El tratamiento de la materia orgánica es uno de los retos a los que nos enfrentamos en nuestra sociedad. Anualmente, generamos miles de toneladas de este tipo de residuos de diferente naturaleza. A pesar de que estamos concienciados para hacer una recogida selectiva de la basura urbana, no podemos quedarnos aquí. Necesitamos tratar la gran cantidad de residuos orgánicos que generamos para evitar que su diseminación en el entorno acarree diversos problemas a nuestro entorno.
Clases de tratamientos de materia orgánica
El tratamiento de la materia orgánica se basa hoy en día, esencialmente, en dos sistemas que han alcanzado un gran nivel de desarrollo tecnológico y , además, resultan especialmente eficientes y sostenibles. Se trata del compostaje y la biometanización.
Ambos sistemas ofrecen un producto final de calidad, que depende del residuo inicial que se trata. Asimismo, merece la pena resaltar que el compostaje y la biometanización son compatibles incluso en un mismo espacio.
Proceso anaerobio. Biometanización
La biometanización es un proceso natural de tratamiento de los residuos orgánicos en un medio sin oxígeno o anaerobio. Se realiza en plantas especialmente diseñadas para ello, que cuentan con depósitos estancos para que se desarrolle la fermentación. Además, recogen el metano que se produce, para quemarlo y producir energía.
En estas plantas de tratamiento de la materia orgánica se produce energía térmica, en una cantidad que dependerá del tipo de residuo con el que se trabaje y de la tecnología usada.
Entre las ventajas de la digestión anaerobia que se realiza en este proceso, destacamos:
- La estabilización de la materia orgánica.
- La homogeneización de la materia, que ayuda a que después se realice un proceso de compostaje.
- La eliminación de metano y otros ácidos grasos volátiles, que reduce los malos olores.
- La destrucción de microorganismos patógenos de los residuos.
- La reducción de sólidos.
- Un balance energético positivo. Es decir, se produce más energía que la que se consume en el proceso.
Igualmente, también debemos tener en cuenta que existen dos tipos básicos de tecnologías usadas para realizar el tratamiento de la materia orgánica mediante biometanización:
- Húmeda, que es adecuada para el tratamiento de purines y otros residuos que contienen un elevado grado de humedad.
- Seca, más apropiada para el tratamiento de la materia orgánica fermentable procedente de la basura doméstica. Es un proceso más sencillo que, además, produce una cantidad de metano – y, por lo tanto, de energía – mayor.
Proceso aerobio. Compostaje
El compostaje es un tratamiento de la materia orgánica natural, en el que la materia orgánica se descompone gracias a la acción de una población microbiana en un medio aeróbico. En este sentido, el oxígeno juega un papel fundamental, ya que ayuda a que las bacterias y otros organismos generen el compost.
El proceso de compostaje imita lo que ocurre en cualquier suelo cuando una planta o una hoja muere y pasa a descomponerse para formar parte otra vez de la tierra. Consiste en aplicar la materia orgánica para que tenga un grado adecuado de humedad y aireación. De esta manera, se inicia un proceso de fermentación que conlleva altas temperaturas y, por tanto, la eliminación de posibles patógenos. El resultado final es un producto llamado compost, que puede ser de 3 tipos:
- Compost fresco, el que ha eliminado los patógenos y se ha descompuesto, pero todavía no está humidificado.
- Compost, que ha madurado y ya se puede utilizar directamente sobre los cultivos
- Compost curado, que ya se ha estabilizado después de pasar por los procesos de humificación y mineralización
Las diferentes características de estos compost los hacen adecuados para momentos diferentes del proceso de cultivo, como la preparación del suelo o el estímulo de los cultivos.
Normativa para el tratamiento de la materia orgánica
La normativa existente para el tratamiento de la materia orgánica incluye diversas normas y leyes de ámbito europeo y estatal, que marcan cómo debe desarrollarse la recogida de los residuos y su uso para la generación de energía.
La Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008 sobre los residuos tiene por objetivo potenciar la recogida separada de los biorresiduos para su digestión, así como su tratamiento para lograr la protección del medio ambiente.
Por otro lado, la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados prevé el impulso de programas de gestión de residuos, que incluye el tratamiento de los biorresiduos en instalaciones específicas para evitar su mezcla a lo largo del proceso.
Asimismo, también debemos recordar que el Real Decreto 1481/2001, de 27 de diciembre, regula la eliminación de residuos mediante depósito en vertedero.
Alternativas para sacar beneficio de los residuos orgánicos
El tratamiento de la materia orgánica nos ofrece diversas alternativas tecnológicas para optimizar estos residuos. Los purines son uno de los elementos que más aplicaciones tienen en este sentido, ya que después de su correcto tratamiento pueden usarse como abono (suponen un gran aporte nutricional) o para la generación de biogás.
Asimismo, merece la pena destacar el proyecto europeo de Agricultura circular, en el que participan centros de investigación de más de 10 países para encontrar vías de recuperación y reciclaje de nutrientes en toda la cadena agroalimentaria.
La economía circular presente en la agricultura hace que se use también el alperujo (un subproducto de la extracción del aceite de oliva) en las centrales eléctricas para la producción de electricidad con su combustión. Además, sus cenizas se aprovechan como abono agrícola.
Otro ejemplo, de reaprovechamiento de los residuos orgánicos, es el uso de los huesos de aceituna como combustible y el de los caquis que no llegan al mercado por su baja calidad para la fabricación de biogás, que se inyecta a la red de distribución.
Plantas de biogás como solución para el tratamiento de la materia orgánica
Las plantas de biogás están diseñadas para el tratamiento de la materia orgánica, con el objeto de producir energía y restos orgánicos, que también se aprovechan como abono en los cultivos. Entre las numerosas ventajas que ofrecen, destacan especialmente:
- La reducción de envíos a vertederos. Esto tiene como principal consecuencia la reducción de emisiones en el entorno.
- El ahorro en energía, gracias a su autoconsumo para el proceso de generación de biogás
- Los beneficios económicos derivados de la venta del biogás y el fertilizante resultantes
- El reciclaje de los residuos orgánicos
En definitiva, el tratamiento de la materia orgánica que se produce en las plantas de biogás es una opción sostenible, económica y eficaz para generar energía, que acaba beneficiando a todo el entorno. ¿Te ayudamos a gestionarla?