones o para evaluar la eficacia de las medidas de mitigación en plantas ya operativas.

Los estudios predictivos, además de ayudar a minimizar las molestias para las comunidades cercanas, permiten a las plantas de biogás cumplir con las normativas y optimizar su funcionamiento. Además, estas herramientas facilitan la toma de decisiones informadas sobre la ubicación de las instalaciones y la implementación de tecnologías de control de emisiones, garantizando una gestión ambientalmente responsable.

 

La gestión eficaz de olores y emisiones en las plantas de biogás es esencial para asegurar su sostenibilidad, minimizar su impacto ambiental y garantizar la aceptación social. A medida que la demanda de biogás crece, la adopción de medidas que optimicen esta gestión será clave para garantizar un desarrollo equilibrado entre la producción de energía renovable y el respeto al entorno y las comunidades.

 

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