Qué es el PNIEC y cómo afecta a la gestión de los residuos de mi empresa

Con el objetivo de cumplir con las exigencias de la normativa europea de mitigación de las emisiones de efecto invernadero, uso de energías renovables, gestión adecuada de los residuos y otras cuestiones relacionados con el medio ambiente, los diferentes países miembros de la Unión Europea han elaborado documentos y textos donde se plasman las acciones sobre esta cuestión que se comprometen a llevar a cabo en la próxima década.

 

¿Qué es Plan Nacional Integrado de Energía y Clima?

Redactado en el año 2019 y enviado a la Unión Europa en marzo del 2020 para su verificación, España ha elaborado el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030. Básicamente se trata de un documento donde se informa a Europa de las acciones y líneas de actuación que se van a llevar a cabo en España, durante los próximos 10 años, en materia medio ambiental. Dichas actuaciones están centradas principalmente en: reutilización, reciclaje y valorización de residuos, reducción de CO2 y de todos los gases causantes del efecto invernadero, así como medidas para estimular el uso de energías renovables y ecológicas.

 

Los principales aspectos desarrollados en el PNIEC son:

  • Objetivos concretos de reducción de CO2, que en España se ha cifrado en un 23% hasta el año 2030, así como de utilización de biocombustible y energías no contaminantes
  • Modelos, líneas de actuación, acciones y medidas para conseguir estos objetivos de la forma más eficiente y rentable posible, tratando de minimizar los costos.
  • Estrategias que permitan alcanzar estas metas favorables al medio ambiente sin perjudicar a los sectores más intensivos en generación de CO2.
  • Acciones para favorecer las oportunidades económicas y la generación de empleo.   
  • Velar por el cuidado de la salud y bienestar de los ciudadanos.

 

El PNIEC es un documento de carácter programático, claro, conciso y pragmático, con unos objetivos ambiciosos en materia medioambiental, para cuya consecución es necesario poner en marcha una serie de medidas que afectan a prácticamente todos los sectores económicos: industria, agricultura, ganadería, servicios, etc., siendo especialmente sensible todo lo relacionado con la gestión de residuos en la empresa

Una adecuada gesión de los residuos, tanto urbanos como procedentes de la industria, la agricultura o la ganadería permite, por un lado, reducir las emisiones de CO2 y, por otro, gracias a las técnicas de transformación de la materia orgánica en biogás o biometano, potenciar el uso de energías renovables y ecológicas.

 

 

 

 

Nuevas directivas europeas sobre la gestión de los residuos urbanos 

La normativa sobre gestión de residuos en la Unión Europea cambió notablemente con la publicación, en el año 2018, de dos Directivas sobre esta cuestión: la 2018/850 y  la 2018/851. Con esta nueva legislación, el organismo europeo intenta reducir la emisión de gases de efectos invernadero, favorecer la reutilización y el reciclaje y potenciar las energías renovables que, con el tratamiento adecuado, pueden generarse a partir de la biomasa de los residuos orgánicos.

 

Directivas (EU) 2018/ 850 y 2018/851 

Los principales aspectos y obligaciones determinadas por estas directivas europeas, cuyo complimiento será obligatorio para todos los estados miembros en un periodo máximo de dos años, son:

  • Aumento de la reutilización, reciclaje y aprovechamiento de los residuos urbanos hasta un 65% de su peso (fecha tope: año 2035).
  • Separación de los biorresiduos en origen, implementando para ello un quinto contenedor de reciclaje.
  • Se refuerza la obligación de realizar un tratamiento previo y valorización de los residuos orgánicos, que ya no podrán depositarse en vertederos.
  • Reducción progresiva del vertido de residuos municipales: (como mínimo un 55% de su peso en el 2025, un 60% en el 2030 y un 65% en el 2035).
  • Imposición de tasas a las industrias por generación de residuos. 

 

¿Cómo afecta el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima a mi empresa? 

Las medidas impulsadas por la Unión Europea y concretadas y plasmadas en  el PNIEC para el territorio español tiene una afectación importante para muchas empresas, tanto si pertenecen al sector industrial, como el agrícola, ganadero o de servicios.

Los esfuerzos de las empresas para adaptarse a las nuevas directivas europeas y al PNIEC, evitando así posibles multas y sanciones, deben ir enfocadas a:

  • Reducción de la cantidad de residuos generados.
  • Maximizar la reutilización y el reciclaje.
  • Disminuir las emisiones de CO2 y gases de efectos invernadero, tanto por la generación de residuos como por el uso de combustible  y maquinaria contaminantes, que deben ser sustituidos progresivamente por tipos de energía y tecnologías que sean respetuosas con el medio ambiente. 
  • Poner las medidas necesarias para separar en origen los biorresiduos.
  • Todos aquellos residuos que lo permitan deben ser reciclados o valorizados, ya que en un pocos años estará prohibido llevarlos a los vertederos.
  • Implementar métodos de transformación de los propios residuos orgánicos generados en fuentes de energía ecológicas y verdes como el biogás, el biometano, el biocombustible o los biofertilizantes.

 

Cómo deberá de ser a partir de ahora la gestión de residuos orgánicos 

La Unión Europea se ha fijado unas metas muy ambiciosas de cara a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero durante la próxima década. Se trata de objetivos importantes y ambiciosos, pero totalmente necesarios, dada la situación de emergencia ambiental en que se encuentra actualmente nuestro planeta.

Lograr reducir las emisiones nocivas para el medioambiente y potenciar los tipos de energía y los combustibles renovables y ecológicos pasa obligatoriamente por implementar cambios importante en la forma de gestionar los residuos, tanto sólidos como industriales. 

Para poder alcanzar las cifras marcadas por las nuevas normativas y directrices europeas y españolas, la nueva gestión de residuos debe fundamentarse en una estrategia dividida en diversas líneas de actuación.

La separación de los residuos orgánicos en su mismo punto de origen: fábricas, explotaciones agrícolas o ganaderas etc. es el primer paso, pero no el único. A partir de aquí, es necesario (y obligatorio en los próximos años ya que no será posible depositarlos en vertederos) reciclar o valorizar todos los residuos orgánicos.

La valorización consiste en la transformación de la materia orgánica en energía y biocombustible, como el biogás y su versión mejorado el biometano, el cual puede inyectarse directamente la red de gas natural.

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