El Consejo Europeo ha acordado una propuesta de revisión de la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas con el objetivo de actualizarla, ampliando su ámbito de aplicación y adaptándola a los objetivos del Pacto Verde Europeo. Una revisión que se enmarca dentro del Plan de Acción de la UE «Contaminación Cero”.
Entre los aspectos destacados que recoge este acuerdo preliminar se plantea ampliar el alcance de la Directiva más allá de la protección del medio ambiente, incluyendo también la protección de la salud humana y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
También fija los plazos para que los Estados miembros establezcan sus planes de gestión integrada de aguas residuales urbanas, con una revisión periódica cada seis años de los mismos, y para la aplicación de los tratamientos correspondientes en cada caso.
Otro de los aspectos clave que han convenido los Estados miembros tiene que ver sobre el papel que puede desempeñar el tratamiento de las aguas residuales urbanas para ayudar a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad energética.
Los Estados miembros se comprometen a lograr la neutralidad energética en las instalaciones de tratamiento para 2045, fomentando la producción de la energía que consumen, con objetivos progresivos. Esta energía podrá generarse dentro o fuera del emplazamiento, y hasta el 30 % puede adquirirse a partir de fuentes externas.
Ahora bien, ¿qué tipo de tratamiento puede contribuir a reducir las emisiones, al tiempo que se genera energía?
Tratamientos sostenibles de las aguas residuales
Para cumplir con los objetivos de reducir las emisiones y neutralidad energética planteados en este acuerdo del Consejo Europeo, sin duda, hay que contar con la gestión de los lodos de depuradora para la obtención de biogás y biometano.
Los lodos de depuradora son el residuo común que se genera durante el tratamiento de aguas residuales. Están formados por una mezcla de sólido (sedimentos) y agua (95%) y su composición resulta variable, dependiendo de la carga de contaminación del agua residual inicial y de las características técnicas de los tratamientos llevados a cabo en ellas.
Para la gestión eficiente de estos lodos de depuradora se pueden llevar a cabo tratamientos de digestión anaerobia, estabilización aerobia, y compostaje.
De estos tratamientos, la digestión anaerobia, combinada con el compostaje, permiten la obtención del biogás y biometano para el autoconsumo energético en la propia planta de tratamiento y compost a partir de los digestatos. Algo que no solo implica la reducción de las emisiones y contribuir a la neutralidad energética de la instalación, sino que también queda enmarcado en los principios de economía circular.
La digestión anaerobia de los lodos de depuradora
La digestión anaerobia es un proceso biológico en el que la materia orgánica es degradada por la acción de ciertos microorganismos, en condiciones de ausencia de oxígeno.
Este proceso se realiza en reactores herméticos (digestores), bajo condiciones controladas de temperatura y humedad.
La degradación de la materia orgánica produce el biogás, un gas rico en metano, que puede ser utilizado como fuente de energía térmica, eléctrica o biocombustible.
Posteriormente, este biogás puede ser depurado para obtener biometano. Este presenta una mayor concentración de metano, adquiriendo una composición y características similares a la del gas natural, lo que permite su sustitución.
El biometano puede ser inyectado al sistema gasista o utilizado como biocombustible en vehículos.
El compostaje y valorización agronómica de los digestatos
Después de la digestión anaerobia, la materia orgánica que queda son los digestatos, los cuales pueden someterse a deshidratación y compostaje.
El resultado de este tratamiento es un sustrato o enmienda orgánica de alta calidad que puede utilizarse como aditivo en los suelos agrícolas o para la recuperación de suelos degradados.
SOMACYL, un ejemplo de gestión eficiente de lodos
Un ejemplo de la aplicación de la digestión anaerobia y el compostaje en la gestión de lodos de depuradora lo tenemos en la planta de biometanización de fangos gestionados por SOMACYL (la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León, S.A.), en Cabezón de Pisuerga (Valladolid).
Esta planta de biometanización lleva a cabo el tratamiento de fangos procedentes de diferentes estaciones depuradoras, con una capacidad para el tratamiento de 12.364 m³/año de lodos y un caudal diario de tratamiento de 33,87 m³/día.
Esto permite la producción de biometano generado de manera local, con un caudal diario de 1.886,96 Nm3/día, el equivalente a 425.288,21 Nm³/año.
El biometano es inyectado a la red del sistema gasista y los digestatos son valorizados para su aprovechamiento como abono orgánico.
El proyecto forma parte del compromiso de SOMACYL con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y ha contado con la colaboración de Genia Bioenergy, junto a SGC San Gregorio, para la construcción y puesta en marcha de la planta de biometano.
La revisión de la Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas marca un paso significativo hacia la gestión sostenible de aguas residuales, incluyendo los objetivos de reducción de las emisiones y neutralidad energética.
El tratamiento de valorización energética de los lodos de depuradora mediante la digestión anaerobia resulta una solución eficaz y sostenible para cumplir con estos objetivos, siendo un proceso, además, enmarcado dentro de los principios del modelo de economía circular y acorde con los objetivos de la Unión Europea para lograr la transición energética.
Desde Genia Bioenergy ponemos a tu disposición esta tecnología que permitirá mejorar la gestión de los lodos de depuradora y aprovechar su potencial para generar energía renovable y otros productos de interés agronómico.