Para lograr un mix energético equilibrado y sostenible vamos a necesitar de la participación de todas las tecnologías renovables, dando especial atención a aquellas que puedan aportar mayor estabilidad al mix.
En este sentido, debemos destacar el papel de la bioenergía como una energía esencial, por su contribución a la descarbonización y a la circularidad, su versatilidad y su carácter social y de proximidad.
Tanto es así que, en Europa, la bioenergía generada a partir de la biomasa representa la principal energía consumida (el 11% del mix energético) y el 57% respecto al total de fuentes renovables. Algo que supone un impacto económico de 34.116 millones de euros y un ahorro de 290 millones de Tn de CO2 emitidos anualmente.
A nivel nacional, la bioenergía aumentó su contribución al mix energético en un 1%, aportando en estos momentos el 9% de la energía que consumimos.
Una tendencia positiva que aún tiene margen para la mejora, si tenemos en cuenta la gran disponibilidad de recursos de biomasa agrícola-ganadera y forestal en el país.
En la actualidad estamos aprovechando 4,3 millones de toneladas de biomasa, pero disponemos de millones más de toneladas de materias primas, tanto forestales como agrícolas, susceptibles de valorizarse y gran cantidad de subproductos de la agroindustria.
La actividad agrícola del país genera cada año 17 millones de toneladas de materia seca de restos herbáceos y leñosos, cuya valorización podría reemplazar 7 millones de toneladas de petróleo, reduciendo la dependencia energética del país.
Y, por otra parte, los sectores ganadero y agroindustrial generan cada año más de 50 millones de m3 de residuos orgánicos de obligada gestión, que pueden proporcionar un volumen de gases renovables capaz de reemplazar el equivalente a 1,5 millones de toneladas de petróleo.
Es evidente, por tanto, que la producción de bioenergía puede desarrollarse más y contribuir de forma importante al mix energético, a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y al desarrollo de la bioeconomía circular.
Beneficios que aporta la bioenergía
Entre los beneficios que aporta la bioenergía para ocupar un papel relevante dentro del mix energético hay que destacar los siguientes:
- Una energía neutra en carbono: su balance neutro en carbono está reconocido por las normas sobre contabilización de emisiones que establece la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y por el Reglamento sobre el mecanismo de seguimiento de la UE, siendo considerado también así por el Reglamento relativo a la gobernanza de la Unión de la Energía y por la Directiva de Energías Renovables (REDII).
- Una energía disponible y rentable: la biomasa de origen sostenible está ampliamente disponible a un precio asequible y estable. Esto hace adecuado su uso prácticamente en todas las regiones de la UE, particularmente en viviendas sociales, casas desconectadas de la red, en zonas aisladas o en entornos rurales. La biomasa puede reducir los costes de calefacción, abriendo las puertas a una transición energética justa e inclusiva.
- Una energía con carácter social: la producción de bioenergía va acompañada de la creación de puestos de trabajo, en especial en zonas rurales, contribuyendo a la vertebración del territorio, a la industrialización y, en definitiva, a la creación de oportunidades asociadas a modelos productivos sostenibles, como es la bioeconomía circular.
- Una energía que promueve el mantenimiento de áreas forestales y agrícolas: el aprovechamiento eficiente y dinámico de la biomasa puede aumentar el potencial de absorción de carbono de los bosques, cultivos y otras tierras sin uso, al tiempo que mejora la biodiversidad y la calidad del suelo. La industria de la bioenergía puede integrarse en la gestión forestal y las cadenas de valor de los residuos agrícolas, así como en otras prácticas innovadoras, como el “carbon farming” (captura de CO2 en el suelo mediante plantaciones) o la agricultura sostenible.
Retos que superar para el desarrollo y uso de la bioenergía
Uno de los principales retos a los que se enfrenta el desarrollo de la bioenergía es hacer frente a la incertidumbre política y las estructuras institucionales complejas.
El desarrollo de la bioenergía aún no está recibiendo la suficiente atención política. Los gobiernos deben establecer una estrategia de bioenergía a largo plazo, con objetivos claramente definidos y coordinación intersectorial, para generar confianza entre los inversores y los desarrolladores de proyectos.
Los mandatos para el consumo de bioenergía y la prohibición del uso de combustibles fósiles pueden usarse para aumentar la demanda del mercado.
También son necesarias medidas de apoyo financiero y fiscal que garanticen una producción y uso de la bioenergía rentable para las empresas, y asequible para los consumidores finales.
Estas medidas deben incluir la eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles y la introducción de políticas de fijación de precios del carbono para corregir la distorsión del mercado energético, una carga fiscal más baja o subvenciones y subsidios para aumentar su competitividad, y medidas para facilitar una financiación asequible.
Además, se debe fortalecer y estabilizar la cadena de suministro implementando regulaciones de control de calidad y estandarización, así como la capacitación y el desarrollo de capacidades de los trabajadores, para mejorar la calidad del producto y la eficiencia operativa en la bioenergía.
También son necesarias campañas públicas y actividades de intercambio de información para aumentar la conciencia pública y empresarial sobre la bioenergía, así como proporcionar información accesible sobre la disponibilidad y ubicación de los recursos bioenergéticos y la infraestructura relacionada.
Dar un impulso al desarrollo de la bioenergía es necesario si queremos lograr la transición energética.
Disponemos de tecnología madura, suficientes recursos de biomasa, además del mercado, las empresas y profesionales para implementarla y desarrollarla.
Para hacer frente a los retos, hace falta el compromiso y la voluntad política de las diferentes administraciones, en complicidad mutua con el sector privado.
Desde Genia Bioenergy ponemos a disposición todo nuestro conocimiento y experiencia en la producción de gases renovables a partir de la valorización de residuos orgánicos para contribuir al despliegue de la bioenergía en el mix energético de nuestro país.