El camino hacia la huella de carbono negativa

El sector del biogás y biometano tiene el potencial de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) en un 10-13%. Es decir, la industria del biogás y biometano son contribuyentes importantes para lograr una huella de carbono negativa para el 2050. 

Así se deduce de los cálculos realizados por la Asociación Mundial de Biogás. Pero, ¿cómo se justifica esto?

La razón es que el biogás y el biometano son gases renovables que pueden reemplazar a los combustibles fósiles.

El biogás sirve para producir electricidad y energía térmica. Y el biometano, obtenido a partir de la purificación del biogás, tiene las mismas aplicaciones que el gas natural (calefacción, generación de energía, combustible vehicular, etc) y puede ser inyectado en la misma red de gas natural sin necesitar de nueva infraestructura.

Además, el propio proceso de obtención de biometano a partir de biogás (upgrading) evita emisiones adicionales.

El CO2 que se separa y concentra procedente del biogás tiene múltiples aplicaciones. Puede utilizarse para producir metano sintético basado en hidrógeno, materia prima para la industria química o combustibles electrónicos, o también emplearse en procesos industriales, como nuevos materiales de construcción.

Todo esto hace que la producción de biogás y el biometano pueda lograr una importante reducción de las emisiones de carbono a la atmósfera. Un potencial que también se traslada al sector agroalimentario.

 

Economía circular en el mercado agrícola

La gran cantidad de residuos orgánicos que se generan en el sector agroalimentario pueden ser transformados en una planta de biogás, lo que permite capturar, optimizar y utilizar el metano, evitando su liberación a la atmósfera.

Además, a partir de la valorización de estos residuos en una planta de biogás, se obtienen también otros productos derivados, como son los digestatos o fertilizante orgánico. 

El empleo de estos digestatos en sustitución de los fertilizantes minerales contribuye, a su vez, a reducir las emisiones relacionadas con la producción intensiva en energía de estos últimos.

Con esto se produce una revalorización de recursos propios del sector para obtener energía renovable o para recuperar nutrientes y compuestos valiosos que pueden reutilizarse en la agricultura.

De esta manera, el actual modelo lineal en agricultura se sustituye por un modelo de economía circular.

Esta transición hacia un modelo de economía circular presenta una serie de oportunidades desde el punto de vista económico, social y medioambiental.

Oportunidades como conseguir una reducción de costes con la optimización del uso de los recursos y procesos productivos, la reducción de la dependencia de mercados de materias primas o la creación de nuevos puestos de trabajo, entre otros. Además de la reducción de emisiones y problemas de contaminación ambiental de suelos y aguas.

Lograr esta transición requiere del esfuerzo de las instituciones dando impulso en materia de reducción del consumo de determinados recursos perjudiciales para el medioambiente, en el reciclaje de residuos orgánicos, exigiendo el tratamiento de los residuos, etc.

Un impulso y un compromiso que debe ser constante en los próximos años y amparado también en proyectos que den soluciones a los obstáculos que se presenten en esta transición.

 

Gas renovable: un camino hacia la economía circular

 

Systemic, un proyecto para dar soluciones 

SYSTEMIC es el nombre de unos de estos proyectos que busca dar soluciones.

Se trata de un proyecto financiado en el marco del Programa Marco de Investigación e Innovación de la UE (H2020, 2017-2021) que reconoce el desafío de Europa para abordar la creciente limitación de recursos y facilitar la transición hacia una economía circular.

En él se pretenden identificar enfoques innovadores para recuperar y reciclar aquellos compuestos valiosos presentes en los desechos orgánicos (biomasa) para obtener nuevos productos e integrarlos de forma óptima en una economía local o regional.

En los últimos años, se han desarrollado y probado tecnologías de recuperación y reutilización de nutrientes múltiples (NRR) en instalaciones piloto y se ha demostrado que están listas para su implementación a gran escala.

SYSTEMIC ha seleccionado las tecnologías NRR más prometedoras y aspira a implementarlas en cinco plantas de demostración de digestión anaeróbica de última generación.

El fin es demostrar que la combinación de digestión anaeróbica y recuperación de nutrientes constituye un requisito previo para la valorización de los residuos orgánicos de una manera económicamente viable.

Los resultados de este proyecto contribuirán a dirigir el manejo de nutrientes dentro de un modelo de economía circular.

Según este modelo, los residuos orgánicos se consideran una fuente de energía, materia orgánica y nutrientes como el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). Y su valor se debe a:

  • El fósforo es un nutriente vegetal esencial. Recuperarlo permite que se pueda usar para reemplazar a los fertilizantes minerales fosfatados actuales, reduciendo la dependencia de Europa de las reservas externas de este mineral, no renovable.
  • El nitrógeno recuperado se puede utilizar para sustituir una parte de la producción actual de fertilizantes nitrogenados sintéticos, reduciendo de forma considerable las emisiones de CO2 asociadas a la producción de estos.
  • La materia orgánica restante constituye una valiosa enmienda del suelo. Esta puede utilizarse en las regiones cercanas, lo que reduce sustancialmente las emisiones de CO2 asociadas con el transporte.

En general, este enfoque circular ofrece una solución económicamente viable para el procesamiento de residuos orgánicos, al tiempo que reduce las emisiones de CO2 y evita las pérdidas de valiosos nutrientes.

Desde Genia Bioenergy también desarrollamos proyectos dirigidos hacia este enfoque circular y a la descarbonización del modelo energético actual, gracias a nuestra tecnología, que permite la valorización energética de los residuos orgánicos para obtener biogás o biometano, además de otros productos como los digestatos o fertilizantes orgánicos.

Conoce los objetivos de la Huella Ambiental de la Unión Europea

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