La gestión del residuo orgánico, un factor clave en la producción de biometano

Los objetivos marcados por la Unión Europea (UE) son claros.

De aquí a 2030, se debe conseguir que los residuos sean materias primas reintroducibles en el ciclo de la economía y evitar el vertido de todo aquel residuo que sea reciclable.

Este objetivo conlleva un esfuerzo, por parte de todos los Estados miembros, para eliminar la casi totalidad de los vertederos para 2030, prohibir el depósito en vertedero de los residuos biodegradables para 2025 y conseguir que la recuperación de energía a partir de estos residuos ocupe un papel relevante y resulte eficiente.

España, como Estado miembro de la UE, se suma a este esfuerzo para una correcta gestión de los residuos y poder alcanzar los objetivos planteados en las directivas comunitarias y seguir la línea estratégica española de economía circular (España Circular 2030).

Es por esto que se ha llevado a cabo una revisión de la normativa de residuos y suelos contaminados, dando como resultado el nuevo Proyecto de Ley.

Esta nueva Ley de Residuos y Suelos contaminados tiene como fin la prevención y reducción de la generación de residuos y de los impactos adversos que se derivan de su generación y gestión, la reducción del impacto global del uso de recursos y la mejora de la eficiencia de dichos usos.

En este sentido, el papel de la gestión de residuos es clave.

Esta implica a todas las actividades que tienen que ver con la valorización o eliminación de los residuos, incluida la recogida y transporte.

Una gestión de residuos sostenible deberá basarse en el principio jerárquico de los residuos, donde la reducción o prevención ocupa el primer escalón, seguida de la reutilización y reciclaje, la valorización y la eliminación.

En el caso de los residuos biodegradables u orgánicos, tras su prevención o reducción, la gestión deberá ir dirigida a la valorización energética, de forma que el residuo pase a convertirse en un recurso, siguiendo el modelo de economía circular.

De entre los tratamientos con los que llevar a cabo esta valorización energética de los residuos orgánicos, el bioquímico es el que destaca al permitir la obtención de biogás y biometano, al tiempo que otros productos derivados de gran valor (digestatos).

El biogás y el biometano son gases renovables que pueden emplearse en la generación de calor y electricidad, tanto en hogares como en industria, como biocombustibles (GNL Y GNC) y sustituir al gas natural (biometano) en todas sus aplicaciones.

Ahora bien, para una producción eficiente de este biogás o biometano, se deberá tener en cuenta el origen y composición del residuo orgánico y, por tanto, su correcta separación en el proceso de gestión.

 

La importancia de una correcta separación de la materia orgánica

Los residuos orgánicos susceptibles de ser valorizados para la obtención de biogás o biometano pueden tener diferentes orígenes y rendimiento.

Así, uno de los sectores donde mayor volumen de residuos orgánicos se genera es el agroalimentario, donde nos encontramos con las deyecciones ganaderas (purines y estiércol), residuos orgánicos de agricultura y de la industria alimentaria.

Cada uno de estos sustratos tiene sus características particulares que deben tenerse en cuenta a la hora de ser utilizados en una planta de biogás.

Otro tipo de residuo orgánico que producimos en grandes volúmenes son los correspondientes a la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (RSU). 

Según datos del Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR 2016-2022), estos RSU representan casi a la mitad de los generados en una vivienda en España. Unos residuos que se deben aprovechar mediante la valorización energética o el compostaje.

El problema es que estos RSU son muy heterogéneos, contienen muchos materiales impropios y patógenos que dificultan su tratamiento y, por tanto, al rendimiento en la producción de biogás o biometano.

Es por esto que la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados ha incorporado algunos avances en la gestión de residuos urbanos.

En este sentido, la nueva Ley ha establecido el objetivo de lograr el 50% de recogida separada de residuos municipales para 2035, y la fracción de biorresiduos solo podrá contener como máximo un 20% de impropios en 2022 y un 15% en 2027.

Esto permitirá avanzar hacia un modelo más eficiente de recogida selectiva de residuos y poder obtener mejores rendimientos con el tratamiento de los mismos.

 

Transformación de los biorresiduos en energía mediante tratamiento bioquímico 

El tratamiento bioquímico al que se someten los residuos orgánicos para obtener el biogás recibe el nombre de digestión anaerobia (en ausencia de oxígeno).

Este proceso de digestión anaerobia tiene lugar gracias a la acción de una serie de microorganismos que degradan la materia orgánica, generando una mezcla de gases formada por metano (CH4), dióxido de carbono (CO2), amoníaco (NH3), sulfuro de hidrógeno (H2S), nitrógeno (N2) y otros gases menores.

El proceso tiene lugar en el interior de unos reactores herméticos (digestores) donde se mantienen unas condiciones controladas de temperatura y pH para optimizar los resultados.

La proporción de CH4 en el biogás obtenido durante este proceso de digestión anaerobia es de aproximadamente un 70%.

Si a este biogás se le somete a un proceso posterior de purificación (upgrading), se obtiene el biometano, con una concentración de CH4 en torno al 96%.

Esta valorización energética de los residuos orgánicos se lleva a cabo en plantas de biogás que pueden ser de mono-digestión (sustrato de un solo tipo u origen) o de co-digestión (mezcla de distintos sustratos).

La energía obtenida puede utilizarse para autoconsumo o, en el caso del biometano, inyectarse en la red gasista. 

De entre las ventajas de aplicar estos tratamientos en la gestión de residuos orgánicos para la obtención de biogás y biometano tenemos que:

  • Los residuos orgánicos pasan a convertirse en un recurso para la obtención de energía renovable.
  • Se reducen las emisiones de CO2 equivalente, con lo que se contribuye con los objetivos europeos de sostenibilidad y mejora la calidad del aire.
  • El biometano aprovecha las instalaciones de gas natural, por lo que no es necesaria la inversión en nuevas infraestructuras.
  • La producción de biogás y biometano genera empleos verdes en zonas agrícolas.
  • Tienen gran versatilidad con respecto a su utilización y son fácilmente almacenables y transportables.
  • Su producción supone una menor dependencia energética, tanto a nivel local como regional.

 

Ayudas para la implementación de sistemas de recogida y gestión de residuos orgánicos

Para poder llevar a cabo una correcta recogida selectiva y gestión de los residuos orgánicos se han implementado una serie de ayudas, recogidas en el “Plan de apoyo a la implementación de la Estrategia Española de Economía Circular y a la Normativa de Residuos”.

Estas ayudas se enmarcan dentro de cuatro líneas de actuación y cada Comunidad Autónoma cuenta con un porcentaje de ayuda asignado, debiendo aprobar convocatorias autonómicas para su concesión y adjudicación.

En el siguiente ebook podrás consultar con más detalle en qué consisten estas ayudas y las líneas de actuación en las que se enmarcan los proyectos que pueden solicitarlas.

 

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