El sector agropecuario de la Unión Europea (UE) fue responsable de la emisión de 3,2 Mt de amoniaco (NH3) en 2020. Un 96,6% de las emisiones totales de este gas.
Un 67% de estas emisiones se deben a la gestión de las deyecciones ganaderas, como los purines.
Si atendemos al conjunto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), las correspondientes al sector agropecuario se han mantenido en torno a los 465 Mt de CO2 equivalentes anuales durante el periodo 2008-2020, siendo el metano (CH4) responsable del 44,5% de estas emisiones.
Teniendo en cuenta estos datos, urge reducir las emisiones debidas a este sector para poder hacer frente al cambio climático y el calentamiento global.
Como datos alentadores, cabe mencionar que, durante el 2022, el 75% de las granjas porcinas en España han implementado mejoras técnicas para reducir los niveles de emisiones de sus instalaciones, atendiendo al nuevo marco regulatorio (Real Decreto 306/2020).
Así, según el segundo informe sobre la implementación de las Mejores Técnicas Disponibles (MTDs) en el sector porcino, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los datos muestran que el valor promedio de los niveles de emisión de amoniaco asociado a las granjas porcinas ha sufrido una reducción durante el 2022, respecto al año anterior.
La adecuación de las nuevas técnicas de gestión de los purines conlleva la modificación en el manejo y la revisión de los condicionantes constructivos para los nuevos alojamientos y dispositivos exteriores de almacenamiento.
Veamos algunas de las medidas que permiten reducir las emisiones debidas a los purines.
Medidas técnicas para reducir las emisiones debidas a los purines
Para lograr reducir las emisiones de NH3 se pueden utilizar las siguientes técnicas:
- Mejorar las dietas y la digestibilidad de las proteínas y aminoácidos: una alimentación más eficiente conlleva una menor concentración de nitrógeno en los purines y menor velocidad de transferencia.
- Retirar los purines de las fosas de las naves de los animales a la mayor brevedad. Esto también evita que los animales respiren amoníaco, con beneficios a nivel sanitario y productivo.
- Cubrir las balsas exteriores con una lona u otro material que reduzca el área de contacto de los purines con la atmósfera.
- Reducir el pH de los purines a valores inferiores a 7, añadiendo ácido y utilizando equipos especialmente diseñados para este objetivo. También existen equipos para acidificar en la cuba de transporte y aplicación agrícola de los purines, y así evitar la pérdida de NH3 durante las aplicaciones.
En cuanto a reducir las emisiones de CH4, las medidas técnicas a emplear serían:
- Mejorar la digestibilidad de las dietas y evitar la pérdida de pienso hacia los purines.
- Retirar los purines de las fosas de las naves a la mayor brevedad.
- Adoptar una separación sólido/líquido a la mayor brevedad después de evacuar los purines de las naves.
- Cubrir la balsa exterior con una membrana impermeable, para evitar la emisión a la atmósfera. La balsa no debe vaciarse completamente, para que no entre aire, y ha de incluir mecanismos de seguridad para evitar sobrepresiones, así como una antorcha para quemar periódicamente el gas acumulado. Una mejor alternativa es el uso del biogás generado como recurso energético, utilizando un biodigestor para el tratamiento de los purines, en una planta de biogás.
- Planificar una planta de biogás, individual o colectiva, con uso energético del gas. Los purines deben entrar en el biodigestor con la mayor brevedad posible para aprovechar todo su potencial energético. El digestato se debe almacenar en una balsa cubierta para evitar emisiones de NH3 y someterse a los tratamientos adecuados (pasteurización y stripping).
La producción de biogás como alternativa viable a la gestión de purines
La opción de diseñar una planta de biogás para el tratamiento de los purines se plantea como una solución para evitar las emisiones de GEI causadas por estos residuos, reducir su impacto ambiental y mejorar la aceptación social de las explotaciones agropecuarias.
Además, el biogás generado puede ser empleado para el autoconsumo energético local, en forma de energía eléctrica, térmica o como biocombustible.
La promoción e implantación de sistemas de producción de biogás colectivos (varias granjas), y de codigestión (tratamiento conjunto de residuos orgánicos de diferentes orígenes) permite la implantación de sistemas de gestión integral de residuos orgánicos por zonas geográficas, con beneficios sociales, económicos y ambientales que favorecen el desarrollo rural.
Una planta de biogás para el tratamiento de purines va a permitir gestionar este residuo orgánico de forma correcta, obteniendo, por una parte, energía en forma de gas renovable y, por otra parte, un digestato que puede ser aplicado en el campo como biofertilizante o enmienda orgánica, minimizando los problemas de olores, eliminando bacterias, facilitando la logística y aportando nuevas fuentes de ingresos.
Biogás a partir de purines en Valderrobres (Aragón)
Un ejemplo de la gestión de purines mediante la producción de biogás lo tenemos en la planta de biogás instalada en Valderrobles (Teruel).
Esta planta, cuya instalación ha contado con la colaboración de Genia Bioenergy junto a Selev Biogroup y el Grupo Arcoiris, y ha sido financiada por el Gobierno aragonés, ha comenzado las pruebas para generar electricidad a partir del biogás obtenido del residuo ganadero, de lodos de depuradoras y de otros biorresiduos de las industrias agroalimentarias.
La planta de biogás gestionará una parte importante de los purines generados por la creciente cabaña porcina de la comarca del Matarraña y los digestatos obtenidos se aprovecharán para la fabricación de biofertilizantes.
Desde Genia Bioenergy ponemos a tu alcance la solución que mejor se adapta a la gestión sostenible de tus residuos orgánicos, cumpliendo con la normativa vigente y obteniendo rentabilidad, gracias a la generación de energía y otros productos de valor añadido.