Gestión y tratamientos para reducir la contaminación por purines

La implantación de la ganadería intensiva ha traído consigo graves problemas de contaminación en suelos, agua y atmósfera por la generación de grandes volúmenes de residuos orgánicos.

De entre estos residuos, los purines son los que más preocupación generan. Su origen son las deyecciones animales (orinas y excrementos sólidos), con restos del lecho, alimento y agua. Esto hace que su composición tenga un bajo contenido en materia seca (menos del 15%), presentando una consistencia fluida o pastosa.

Aunque en un principio los purines pueden resultar un abono con gran valor fertilizante, el problema es que están formados por diversos componentes contaminantes o perjudiciales para el medioambiente. De ellos, destacan el nitrato (NO3-) y el fosfato (PO43-) que, depositados en grandes cantidades como abono, acaban contaminando suelo y agua.

Un plan de gestión integral, acorde con la normativa vigente, que recoja actuaciones en el origen, manejo y tratamiento de estos residuos, es indispensable para reducir la contaminación por purines.

 

Problemática medioambiental de los purines

Un uso y gestión incorrecto de los purines trae consigo consecuencias medioambientales a distintos niveles:

  • Sobre el suelo: aporte excesivo de nitrógeno, fósforo y potasio al suelo. Se produce su salinización y también pueden darse una bioacumulación de metales (cobre y cinc).
  • Sobre la atmósfera: se generan emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) como el metano y el óxido nitroso, y otros nocivos para la salud animal y humana, como el amoniaco. Al mismo tiempo, se producen malos olores causados por estos mismos compuestos.
  • Sobre las aguas superficiales y subterráneas: filtración de los compuestos nitrogenados hasta las aguas subterráneas, y la eutrofización de ecosistemas acuáticos por enriquecimiento excesivo de nutrientes. Las aguas afectadas por exceso de nitratos dejan de ser potables, ya que los nitratos pueden pasar a formar nitrocompuestos (NO2X), que en muchos casos son cancerígenos.

Toda esta problemática ambiental, que también repercute sobre nuestra propia salud, es lo que ha motivado el establecer una regulación y normativas desde los distintos niveles de la administración.

Estas normativas condicionan la forma de gestionar estos residuos, así como la implantación de nuevas explotaciones y el potencial de crecimiento del sector ganadero en algunas zonas.

 

 

 

Principales aspectos en la gestión integral de purines

Las restricciones actuales de la normativa vigente impiden actuaciones que antes se venían realizando, como el esparcimiento de los purines sobre los terrenos mediante los sistemas de plato o abanico.

Además, considera al titular de una explotación ganadera responsable del tratamiento adecuado de los residuos acorde a la legislación, así como de tomar las medidas favorables al medioambiente que sean necesarias. Aquellos que no cumplan la normativa se enfrentan a sanciones que podrían llegar a suponer la pérdida de ayudas de la PAC.

Todo esto hace que sea necesario planificar estrategias que permitan minimizar la producción de los purines y gestionarlos correctamente. Estas estrategias deben incluir:

  1. La caracterización de los purines de la explotación ganadera: 

Será necesario caracterizar el purín de forma cuantitativa y cualitativa. Esto permite detectar posibles problemas estructurales de las instalaciones o del manejo, y conocer la capacidad fertilizante real del purín.

  1. Medidas de reducción en origen y de caudales:

La reducción del volumen de purines requiere de mejoras tecnológicas en el sistema de manejo de los mismos (bebederos, sistemas de limpieza, recogida de aguas, ventilación, etc.).

  1. Disponer de un sistema de almacenaje correcto:

Los sistemas de almacenaje para purines deben garantizar una total estanqueidad. Así se evitarán los problemas de derrames, fracturas o infiltraciones. Deben tener una capacidad adecuada que permita el almacenamiento durante el periodo de tiempo que no es posible aplicar el purín en el cultivo (4-6 meses).

  1. Plan de aplicación a suelos y cultivos:

El plan de fertilización se ha de confeccionar a partir del conocimiento de los suelos, de los requerimientos de los cultivos, tanto dosis como estacionalidad, y de las características climatológicas e hidrológicas.

  1. Estrategias de tratamiento a aplicar: 

Establecer la combinación de procesos adecuados con el objetivo de modificar las características de los purines para su adecuación a la demanda como producto de calidad. Los tipos de tratamiento pueden ser:

  • Tratamiento físico: separación mecánica sólido-líquido por tamizaje. La parte sólida se somete a una estabilización durante su fase de almacenamiento y de la parte líquida se deben eliminar los lodos mediante sedimentación.
  • Tratamientos biológicos: mediante procesos de digestión aerobia (en presencia de oxígeno) para producir el compost, o procesos de digestión anaerobia (sin oxígeno) realizada en biodigestores para producir biogás. Este tipo de tratamiento permite la reducción de las emisiones de GEI, así como el aprovechamiento energético de los purines y mejorar el valor fertilizante de los subproductos derivados.

 

Una solución para la correcta gestión de los purines

Hacer frente a la correcta gestión de los purines, cumpliendo con la normativa actual supone todo un reto para el sector ganadero. Los procesos que se deben seguir para el correcto tratamiento de estos residuos suponen un aumento en los costes de su gestión.

En este sentido, la decisión de optar por el tratamiento de los mismos para la obtención de biogás se plantea como una solución.

Con la generación de biogás se reduce el impacto ambiental de las explotaciones agropecuarias sobre la zona en que están implantadas, y mejora su aceptación social. Al tiempo que permite el aprovechamiento de los purines para generar energía eléctrica y térmica.

La promoción e implantación de sistemas de producción de biogás colectivos (varias granjas), y de codigestión (tratamiento conjunto de residuos orgánicos de diferentes orígenes) permite la implantación de sistemas de gestión integral de residuos orgánicos por zonas geográficas, con beneficios sociales, económicos y ambientales.

Desde Genia Bioenergy ponemos a tu alcance esta solución que te permitirá cumplir con la normativa vigente en la gestión de purines, al tiempo que obtienes rentabilidad, gracias a la generación de energía. Esto lo hacemos posible mediante la instalación de una planta de biogás.

¿Te interesa compartir este contenido?