La transición ecológica hacia economías más respetuosas con el medioambiente y neutras en emisiones de CO2 no solo es necesaria para la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. Ahora mismo, constituye un factor clave para la recuperación económica en el entorno post covid-19.
Esto va a motivar, en los próximos años, una clara aceleración en el cambio de los usos de la energía y en los planes enfocados a la penetración de las energías renovables.
Algo que se pone de manifiesto con la partida destinada a España correspondiente al fondo de recuperación europeo.
España recibirá hasta 140.000 millones de euros que tendrán una aplicación importante en el sector de las energías limpias, ya que acelerar la descarbonización y mejorar la competitividad de la industria son parte de las prioridades de la UE.
A razón de esto, el gobierno de España ha enviado a Bruselas, el pasado 30 de abril, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en el que prevé que más de un 37% de los 70.000 millones de euros que el país recibirá como transferencias directas, dentro de la partida asignada de fondos de recuperación, a la transformación energética de España.
Esto supone que habrá inversiones en movilidad verde, en hidrógeno renovable, en biogás, en automatización y gestión digital en redes de distribución eléctrica y en I+D+i para renovables poco maduras, entre otros proyectos.
Los fondos de recuperación que recibirá España se apoyarán también de otras políticas puestas en marcha en torno a la energía, como son las subastas de energías renovables, la nueva Ley de Cambio Climático, el Plan Nacional de Energía y Clima y la estrategia española de movilidad eléctrica o de almacenamiento, etc.
Un marco normativo que apoya, en este momento, el desarrollo de las energías renovables como uno de los sectores clave para la recuperación económica.
El papel de las energías renovables
La Agencia Internacional de la Energía, en su informe WEO 2020 (World Energy Outlook 2020) plantea dos escenarios futuros para el sector de la energía después de la pandemia que parten de la premisa de que los gobiernos continuarán con sus políticas energéticas actuales.
Estos escenarios son el de Políticas Declaradas y el de Recuperación Tardía.
El Escenario de Políticas Declaradas supone que la Covid-19 queda controlada en el transcurso del 2021, gracias a la vacuna o a tratamientos muy efectivos, permitiendo la recuperación económica.
El Escenario de Recuperación Tardía considera una pandemia más prolongada con impactos más profundos y duraderos en los indicadores económicos, sociales y de energía.
La diferencia, por tanto, entre ambos escenarios viene a ser el impacto y duración que realmente cause la pandemia y su control.
En este sentido, podemos decir que el escenario de Recuperación Tardía sería algo más realista al prever cuarentenas más prolongadas, confinamientos periódicos, y retraso en la aplicación de las vacunas, tal como está sucediendo.
Si consideramos el escenario de Políticas Declaradas, este prevé que la demanda de energía alcanzará los niveles de 2019 en el año 2022, mientras que en el de Recuperación Tardía, estos niveles no se alcanzarían hasta el 2025.
En cualquier caso, lo que sí reflejan ambos escenarios es que la pandemia afectará de forma prolongada al sector energético a lo largo de toda la década, en especial a los combustibles fósiles y favorecerá ligeramente a las renovables dada su implicación en el proceso de recuperación económica.
Las emisiones globales de CO2 no superarán los niveles de 2019 hasta 2027, a pesar de que la demanda energética vuelva a su nivel anterior a la Covid-19 a principios de 2023. Esto indica cambios en la combinación energética, en la que las energías renovables salen reforzadas y prosperan durante la recuperación post pandemia, mientras que la demanda de carbón cae.
El sector de las renovables, por tanto, está llamado a afrontar una gran transformación hacia el 2030, siguiendo la inercia mantenida desde el 2019 para lograr el cambio hacia un modelo energético más verde, eficiente y sostenible.
Una mayor eficiencia y competitividad en los costes de las tecnologías necesarias, junto a una buena disposición de nuevos inversores y banca para financiar y una administración que apoye a este sector mediante una regulación estable, permitirán este desarrollo de las renovables en España y su recuperación post covid-19.
Perspectiva de la demanda de energía
Aunque la demanda de energía regresará a los niveles de 2019 en cuatro años, esta nunca volverá a su curva de crecimiento anterior a la pandemia.
La electricidad y el gas recuperarán más rápido que el petróleo sus niveles de demanda, pero el carbón no volverá nunca a sus niveles de demanda anteriores.
A medida que se produzca la recuperación económica y de los mercados tras los efectos de la covid-19, se irán produciendo los cambios a largo plazo en el sistema energético que ya se habían iniciado antes de la pandemia.
Según la nueva investigación de McKinsey & Company, “Perspectiva Energética Global 2021”, la demanda mundial de electricidad se duplicará para el 2050.
La cuota de la electricidad en el mix de consumo de energía crecerá de un 19% en la actualidad, hasta un 30% para 2050, mientras que el hidrógeno representará el 40% del crecimiento de la demanda de energía desde 2035 hasta 2050.
Esta demanda energética también se verá afectada por el impacto de los cambios en el comportamiento ocasionados por la covid-19. Un aumento del teletrabajo y una reducción en los viajes pueden reducir la demanda mundial de petróleo en 2 millones de barriles por día para 2035.
Para 2035, más del 50% de la generación de electricidad mundial procederá de fuentes renovables y, a medida que la demanda energética se electrifique y el hidrógeno renovable tome impulso, el consumo de electricidad aumentará hasta duplicarse en 2050.
Genia propone nuevos modelos y tecnologías, para la generación de energía
Ante los escenarios futuros de demanda de energía y recuperación económica post pandemia, que sitúan a la transición ecológica como elemento clave, desde Genia Global Energy proponemos nuevos modelos y tecnologías para la generación, el uso y la gestión de la energía renovable que permitan avanzar en los objetivos de descarbonización del sector energético.
Nuevos modelos y tecnología, que contribuyan al cambio en el modelo energético y favorezcan el desarrollo sostenible, divididos en tres líneas de actuación:
Genia Solar Energy, que gestiona toda la cadena de valor que articula un proyecto de energía renovable solar fotovoltaico, marcando un factor diferenciador en calidad, innovación y experiencia en todas sus actuaciones y servicios.
Genia Energy Solutions para la gestión y optimización de la energía. Auditorías, análisis, Inteligencia Artificial, sistemas de iluminación LED inteligente y Big Data aplicados a la gestión energética son algunas de las posibilidades.
Genia Bioenergy, donde aplicamos alta tecnología en la transformación de residuos en energía (smallbiogas, biogás, bio-refinería, biogás upgrading o residuos sólidos urbanos), es la división de gases renovables de Genia Global Energy.
Como empresa del sector de las energías renovables nos encontramos en un momento excepcional, con retos y compromisos que interpelan a acuerdos y alianzas entre los principales sectores de la sociedad, pero muy especialmente el sector industrial y empresarial.