El biometano representa una alternativa energética que no sólo promueve el cuidado del medio ambiente, sino que también transforma los desafíos del sector primario en oportunidades.
Esta fuente de energía renovable, derivada de residuos orgánicos, está ganando relevancia gracias a su capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ofrecer soluciones prácticas a problemas que afectan a los agricultores y ganaderos.
La transformación de residuos en energía
El biometano es un gas renovable obtenido a través de un proceso de digestión anaerobia de residuos orgánicos, como purines y restos agrícolas.
Este proceso se lleva a cabo en plantas especializadas donde los residuos se descomponen en tanques cerrados (digestores), generando biogás.
Posteriormente, este gas se purifica para convertirlo en biometano, un combustible con características similares al gas natural, ideal para su uso en calefacción, transporte o como fuente de energía para el sector industrial.
El impacto del biometano es doblemente beneficioso. Por un lado, permite gestionar de manera eficiente residuos orgánicos que de otro modo serían contaminantes como los purines. Y, por otro lado, ofrece una fuente de energía limpia que contribuye a la transición hacia una economía más sostenible.
Este modelo de economía circular se alinea perfectamente con las necesidades del sector primario, reduciendo costos y promoviendo un modelo de kilómetro cero en la producción y distribución de la energía.
Con el biometano, la agricultura y la ganadería no sólo se adaptan a las exigencias de sostenibilidad, sino que se convierten en actores clave de una revolución que equilibra economía, sociedad e innovación.
Protagonistas del cambio: Ganaderos y agricultores
En el corazón del sector primario, los ganaderos y agricultores enfrentan desafíos diarios que ponen a prueba su resiliencia y compromiso.
Emilio Marcos, un ganadero del municipio de Terradillos en Salamanca, es un claro ejemplo de estos protagonistas que lidian con la incertidumbre del mercado, los problemas sanitarios del ganado y la falta de relevo generacional. Sin embargo, también es una voz que destaca las oportunidades que trae el biometano, una innovación que promete aliviar algunas de las mayores cargas de su labor.
Como productor de carne de vacuno en sistemas extensivos e intensivos, Emilio enfrenta no sólo las fluctuaciones en los precios del mercado, comparables a las bolsas financieras, sino también los efectos devastadores de enfermedades como la lengua azul, que recientemente golpeó al sector ganadero.
“Es una sensación de impotencia ver cómo se muere un animal que puede valer hasta 2.000 euros”, comenta Emilio, resaltando la vulnerabilidad de los ganaderos frente a eventos imprevistos.
A pesar de estos retos, Emilio ve en el biometano una solución esperanzadora. Proyectos como los liderados por Genia Bioenergy le han mostrado que la gestión eficiente de los residuos ganaderos ayuda a reducir costes y problemas ambientales, como los malos olores, y puede convertirse en un activo valioso para la sostenibilidad del sector.
“Desde la primera reunión vi que era un proyecto interesante y beneficioso para todos”, afirma.
Además, iniciativas como esta tienen el potencial de abordar un problema crítico: la falta de relevo generacional. Emilio destaca que la juventud percibe el campo como una vida dura y sin oportunidades, pero tecnologías como el biometano pueden cambiar esta percepción al introducir innovación, sostenibilidad y nuevas oportunidades económicas. Esto no sólo moderniza el sector, sino que también asegura su futuro.
Los ganaderos y agricultores como Emilio, además de producir alimentos esenciales, ahora también se convierten en piezas clave de una transición energética que beneficia al medio ambiente y a sus comunidades. Sus voces, resilientes y esperanzadas, son el testimonio de cómo el sector primario puede liderar el camino hacia un futuro más sostenible y próspero.
Cantaracillo: Un municipio comprometido con la sostenibilidad
Cantaracillo, un pequeño municipio en Salamanca, se ha convertido en un ejemplo de cómo los proyectos de biometano pueden beneficiar a las comunidades rurales.
Juan Martín, su alcalde, subraya el impacto positivo de la planta de biometano que se está desarrollando en su término municipal, una infraestructura que no sólo generará energía renovable, sino también empleo.
“La llegada de empresas puede ser clave para fijar población en los pueblos y ofrecer oportunidades laborales que eviten la despoblación”, afirma el alcalde. Con proyectos como este, pequeños municipios pueden atraer nuevas familias y revitalizar su economía local.
El biometano no sólo ofrece una solución energética, sino que también abre una ventana de posibilidades para mantener vivos los pueblos. Según Martín, cada empleo creado en el municipio significa una familia más que puede quedarse o mudarse a Cantaracillo, fomentando un círculo virtuoso de desarrollo y calidad de vida.
El proyecto, desarrollado por Genia Bioenergy, no sólo se centra en transformar los purines y otros desechos animales en biometano, sino también en minimizar los impactos ambientales asociados, como los malos olores y las emisiones al aire libre.
Además, el modelo de kilómetro cero que promueve la empresa garantiza que la energía y los recursos generados beneficien directamente a la comunidad local, reduciendo costes de transporte y maximizando la eficiencia.
Más allá de los beneficios económicos y ambientales, este tipo de iniciativas fortalece la calidad de vida en municipios como Cantaracillo, donde aún se mantienen servicios esenciales como escuelas y atención médica, pero donde es crucial mantener e incrementar la población para que estos servicios no desaparezcan.
Según Juan Martín, “vivir en Cantaracillo es sinónimo de calidad de vida”, y proyectos como este ayudan a poner en valor el atractivo de los pueblos frente a las grandes ciudades.
El compromiso de Cantaracillo con el biometano es un ejemplo de cómo los municipios rurales pueden enfrentar sus desafíos actuales y una lección de cómo la colaboración entre el sector público, privado y las comunidades locales puede allanar el camino hacia un futuro más sostenible y equilibrado.
El papel de Genia Bioenergy en el desarrollo del biometano
Desde Genia Bioenergy, Bartosz B. Bartczyszyn, director regional de desarrollo de la compañía, explica que la misión de la empresa va más allá de producir energía limpia.
“Nuestro objetivo es cerrar el ciclo de la economía circular, transformando residuos, como los purines, en biometano y enmiendas orgánicas que regresan al campo como fertilizantes sostenibles”, comenta.
Un objetivo que no sólo promueve la eficiencia energética, sino que también alivia problemas locales como los malos olores y las emisiones asociadas al manejo tradicional de desechos.
En Salamanca, Genia Bioenergy está desarrollando proyectos emblemáticos en municipios como Cantaracillo y Machacón. Estas plantas no gestionan los residuos orgánicos de manera eficiente, al tiempo que generan empleo directo e indirecto, beneficiando significativamente a las comunidades locales.
Durante la fase de construcción, cada instalación implica la creación de entre 40 y 50 empleos temporales, mientras que en su operativa habitual, genera entre 8 y 12 empleos directos y otros 10 a 15 indirectos. Esto representa un impacto positivo en la economía rural, donde cada puesto de trabajo tiene un valor transformador.
Uno de los pilares del éxito de Genia Bioenergy es su apuesta por el modelo de kilómetro cero, que reduce al mínimo los costes de transporte al ubicar las plantas cerca de los focos de generación de residuos.
Este modelo mejora la viabilidad económica de los proyectos y refuerza su sostenibilidad ambiental al reducir las emisiones asociadas al transporte.
Además, Genia Bioenergy trabaja en estrecha colaboración con agricultores, ganaderos y administraciones locales para garantizar que sus proyectos se adapten a las necesidades específicas de cada región.
“Buscamos ser parte de la solución a los desafíos del sector primario, ofreciendo un modelo de negocio que beneficia a todos los implicados”, destaca Bartosz. Esta filosofía de trabajo ha permitido que la empresa sea recibida con los brazos abiertos en los municipios donde opera, consolidándose como un aliado estratégico en la revitalización del medio rural.
Con más de ocho proyectos en marcha solo en Castilla y León, Genia Bioenergy demuestra que el biometano no es sólo una fuente de energía renovable, sino también una herramienta poderosa para transformar comunidades, fomentar la economía local y enfrentar los retos del sector primario de manera sostenible.
El biometano representa una oportunidad transformadora para el sector primario, combinando innovación tecnológica, sostenibilidad ambiental y desarrollo rural. Como muestran los protagonistas, este recurso energético tiene el potencial de cambiar la forma en que gestionamos los residuos, producimos energía y revitalizamos las comunidades rurales.
Empresas como Genia Bioenergy están liderando esta revolución, demostrando que el futuro del sector primario pasa por la adopción de modelos circulares que prioricen tanto el medio ambiente como las necesidades económicas y sociales de los territorios donde operan. Al dar voz a los protagonistas, queda claro que el biometano no es sólo una alternativa energética, sino una solución integral para los retos del campo.
El camino hacia un futuro más sostenible empieza en el sector primario, y el biometano se perfila como una de las herramientas más prometedoras para alcanzarlo.