Uno de los aprovechamientos energéticos destacados del biometano es como biocombustible para el sector del transporte, en especial en aquellos nichos de difícil electrificación, como son el transporte pesado por carretera o el marítimo.
La producción de biometano para este fin cuenta con la ventaja de tratarse de una tecnología madura y beneficiosa para el medioambiente, así como, afín con el criterio común de cercanía entre generación y uso. Algo que proporciona valor añadido a la zona donde se genera y un ahorro energético.
Estos son los motivos por los que se quiere dar impulso a la producción de este gas renovable, a través de la nueva Ley 7/2021, de Cambio Climático y Transición Energética (LCC) y la Hoja de Ruta del Biogás, y así lograr reducir las emisiones específicas de combustibles. Un paso necesario para lograr la transición energética y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
La forma de consumir biometano como combustible vehicular es mediante el sistema de gas natural comprimido (bio-GNL) o gas natural licuado (bio-GNL), pudiendo usarse en camiones con propulsión a gas natural, resultando vehículos más sostenibles y eficientes, en cuanto a emisiones cero de compuestos contaminantes.
Ahora bien, para que el uso de biometano vehicular se generalice, es preciso contar con estaciones de servicio capaces de suministrarlo.
Gasolineras con puntos de venta de GNL y GNC
El uso del biometano como biocombustible vehicular es una práctica extendida por Europa.
El ejemplo lo tenemos en Francia, que ya en 2019 contaba con 43 estaciones de servicio que suministraban este gas renovable y 84 plantas que lo producían. Y su objetivo es aumentar estas cifras.
En este sentido, España se ha quedado rezagada.
Según datos de Gasnam, el país cuenta con un parque de vehículos a gas natural de 30.000 unidades, formado por camiones de gas natural licuado (GNL) y autobuses de gas natural comprimido (GNC).
También cuenta con una red de repostaje de gas en crecimiento, contando ya con unos 163 puntos por todo el país. Algunos de ellos los podemos encontrar en la red de gasolineras de BP, gracias al acuerdo de colaboración alcanzado entre Enagás y BP.
El gas natural suministrado en estos puntos de repostaje y usado por este parque de vehículos podría ser sustituido por biometano vehicular y contribuir, así, a la descarbonización de este sector de forma inmediata.
El impulso que falta para que esto tenga lugar es la puesta en marcha de un sistema de garantías de origen en España que, tras la publicación de la Hoja de Ruta del Biogás, permita el desarrollo de la producción de biometano y su uso.
Por el momento, la opción de producir biometano 100% vehicular en España se limita a un proyecto desarrollado por el Grupo HAM.
El biometano se genera en una planta de biogás, mediante la codigestión anaeróbica de residuos, procedentes de la industria agroalimentaria y de una explotación bovina.
La planta de biogás, situada en la Granja Mas Jonquer de Vilanant (Girona), cuenta con un equipo modular de upgrading que permite purificar el biogás, incrementando su calidad y obteniendo una pureza de metano superior al 99%.
El biometano obtenido pasa por equipos de compresión que aumentan su presión hasta los 250 bar, es almacenado en tube trailers y transportado a través de un gasoducto virtual hasta la estación de servicio, donde se gestiona a 200 Nm3h de biogás, equivalente a 2000 Kg de Bio GNC al día.
Aprovechando la disponibilidad de biometano comprimido en origen, el Grupo HAM también instalará un surtidor en Vilanant, que permitirá repostar a los vehículos de la zona.
Este nuevo surtidor se sumará a otras tres estaciones de repostaje de biometano puestas en marcha por el Grupo HAM. Una de ellas, la estación de repostaje HAMikro, en Lleida, permite el repostaje con biometano obtenido desde una planta de tratamiento de aguas residuales (EDAR).
Estas estaciones de repostaje de biometano forman parte del proyecto SMART Green Gas, cofinanciado por la Unión Europea (UE), que tiene como objetivo generar biocombustibles locales renovables de biogás comprimido (CBG) para vehículos de gas natural comprimido (GNC).
El proyecto Smart Green Gas es una iniciativa liderada por Aqualia con la participación de un consorcio formado por Gas Natural Fenosa, EDP-Naturgas Energía, Biogas fuel cell, Diagnostiqa, Dimasa Grupo y Ecobiogas, además de organismos públicos de investigación y universidades.
Producir biometano a partir de residuos orgánicos
El biometano vehicular puede obtenerse a partir de diferentes tipos de residuos orgánicos, siendo las principales fuentes de origen la industria agroalimentaria, el sector ganadero, los residuos sólidos urbanos (RSU) y las aguas residuales (EDAR).
En el caso del proyecto del Grupo HAM para la obtención de biometano 100% vehicular, los residuos proceden de la industria agroalimentaria y de una explotación bovina, y en el caso de las estaciones de repostaje de Lleida, el biometano se obtiene del tratamiento de aguas residuales (EDAR).
En todos los casos, la tecnología de producción del biometano mejora la gestión de estos residuos, reduciendo el impacto ambiental que generan.
Con esta valorización energética, los residuos pasan a convertirse en un recurso para la obtención de energía renovable, en este caso como biocombustible, entrando en un sistema de economía circular.
La producción de biometano vehicular a partir de estos residuos orgánicos va a contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como al riesgo de contaminación de suelos y aguas superficiales.
El biometano vehicular obtenido próximo a las zonas de producción de residuos, puede abastecer a la propia flota de transporte donde se realiza el tratamiento de los residuos e incluso al propio municipio y localidades próximas.
Unos beneficios acordes a los objetivos de la Unión Europea para lograr la transición energética justa y luchar contra el cambio climático.
En Genia Bioenergy contamos con esta tecnología para la producción de biometano vehicular, aprovechando el potencial de los residuos orgánicos como recurso para obtener este biocombustible, y contribuir, con ello, a la descarbonización del sector del transporte y alcanzar la neutralidad climática en 2050.