Si comparamos el número de instalaciones de biogás que existen en España frente al resto de Europa, nos situamos a la cola.
Mientras en Europa el recuento asciende a 19.000 instalaciones, en España el número es más modesto. Disponemos de 146 plantas de biogás con una producción de 2,74 TWh.
Esto no implica que España no tenga potencial para producir este gas renovable. Todo lo contrario, el país cuenta con industrias de gran tamaño en el sector agropecuario, en el de agroalimentación y en la gestión de residuos, con capacidad para producir biogás.
De hecho, uno de los objetivos actuales, en cuanto a transición energética se refiere, es dar impulso al desarrollo y producción de este gas renovable. Y es por esto que, desde el Ministerio para la Transición Energética y Reto Demográfico (MITECO), se ha sacado a información pública la Hoja de Ruta del Biogás, donde se establecen una serie de medidas que permitan dar este impulso.
En este sentido, uno de los objetivos marcados para 2030 es alcanzar una producción de 10,41TWh y evitar la emisión de dos toneladas de CO2 con ello. Sumado a esto, la producción de biogás puede contribuir a disminuir la dependencia energética nacional y europea.
España tiene un potencial de producción de este gas renovable a corto plazo de 34 TWh, lo que equivale al 10% de la demanda nacional de gas natural, y puede llegar a alcanzar los 137 TWh si se tienen en cuenta los residuos forestales y los cultivos de rotación.
Dónde están ubicadas las plantas de biogás en España
Las instalaciones de biogás existentes en España se encuentran vinculadas a diferentes sectores y próximas a sus explotaciones e industrias, generadoras de los residuos a tratar.
De las 146 plantas de biogás operativas, 46 están asociadas a vertederos y 34 a estaciones de depuración de aguas residuales. Otras 13 están asociadas al sector agropecuario, 7 al sector del papel y el resto al sector químico, alimentario u otros.
Si nos fijamos en su distribución geográfica, esta resulta irregular.
No encontramos plantas de biogás en todos los territorios, ya que su ubicación viene asociada a la necesidad de tratamiento de residuos específicos, en la mayoría de los casos.
Así, las comunidades autónomas que concentran el mayor número de instalaciones de biogás son Cataluña, Madrid y Castilla y León. Algo que refleja de forma clara el aún modesto desarrollo de esta tecnología en nuestro país.
Qué ventajas ofrece una planta de biogás para autoconsumo
El potencial de España para producir biogás viene asociado a la presencia de grandes industrias de los distintos sectores agropecuario, agroalimentario o de gestión de residuos.
Y esto es porque la materia prima necesaria para producir el biogás es cualquier residuo orgánico que se genere. Desde harinas, grasas, jarabes, restos cárnicos, purines y estiércol, restos vegetales, lodos de depuradora, residuos sólidos urbanos, etc.
Pero la viabilidad de esta tecnología va más allá de las grandes industrias, siéndolo incluso a pequeña escala.
Se puede producir el biogás a partir de los propios residuos orgánicos generados. Algo que resuelve la problemática de su correcta gestión y valorización, al tiempo que permite producir energía para el consumo propio o para su comercialización.
El biogás puede emplearse para producir energía eléctrica y calor, o como biocombustible. Y el digestato, que se genera como subproducto del proceso, tiene el valor añadido de ser útil como fertilizante orgánico o como enmienda para la recuperación de suelos agrícolas.
Con todo esto, la posibilidad de disponer de una planta de biogás a escala para autoconsumo abre la posibilidad de nuevas líneas de negocios, se generan puestos de trabajo y se mejora la economía local.
Una planta de biogás de este tipo es aplicable, por ejemplo, en una empresa de gestión ambiental de residuos orgánicos de la industria alimentaria y la agricultura.
El biogás producido puede destinarse a autoconsumo y el digerido para su uso como compost y fertilizante para la agricultura. De esta forma, la gestión de los residuos se enmarca dentro de los procesos de economía circular.
Con la instalación de la planta de biogás, la empresa evita el vertido de residuos y los transforma en energía que puede emplear en sus propios procesos.
3 casos de instalaciones en funcionamiento
Perspectivas para el biogás en España
Aunque las renovables en España producen cerca del 40% de la electricidad del país, la contribución del biogás representa tan solo el 0,3%, según el balance eléctrico del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE).
El potencial existe porque la materia prima necesaria no escasea. De hecho, España ocupa el segundo puesto en el ranking europeo, por detrás de Francia, en cuanto a extensión agrícola, con más de 25 millones de hectáreas de superficie ocupadas. Y el sector porcino viene a representar el 15% del total de la Unión Europea, siendo el segundo mayor productor de carne de cerdo después de Alemania.
Esto implica que se están generando gran cantidad de residuos orgánicos que no se están aprovechando.
La perspectiva es que esto comenzará a cambiar con la aprobación de los proyectos normativos que estaban pendientes para garantizar el origen renovable en la producción de este biogás.
Sistema de garantía de los gases renovables
Una de las principales demandas dentro del sector gasista para poder llevar a cabo avances importantes en el desarrollo de la tecnología del biogás en España y, por consiguiente, en la descarbonización del sistema, es la aprobación de un sistema de garantías de origen del gas renovable.
Esto permitiría dar tranquilidad y reforzaría a los productores, al otorgar valor y confianza al consumidor sobre el origen renovable de biogás consumido.
Este sistema de garantías de gases renovables se encuentra, en estos momentos, a la espera de la aprobación del Real Decreto para la transposición parcial de la Directiva comunitaria 2018/2001, en el que se incluye la regulación del sistema de garantías de origen del gas renovable, estando prevista para el primer trimestre de 2022.
Desde Genia Bioenergy esperamos que así sea y poder seguir impulsado el desarrollo de proyectos de plantas de biogás que contribuyan a la descarbonización del sistema y al modelo de economía circular y sostenible que necesitamos.