Gases renovables, garantía del suministro energético en Europa

Gases renovables, garantía del suministro energético en Europa

La crisis energética que ha desencadenado la invasión rusa a Ucrania ha expuesto al resto de Europa ante una carrera contrarreloj por reducir su dependencia energética respecto al gas ruso.

Antes del conflicto bélico, Rusia proporcionaba el 40% del gas que se consumía en la Unión Europea (UE), el 65% en el caso de Alemania y el 100% en algunos países.

La alternativa inmediata ha sido llenar las reservas de gas con gas natural licuado (GNL) que llega en barcos metaneros, procedente de Estados Unidos o el Golfo Pérsico, en su mayor parte.

Algo que ha servido para cubrir en ocho meses la pérdida de un 80% del gas que llegaba de Rusia, a través de tuberías y sin sufrir apagones, y llenar los almacenes de gas hasta más del 90% de su capacidad.

De forma paralela, Europa también ha querido garantizar su independencia energética a largo plazo, optando por acelerar la transición energética a través del plan REPowerEU.

Este plan REPowerEU propone un conjunto de acciones coordinadas entre los Estados miembros para transformar, junto al Fit for 55, el sistema energético europeo de forma estructural, reduciendo el consumo y sustituyendo los combustibles fósiles con electricidad, biometano e hidrógeno verde.

Los gases renovables adquieren un papel destacado en esta carrera por la independencia energética, unido a los objetivos de descarbonización establecidos a nivel de la Unión Europea.

La producción de gases renovables ofrece ventajas a nivel medioambiental, socioeconómico y técnico para el sistema energético, al aportar una mayor fiabilidad y flexibilidad al sistema.

Algo que se suma a sus capacidades para contribuir a reducir la dependencia energética del exterior y permitir la descarbonización de sectores de difícil electrificación, como pueden ser la agricultura, la ganadería, el sector del transporte y algunos procesos productivos concretos de industrias intensivas en consumo energético.

 

La apuesta de Europa por el biometano

El biometano ha despertado un notable interés a raíz de la crisis energética al tratarse de una alternativa renovable capaz de acelerar la transición energética y garantizar la seguridad en el suministro de energía a corto y medio plazo.

El plan REPowerEU incluye un Plan de acción del biometano, con la creación de la Alianza Industrial del Biometano e incentivos financieros para aumentar la producción a 35 bcm para 2030.

Esto supone diez veces más la producción actual de este gas renovable, representando un volumen parecido al consumo de gas natural de los Países Bajos y casi el 10% del consumo total de la UE.

El biometano lleva produciéndose en Europa desde hace décadas, por lo que se trata de una tecnología madura, con potencial para cubrir en 2030 el 20% de las importaciones de gas ruso.

El último informe estadístico publicado por la European Biogas Association (EBA, 2022) refleja que el sector del biogás y el biometano ya suministra 18,4 bcm de gas renovable a Europa, y que en 2050 podría proporcionar hasta 167 bcm, cubriendo entre el 35 y el 62% de la demanda de gas de 2050.

Para alcanzar el objetivo de 35 bcm marcado en el plan REPowerEU, el biometano debe mantener un crecimiento sustancial hasta 2030.

Esto supone un desarrollo del sector que contribuirá, además, a un sistema integrado de energía neta cero y ayudará a Europa a adoptar la economía circular, con la valorización de los residuos orgánicos y de los digeridos.

A finales de 2020, en toda Europa ya se contabilizaban cerca de 19.000 plantas de biogás y 900 de biometano, estando liderado el crecimiento del sector, en estos momentos, por Francia, junto con Italia o los países nórdicos.

En España, durante el 2022 se contabilizaban 210 plantas de biogás y 5 plantas de biometano, una cifra muy por debajo del potencial de España para estos gases renovables: tercer país de la UE con mayor potencial técnico para la producción de biometano, con una capacidad de superior a los 130 TWh.

Según el “Estudio de la capacidad de producción de biometano en España, 2023”, desarrollado por Sedigas  (Asociación Española del Gas), en colaboración con PwC y BIOVIC CONSULTING SL, España tiene un potencial de producción de biometano de 163 TWh al año y se han identificado  2.326 plantas potenciales de producción de este gas renovable distribuidas por el territorio nacional.

El apoyo institucional es primordial para poder facilitar el progreso de esta tecnología y aprovechar sus ventajas energéticas y medioambientales.

 

España como primer hub de hidrógeno renovable de Europa

El objetivo del plan REPowerEU respecto al hidrógeno renovable es alcanzar los 10 millones de toneladas de producción nacional y 10 millones de toneladas de importaciones para 2030, a fin de sustituir el gas natural, el carbón y el petróleo en industrias y sectores del transporte difíciles de descarbonizar.

El plan contempla el desarrollo de cinco corredores de hidrógeno para conectar países productores con centros de demanda y, en este sentido, España destaca como un potencial productor de hidrógeno verde, con capacidad para exportar a otros países.

Según un estudio presentado por Enagás, el potencial de producción de hidrógeno renovable en España está entre 2 y 3 Mt para 2030 y entre 3 y 4 Mt para 2040. A esta última cifra, habría que sumar las 750.000 t que está previsto se reciban desde Portugal por la interconexión.

En cuanto a la demanda de hidrógeno renovable en España, las estimaciones para 2030 son de 1,3 Mt y se prevé una exportación a través de una conexión marítima entre Barcelona y Marsella (BarMar) de hasta 2 Mt, lo que equivale a un 10% de la demanda total prevista en Europa en 2030. También se prevé una exportación marítima de en torno a 450.000 t.

La conexión marítima BarMar forma parte de la red troncal española de hidrógeno verde planteada para 2030. Casi 3.000 kilómetros de gasoductos que recorrerán el país a través de varios ejes y que aspiran a convertir a España en el primer hub de hidrógeno renovable de Europa.

Un proyecto que se suma al H2Med, el corredor de energía verde que conectará a la Península Ibérica con el resto de la UE.

Parte de la viabilidad de estos proyectos se sustenta en que España cuenta ya con una red de infraestructuras que puede ser el punto de partida para el desarrollo de la red de hidrógeno, con más del 80% de coincidencia en los trazados. Las únicas excepciones serían los corredores internacionales y algunas conexiones con valles de producción de hidrógeno.

Además, Enagás ya ha identificado un 30% de tramos de gasoducto a convertir en hidroductos, porcentaje que se podría ir incrementando hasta un 70%.

El impulso a la tecnología del hidrógeno renovable se ha dejado notar en el último año y España se ha situado en una posición destacada: uno de cada cinco proyectos presentados para hidrógeno verde a nivel mundial pertenece a España.

El país cuenta con una posición geográfica clave, un potencial de generación renovable muy relevante que favorece la producción de hidrógeno verde, una red de infraestructuras robustas y con las capacidades industriales necesarias.

Una oportunidad que España debe aprovechar para desarrollar todo su potencial en la producción de gases renovables.

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