El biometano, obtenido a partir de la purificación del biogás, ha ganado relevancia en la transición energética, especialmente, por su uso como sustituto del gas natural en la red gasista.
Sin embargo, existen otras aplicaciones igualmente importantes que permiten aprovechar el biometano de manera eficiente, especialmente cuando la inyección a la red no es viable o rentable.
Estas otras alternativas destacadas son: la cogeneración de energía, la producción de BioGNC (Gas Natural Comprimido) y el uso del BioGNL (Gas Natural Licuado).
Cogeneración de energía con biometano
La cogeneración o generación combinada de calor y electricidad (CHP, por sus siglas en inglés) es una de las aplicaciones más eficientes del biometano.
En este proceso, el biometano se utiliza como combustible en motores o turbinas para generar electricidad, aprovechando simultáneamente el calor producido.
Esto permite alcanzar una eficiencia energética mucho mayor en comparación con la generación de electricidad convencional, ya que el calor residual se reutiliza en lugar de desperdiciarse.
La cogeneración es especialmente beneficiosa en industrias con alta demanda de energía térmica, como las agroindustrias o las instalaciones agrícolas.
Por ejemplo, granjas que requieren calefacción para invernaderos o secado de cultivos pueden utilizar el calor generado por la cogeneración.
Además, el uso del biometano en instalaciones industriales que necesitan electricidad constante reduce la dependencia de fuentes fósiles, contribuyendo a la sostenibilidad energética.
Desde un punto de vista económico, la cogeneración permite un aprovechamiento integral del biometano, lo que reduce costos operativos y aumenta la rentabilidad del proyecto.
En términos de sostenibilidad, al generar electricidad y calor a partir de un recurso renovable, se disminuyen significativamente las emisiones de CO2 en comparación con las fuentes convencionales.
Así, la cogeneración se convierte en una solución ideal para instalaciones con demanda constante de energía.
BioGNC, una alternativa para movilidad y almacenamiento
El BioGNC se produce al comprimir el biometano a presiones de 200-250 bares para ser utilizado como combustible.
Esta opción resulta especialmente interesante en aplicaciones de movilidad, ya que el gas comprimido es un combustible limpio y eficiente para vehículos.
El BioGNC se utiliza principalmente en vehículos ligeros, autobuses y maquinaria agrícola, proporcionando una alternativa sostenible frente a los combustibles fósiles tradicionales como el diésel y la gasolina.
Si lo comparamos con otras opciones de combustibles renovables, el BioGNC ofrece una serie de ventajas: menor emisión de partículas contaminantes y gases de efecto invernadero, y menor coste de producción en zonas rurales, donde el acceso a otras infraestructuras puede ser limitado.
En el ámbito agrícola, el uso del BioGNC no sólo proporciona un combustible renovable, sino que también ofrece una solución local y descentralizada, facilitando el almacenamiento y transporte de energía.
Para la movilidad sostenible, su utilización en flotas de vehículos urbanos ayuda a reducir la huella de carbono en áreas metropolitanas, lo que contribuye a cumplir con las normativas ambientales cada vez más estrictas.
BioGNL, la solución al transporte de larga distacia y marítimo
El BioGNL, o gas natural licuado, se obtiene mediante la licuefacción del biometano. Este proceso reduce el volumen del gas renovable en aproximadamente 600 veces, facilitando su almacenamiento y transporte a largas distancias.
Esto lo convierte en una opción ideal para el transporte de biometano donde no existen redes de gas cercanas.
El BioGNL se ha consolidado como una solución eficiente para el transporte pesado por carretera y el transporte marítimo.
En camiones de larga distancia, permite reducir considerablemente las emisiones de CO2 y aumentar la autonomía en comparación con el gas comprimido, lo que lo convierte en una opción preferida por empresas de logística.
En el ámbito marítimo, el uso del BioGNL en buques puede reducir las emisiones de azufre y partículas, cumpliendo con las regulaciones internacionales más estrictas para el transporte marítimo sostenible.
A diferencia del BioGNC, el BioGNL es más adecuado para situaciones en las que el biometano necesita ser transportado a grandes distancias o almacenado durante largos periodos. La licuefacción, al reducir el volumen del gas, facilita su transporte en camiones cisterna o buques.
Aunque la infraestructura para el uso del BioGNL es más costosa, su aplicación en sectores como el transporte marítimo justifica la inversión por los beneficios en la reducción de emisiones.
Factores que determinan el uso del biometano
La elección del uso del biometano depende de diversos factores, entre los que destacan la rentabilidad, la disponibilidad de infraestructura y la demanda energética local.
Cada opción de uso del biometano presenta ventajas económicas específicas en función del contexto.
La cogeneración es más rentable en instalaciones con demanda constante de electricidad y calor, mientras que el BioGNC ofrece una solución viable en áreas rurales o para flotas de vehículos.
Por otro lado, el BioGNL resulta rentable cuando se trata de cubrir grandes distancias o suministrar gas a regiones remotas sin acceso a la red gasista.
La decisión sobre cómo utilizar el biometano también se verá influenciada por la proximidad de la planta de producción a la red de gas.
Si existe la posibilidad de inyección a corta distancia, el BioGNC es adecuado para redes locales de distribución. Sin embargo, cuando el transporte debe cubrir largas distancias, el BioGNL se convierte en la opción más práctica debido a su facilidad de almacenamiento y transporte.
Al optar por uno de estos usos, no sólo se mejora la rentabilidad económica, sino que también se contribuye a la sostenibilidad ambiental, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y promoviendo un modelo energético más limpio.